El Palacio de Pombo espera a abrir sus puertas convertido en hotel cuatro estrellas

Tras una inversión de más de ocho millones de euros, el nuevo hotel de cuatro estrellas tendrá 64 habitaciones

El Palacio de Pombo es uno de los pocos edificios históricos notables que conserva Santander y fue construido en 1854 por el marqués de Casa de Pombo, impulsor de la economía local durante buena parte del siglo XIX. Vendido por su hija en 1889, acoge desde entonces el Club de Regatas, que a partir de ahora va a compartir una buena parte de los 3.550 metros cuadrados de superficie con un hotel de cuatro estrellas de la cadena malagueña Soho Boutique Hotels, pendiente de apertura.


El nuevo hotel Palacio de Pombo, situado en un extremo de la céntrica plaza santanderina que se construyó sobre sus jardines privados, tiene un nuevo aspecto tras una inversión de más de ocho millones de euros realizada por Mazabi, una gestora madrileña de patrimonios familiares especializada en inversiones inmobiliarias. Mazabi, a su vez se lo ha alquilado a la cadena Soho Boutique Hotels que lo explotará, después de transformar el interior. Será el décimo hotel de cuatro estrellas de Santander cuando finalmente abra, porque aunque estaba previsto que se inaugurase el 1 de junio, aún no hay fecha oficial para ello.

El Palacio de Pombo cuenta con 3.550 m² destinados a uso hotelero y comercial, que han deparado 64 habitaciones, además de salones de reuniones y eventos, un restaurante con acceso directo desde la calle, así como un bar y una cafetería con vistas a la céntrica plaza.

Espacio compartido

Al ser un edificio protegido, se ha respetado su arquitectura.

El Real Club de Regatas de Santander seguirá en el edificio, pero con unas dependencias más reducidas y completamente renovadas. Dispondrá para sus asociados de la mitad de la primera y la segunda planta del edificio, y compartirá algunos espacios con el hotel, por lo que los dos ocupantes del histórico inmueble tendrán una decoración similar.

El Club continuará teniendo una entrada independiente, la de la Plaza, una condición inexcusable que pusieron sus socios, mientras que al hotel se accederá por la calle Marcelino Sanz de Sautuola.

Entre las estancias que seguirán perteneciendo al Club de Regatas están las grandes salas de lectura –a las que podrán acceder los clientes del hotel–, una espectacular biblioteca con más de 6.000 ejemplares y una sala de billar.

El Club también conserva un salón de actos con capacidad para más de cien personas, que se ha remodelado totalmente.

Por su parte, el hotel ocupará parte de la segunda planta, la tercera y cuarta, con 14, 26 y 24 habitaciones, respectivamente.

Como todos los hoteles boutique, podrá presumir de una personalidad propia, más allá de su privilegiada ubicación, que todavía resultará más interesante cuando finalicen las obras del Proyecto Pereda y la nueva sede del Banco Santander, a unos pocos metros.

A una sutil integración en su entorno, se añaden ahora el confort, la elegancia y la funcionalidad de las dependencias.

Al tratarse de un edificio protegido, se han respetado las fachadas y la estructura, en las que solo se ha realizado una actualización. También se mantienen la escalinata imperial de mármol que preside la entrada, los salones de la primera planta, la biblioteca, la fachada y los torreones.

Precisamente en estos cuatro torreones se ubicarán las habitaciones más especiales del nuevo hotel. Se trata de estancias  dúplex en las que el baño y un salón se encuentran en la planta inferior y el dormitorio, al que se accede por una escalera de caracol, se encuentra en la parte superior del torreón.

Empresas regionales

Las obras de este nuevo hotel han durado algo más de dos años y han sido realizadas, en su gran mayoría, por empresas de la región, empezando por la constructora Conspur, que ha tenido que trabajar con mimo para mantener la esencia del único palacio del siglo XVIII que queda en el centro de Santander.

Una de las 64 habitaciones del nuevo hotel.

La ingeniería Roma, que ha llevado la dirección y gestión del proyecto, también ha dirigido su ejecución.

Por su parte, Matescan se ha encargado del interiorismo del hotel, tanto los revestimientos como el mobiliario, siempre bajo la filosofía de “clásico renovado” y sin perder de vista la historia del edificio, su arquitectura y su ubicación.

