El 70% de la población de nuestro país está en una situación de incertidumbre. Cambio de paradigmas II

MLuz Villamil Calva

 

En la primera parte y para cerrar el año 2020 hemos repasado los cambios sucedidos en materia empresarial derivada de la pandemia y veamos cómo viene el 2021. En esta segunda parte quiero profundizar sobre cómo podría favorecerse la recuperación.
Partamos de la premisa que los costes de producción no solo comprenden aquellos generados durante la producción en si y la venta o entrega del producto y/o servicio, sino que también comprende todos aquellos gastos necesarios para mantener el proyecto o negocio en funcionamiento. Hay costes que no varían en proporción a la facturación, e incluso algunos que siguen siendo los mismos a pesar de no poder producir; esto, en función del tamaño de la empresa y su salud financiera es viable soportar o no.

Por otro lado, la posición de la empresa en el mercado, el ciclo de vida en el que se encuentra el servicio, producto del negocio en cuestión, la existencia o no de productos o servicios sustitutivos, si son de primera necesidad o no, deberían ser tenidos en cuenta a la hora de tomar la decisión de si soportar estos costes fijos sin producir, los cuales se van acumulando y produciendo una merma de liquidez a la empresa, o por el contrario merece la pena soportarlos. La primera hace referencia a si la empresa puede y la segunda si debe. Entre una y otra está la del ingenio, la de la innovación, la de la lucha si así se decide, la de salvar los obstáculos que por motivo de la pandemia nos imponen.

También hay que tener en cuenta cual será la situación en la que se puede llegar a encontrar la empresa una vez pasada la pandemia. Todo empresario con trayectoria sabe que las empresas requieren de inversiones continuas para seguir estando actualizada a las demandas del mercado. ¿Y qué pasa con el Capital Humano?

El capital humano es un factor muy importante para cualquier empresa y por ende para la productividad del país en su conjunto. Pues desagraciadamente se está incrementando la tasa de desempleo, muchas empresas están prescindiendo de capital humano porque su producción ha disminuido, otras han cerrado, otras se han acogido a un ERTE, … en fin, como dije en mi anterior artículo la pequeña y mediana empresa de España contrata al 70% de la población activa. Entonces tenemos un panorama en el que el 70% de la población activa de nuestro país está en una situación de incertidumbre, a esto le sumamos que la capacidad de ahorro de las familias es ínfimo, ya que los salarios en nuestro país son bastante justitos, cuando hablo de salarios me refiero al dinero que recibe el trabajador en su cuenta corriente cada mes, puesto que el coste laboral es bastante mayor entre impuestos y seguridad social. Si la población no tiene liquidez para consumir, cada vez las empresas trabajarán menos y por lo tanto prescindirán de más mano de obra….. y….. ¿por qué los salarios son tan bajos en España con respecto a nuestros vecinos de Europa? Pues porque en realidad los costes de energía son mucho más elevados, los impuestos también, los costes laborales (que no salarios), ya solamente emprender es mucho más caro y costoso en España que en otros países vecinos porque cuando el negocio quiere estar abierto y producir ya se han amontonado una serie de costes e inversiones durante un largo período de tiempo hasta que la

burocracia decide darte una licencia y todo esto hace que producir en España sea caro, y ¿con qué se ajusta los costes totales de producción? Con el salario del capital humano. ¿esto que produce? Fuga de talento al extranjero, nosotros invertimos en formar a nuestros jóvenes y luego producen riqueza para otro país, y de los jóvenes que se quedan en España un 43% no tiene trabajo. Pero además de no tener trabajo tampoco pueden emprender porque al no tener un histórico ni patrimonio los bancos no les financian.

Resumiendo, paro incrementándose, 43% de paro juvenil, fuga de talento, barreras al emprendimiento, costes de producción elevados, salarios bajos, sociedad insatisfecha, endeudamiento de empresas, cierre de otras, merma de liquidez, posición poco ventajosa para nuevas inversiones y por ende pérdida de posición en el mercado. ¿A quién beneficia esto?

Las empresas quieren trabajadores satisfechos, felices, con sus necesidades cubiertas para que así sean más eficientes y tengan mayor complicidad con los objetivos; las empresas necesitan colocar sus productos y servicios a un precio justo, que el consumidor potencial esté dispuesto a pagar; por lo tanto las empresas necesitan mayor margen entre los costes y la facturación y así poder mejorar las condiciones laborales.

Queridos lectores, ¿de dónde creen que se deberían reducir los costes de producción? Yo creo que primero reduciendo la burocracia para montar una empresa; segundo poniendo la administración al servicio del ciudadano, del empresario, y no al revés; tercero, bajando los impuestos de la energía y demás impuestos; cuarto, haciendo política de desarrollo empresarial, incentivando el emprendimiento, generando herramientas de ayuda y no entorpeciendo la gestión de los empresarios; las subvenciones deberían ser con vuelta, si un negocio no es viable sin subvención no es negocio. De esta manera, habría financiación para quien verdaderamente quiere emprender, quien tiene una idea nueva, para innovar, para abrir nuevos mercados, nuevas líneas de producción, para proyectos de mejora, para adaptar la empresa a nuevas circunstancias etc.

Y ahora estarán pensando…. Si el Estado recauda menos…. ¿Cómo sostenemos el sistema? Pues apostando por dos vías, una, produciendo más y mejor, incrementando el PIB, vendiendo más, reteniendo el talento, fomentando la creación de empresas (pero de verdad), ahorrándonos mucho dinero en subvenciones a fondo perdido para el beneficio de empresas parásito; y dos, como no, reduciendo la administración, los procesos, el número de politicos, etc. en definitiva, reduciendo los costes estructurales que soportamos con nuestros impuestos.

La sociedad quiere garantías de seguridad, sanidad, educación y tener una jubilación digna o una prestación en caso de desempleo, por ello, la sociedad se forma y trabaja. Los políticos deben hacer política para garantizarlo, deberán adaptarse a los nuevos paradigmas

haciendo también los sacrificios necesarios, no solo las empresas, porque es inviable, al trabajador se le priva de una gran parte de su coste laboral porque lo recauda el Estado, además tiene que pagar impuestos por lo percibido, paga impuestos por todo menos por respirar, la empresa también y ¿a cambio?.

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