Adiós al 2020 pero no al Cambio de Paradigmas I

Por María Luz Villamil Calva

 

Esta primavera, durante la pandemia, en mis artículos Cambio de Paradigmas, hablaba sobre como iba a influir la pandemia en el mundo empresarial y los beneficios que estos iban a conllevar por un lado así como la situación en la que iba a dejar a otras empresas a las que se les aconsejaba realizar un profundo análisis de situación, modificar su hoja de ruta e incluso reinventarse. También recordamos que desaconsejaba ilusionarse y dejarse caer en brazos de ICOs para asumir los costes fijos de las actividades económicas sin antes no hacer un exhaustivo análisis de situación del negocio y prever los distintos escenarios que podrían darse; y que por cierto hoy en día pueden seguir vislumbrándose.

 

Lo hecho hecho está, veo empresas que actualmente han visto agudizados sus problemas, otras que han cerrado sus puertas evitando perder más, otras que están funcionando mejor que nunca y algunos negocios nuevos que surgen.

 

La pandemia mundial ha variado los factores políticos, económicos, sociales y tecnológicos y esta seguirá variándoles en función de cuanto más se dilate en el tiempo.

 

Un modelo de plan de negocio basado en escenarios es lo más indicado para situaciones de incertidumbre como la que vivimos en la actualidad, todo gerente, administrador o director empresarial tiene que tener en cuenta estos escenarios y estar muy pendiente de la evolución, las decisiones políticas, la situación social, y la evolución de la tecnología y la economía. Por lo tanto, la información fehaciente y transcendente debe fluir con rapidez para poder anticiparse a nuevos cambios disruptivos. Al fin y al cabo los gerentes, administradores y directores son los responsables de las empresas, tanto para lo bueno como para lo malo. Ser gerente de una empresa con viento favorable es fácil, pero gestionar en el caos es complejo.

 

Podemos destacar algunos factores muy visibles como el cambio en el hábito de consumo, el miedo, la prudencia (social), las restricciones de movilidad, el cierre de fronteras, la limitación de aforos, los toques de queda, las ayudas excepcionales (politica), el incremento del paro, los Ertes, los Ico, el cierre de otras empresas de la cadena de valor, la falta de suministros (económico) y en la tecnología el desarrollo del 5G y la aceleración de la digitalización de las empresas, servicios y comunicaciones. Más que nunca hemos agudizado nuestro ingenio para hacer uso de esta herramienta como facilitador, y así como hace veinte años la tecnología comenzó a romper sectores tan consolidados como las discográficas, editoriales o la industria del cine, posteriormente el sector del taxi o la formación a distancia, ahora vemos que estos sectores eran los primeros coletazos para lo que iba a acontecer; al implantación y normalización de la era tecnológica.

¿Y qué es lo que creo que va a pasar en este próximo 2021? Pues claramente que la pandemia no se va a pasar tan rápido como deseamos, que un porcentaje importante de la población se habrá acostumbrado y acomodado a utilizar nuevas tecnologías por lo que cuando pase la pandemia habrá procesos que no se vuelvan a realizar como se venían realizando. La pandemia nos ha vuelto más sensibles con la salud, el cuidado del planeta y de nosotros mismos. Nos hemos dado cuenta que puede no haber un mañana. Todos los indicadores muestran que el paro se va a disparar, la economía resentir y que un importante número de empresas van a cerrar sus puertas, al mismo tiempo que otras nuevas van a surgir. Tenemos que tener en cuenta que la pequeña y mediana empresa tienen menor músculo financiero para soportar una crisis con unas consecuencias de esta índole, no previstas, y que estas emplean al 70% de la población activa, y que el 95% de las empresas españolas son micropymes con menos de 10 trabajadores.

Tampoco creo que los políticos puedan solucionar los problemas de las empresas, podrán seguir poniendo al alcance de las empresas ayudas puntuales, gracias a los fondos europeos para tal fin, ya que España no se nos debe olvidar que está endeudada y que no tiene la salud económica deseable, comenzábamos a recuperarnos de la anterior crisis….lo que si pueden y deberían hacer los políticos es generar un país, región, comunidad o municipio propicio al emprendimiento y al desarrollo empresarial, eliminar trabas burocráticas, bajar impuestos y poner en marcha políticas de desarrollo económico. La administración y los políticos también tienen que cambiar y adaptarse a los nuevos paradigmas.

Tendrán más facilidad de perdurar aquellas empresas que vendan lo que son capaces de producir, siendo el sector intermediario el más castigado a no ser que ofrezca un claro valor añadido. En el sector turístico, que aporta un 12% del PIB, tenemos dos frentes que atender, el turismo nacional y el extranjero; mientras que las variables serán la confianza que como país seamos capaces de proyectar, la propia del destino turístico, y la situación en la que se encuentren el resto de países competidores a nivel de seguridad sanitaria, así como las restricciones de movilidad. Quienes puedan viajarán y harán turismo a lugares seguros, por lo que el factor político incidirá en la pospandemia.

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