Valoria ha sido la encargada de la recogida y el tratamiento de residuos.

Mazabi y Soho Boutique

Mazabi suma ya 21 hoteles, con una valoración patrimonial superior a los 500 millones de euros, y tiene otros diez más en negociación o en distintas fases de desarrollo.

Por su parte, la cadena malagueña Soho Boutique Hotels da empleo a 600 personas, cuenta con una cuidada selección de 29 hoteles boutique repartidos por Málaga, Sevilla, Córdoba, Cáceres, Salamanca, Madrid u Oviedo. Andalucía es, además de su sede, la región que concentra el mayor número de ellos.

Además del hotel de Santander, la cadena abrirá este verano otro establecimiento en Valencia, también de 4 estrellas y  dos en Cádiz, el primero de ellos en agosto y el segundo, a finales de año.

Un edificio con historia

Los torreones son unos elementos característicos de este palacio del siglo XVIII. Tras esta reforma, son el espacio de las habitaciones más singulares del nuevo hotel, de tipo dúplex.

Han sido muchos los incendios que ha vivido Santander, sobre todo en los siglos XIX y XX, cuando la actividad industrial y portuaria se concentraba en el corazón de la ciudad, y el Palacio de Pombo ha sufrido tres de ellos.

En 1852, Juan Pombo Conejo, un empresario harinero palentino afincado en Santander, compró un solar unos 1.310 metros cuadrados por 130.000 reales. Quien con el tiempo fuera reconocido por el Rey como l Marqués de Pombo construyó la plaza que lleva su nombre y le donó a la ciudad un tercio de su superficie, con la única condición de que nunca edificara en estos terrenos.

Juan Pombo se convirtió en uno de los personajes más relevantes del Santander de la época. Además de comerciante, fue industrial, naviero, banquero –fue uno de los socios fundadores del Banco Santander y su primer presidente–, promotor turístico y político. Incluso llegó a ser alcalde de Santander entre 1867 y 1868.

Vista aérea del Palacio de Pombo, situado en una zona muy céntrica de la ciudad.

Tras adquirir la céntrica parcela, hizo construir en uno de sus extremos un palacio que acabó siendo conocido como Casa Pombo, cuya edificación concluyó en 1854. En sus bajos se situó la primera sede del Banco Santander, y allí estuvo desde su fundación en 1857 hasta que el devastador incendio de 1880 le forzó a abandonar el emplazamiento.

Sendos incendios en 1860 y 1875 obligaron a rehabilitar el inmueble, pero fue en 1880 cuando un tercer incendio aún peor arrasó con varios edificios propiedad de Juan Pombo, entre ellos el Palacio, que quedó totalmente destruido.

El I Marqués de Pombo volvió a levantar el palacete sobre sus cenizas. El nuevo caserón fue proyectado por el arquitecto Atilano Rodríguez, autor de numerosos edificios de la ciudad, incluidos los que hoy forman la sede del Banco Santander, aunque su aspecto tiene poco que ver con el original.

El Palacio de Pombo que ha llegado a nosotros es de  grandes dimensiones y estilo modernista, con planta rectangular y cuatro alturas. Tiene dos salidas a la calle en los frentes opuestos.

La fachada original estaba decorada con motivos marinos (faros, anclas…), recordando el origen de las riquezas familiares, ya que desde Santander daban salida al trigo y la harina que producían en Tierra de Campos.

Lo más destacable de su fachada son las torres con minaretes situadas en los extremos superiores del edificio y las dobles columnas rematadas con capiteles corintios  sobre la puerta principal.

En el interior se han conservado los salones con los frescos de sus paredes, así como la espectacular escalera principal, hecha en mármol.

En 1889, tras la muerte del Marqués, el pleno del Ayuntamiento de Santander acordó nombrar a Juan Pombo, Hijo Adoptivo de la Ciudad y darle sepultura en el panteón de hombres ilustres de Ciriego. Su hija Everilda vendió el Palacio por 125.000 duros a los socios del Club de Regatas de Santander, cuya sede se ha mantenido en el mismo lugar hasta la fecha. A mediados de la pasada década, el Club tomó la decisión de enajenar parte de edificio, para poder reequilibrar sus maltrechas cuentas, y ahora, quien pernocte en el nuevo hotel podrá disfrutar del hogar de Juan Pombo y de su amada ciudad de Santander.

María Quintana

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