Cepsa tendrá las gasolineras más caras y más baratas tras adquirir Ballenoil

En Cantabria, la operación le proporciona tres estaciones en servicio y siete en proyecto

Con la compra de las 220 gasolineras de la cadena de bajo coste Ballenoil, Cepsa da un paso importante en todo el país, y también Cantabria, donde pasa a tener tres estaciones de servicio más y otras siete en proyecto, las aperturas que preparaba Ballenoil. Cepsa ya contaba con treinta estaciones de servicio en la región y a partir de ahora tendrá dos líneas diferenciadas de negocio, la premium (las gasolineras que llevan su marca) y la low cost, procedentes de la cadena recién adquirida, que han conseguido una clientela cautiva a la que no quiere renunciar.


Entre la gasolinera de Cepsa de la calle Josefina Sáenz de la Maza, de Santander y la que ha abierto Ballenoil en la calle Repuente, a solo 400 metros, la diferencia de precio en un litro de gasolina 95 es de casi 20 céntimos. Una suele marcar los precios más altos de la comunidad, junto a las estaciones de servicio de Repsol, y otra los más bajos. Para las grandes compañías que hasta hace unos años copaban el mercado no resulta nada fácil convivir con estas cadenas independientes, casi sin personal, que tiran precios, sobre todo cuando para repostar en ellas no hace falta recorrer más kilómetros. Por eso, no cabe extrañar que Cepsa, el segundo operador nacional, haya recurrido a comprar a su competidor.

Ballenoil, la cadena creada en 2010 por el propietario de las estaciones de lavado de coches Ballena Azul, David Querejeta, y por Juan Sanz, ha abierto en los últimos años estaciones de servicio en Santander, Cartes y Camargo, y prepara otras siete aperturas en lugares con un importante flujo de vehículos: Revilla de Camargo, Santander, Laredo, Colindres, Pontejos y Marina de Cudeyo. Estas gasolineras  son semiautomáticas y, por lo general, disponen de cuatro surtidores. En los últimos tiempos, el precio de la gasolina súper 95 en ellas está por debajo de la barrera de 1,5€ y el del gasóleo básico por debajo de 1,4€. En las de Cepsa suele estar en 1,669 y 1,665.

Aunque su dimensión no suponga una amenaza para las grandes petroleras, que controlan dos tercios del parque nacional de gasolineras, el avance de las compañías independientes está siendo muy rápido, sobre todo en estos últimos años en los que la inflación ha hecho mella en el bolsillo de los consumidores. La venta de carburantes a particulares que suman las low cost, supermercados y cooperativas superó, entre enero y septiembre, el 50% del total, según datos del sector.

En toda España, Ballenoil tiene 220 estaciones de servicio y un plan para alcanzar las 500 en 2027, que la nueva propietaria piensa mantener. Con esta adquisición, Cepsa supera las 2.000 gasolineras en la Península -unas 1.500 de ellas en España- y se consolida como el segundo operador del mercado nacional, tan solo por detrás de Repsol, que suma más de 3.300 puntos de venta.

Cepsa mantendrá la marca Ballenoil, así como su modelo de negocio, para consolidar la posición que había conseguido en el segmento low cost y ofrecer una gama de combustibles con precios económicos, un modelo dual que cada vez más frecuente en multinacionales de todo tipo. La compañía también quiere convertir Ballenoil en el referente en sostenibilidad de su segmento, para lo que reforzará los puntos de recarga eléctrica e incorporará la venta de biocombustibles.

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