Exportaciones médicas y apuesta por el verde, la fórmula que hace crecer a Irlanda cuando todos caen

El país se ha consolidado como uno de los centros tecnológicos del mundo

Irlanda tiene algo menos de cinco millones de habitantes y una bucólica geografía que recuerda mucho a la de Cantabria. Tradicionalmente, fue un país agrícola pero hoy, sin que hayamos estado muy atentos a cómo lo ha conseguido, es un país tecnológico. Su PIB per capita ha alcanzado 73.590 euros, triplicando los 23.640 de España. En 1995, sin embargo, ambos países tenían la misma riqueza por habitante. ¿Cuál es el secreto?

Cuando hace poco más de un año los irlandeses se preparaban para celebrar su Día de San Patricio, pocos podían imaginar los acontecimientos que iban a obligar a cancelar una de las citas más importantes del calendario, y eso fue solo el principio. 12 meses después, San Patricio ha vuelto a celebrarse en la intimidad, sin el tradicional desfile en la ciudad de Dublín. Como todos, los irlandeses no han sido ajenos a los efectos de la pandemia, pero si algo han aprendido de esta situación es que cuando salgamos de ella tendremos que hacerlo “preparados para un futuro verde”, y esa es una de las claves que explican por qué la suya fue la única economía comunitaria que creció en 2020, concretamente un 3%, mientras que el PIB de la Unión Europea se reducía un 6,8%.

Entre otros hitos, Irlanda ha alcanzado el quinto puesto en el Green Future Index 2021 un ranking que mide los progresos de 76 países en su compromiso con la reducción de emisiones de carbono. Más concretamente, este índice compara la apuesta de las diferentes economías por un modelo productivo en el que primen las energías renovables y otras alternativas más sostenibles.

Ese desplazamiento hacia un nuevo modelo productivo no ha sido el único hito de la economía irlandesa en 2020. El pasado año, Irlanda fue el quinto país que más productos exportó relacionados con la lucha contra el Covid, según datos de la OCDE, solo por detrás de China, EE UU, Alemania y Suiza.

Las exportaciones médicas y farmacéuticas son parte del secreto de por qué, en mitad de la catástrofe general, Irlanda creció un 3% el pasado año, crecerá un 3,4%, si se cumplen las previsiones, este año, y un 3,5% en 2022.

Además, Irlanda se ha consolidado como uno de los mayores centros tecnológicos del mundo. La agencia de comercio e innovación del gobierno irlandés, Enterprise Ireland, invierte más de 1.000 compañías locales especializadas en tecnologías digitales y el país ocupa el primer puesto a nivel mundial en inversión en capital de riesgo en el ranking Pitchbook 2020.

“La mejor forma de apreciar la transición de este país hacia un modelo productivo más verde es fijándose en la estrategia de las empresas irlandesas más innovadoras, muchas de las cuales llevan la sostenibilidad en su ADN”, explica Alberto Cisterna, director de Enterprise Ireland en España. Esta agencia apoya a numerosas empresas que encajan en esta descripción, muchas de las cuales operan en España, como AMCS, Anecto, Crowley Carbon o EM3, varias de las cuales tienen importantes clientes en Cantabria, sobre todo en el sector energético.

AMCS

Los irlandeses Jimmy Martin y Austin Ryan identificaron una creciente necesidad de automatización dentro de la industria de residuos y fundaron en 2004 AMCS Group, que hoy es líder mundial en el diseño y suministro de soluciones de software y hardware medioambiental de residuos y reciclaje. Su plataforma ha sido diseñada tomando como modelo casos de buenas prácticas de miles de compañías de gestión de residuos y reciclaje de todo el mundo. AMCS Group se inspira en estas tendencias para impulsar la automatización, la estandarización integral y la optimización de todos los procesos empresariales, permitiendo así que las empresas de residuos y reciclaje operen de forma más inteligente y coordinada. Algunos de sus clientes en España son Ferrovial y OHL.

Anecto

Especializada en programas de reparación e ingeniería electrónica para el sector renovable, Anecto fue creada en 1994. Su especialidad son los sistemas electrónicos dirigidos a reducir los costes energéticos. Dentro de las energías renovables, la compañía pone un especial énfasis en las soluciones eólicas y fotovoltaicas.
El auge de estas energías ha contribuido a ampliar el mercado de Anecto, que también está presente en la medicina, la industria militar, la automotriz y la aviación. Algunos de sus clientes españoles son GE Renewable, Gamesa, Vestas, Naturgy, Viesgo, EDP, SYDIS, COMSA, INGETEAM, Tamoin o DWT España.
También Crowley Carbon, que ha desarrollado el navegador Clarity, ha empezado a trabajar en España, con compañías como Tubacex, fabricante de tubos de acero inoxidable, o Lipsa, que produce aceites para consumo humano, además de empresas de producción alimentaria, vidrio o cerámica.
Clarity centraliza todos los datos operacionales ayudando a reducir los costes y a aumentar el rendimiento.
Por su parte, EM3 es la empresa de servicios energéticos en la industria más grande de Irlanda. Gestiona el rendimiento energético de una cartera de empresas que suman un gasto energético de más de 620 millones de euros, para las que hace auditorías energéticas, sistemas de gestión de la energía y diseño y puesta en marcha de proyectos.

 

 

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