La oportunidad de Santoña

Santoña afrontará en los próximos años una profunda renovación de la trama urbana más cercana al puerto, una antigua zona industrial donde se asentaban las conserveras que históricamente han impulsado el desarrollo económico de la localidad.
El traslado de las fábricas de anchoa al nuevo polígono de Las Marismas –con la excepción de Albo que continúa en las mismas instalaciones que viene ocupando desde principios del siglo XX–, abre para Santoña la posibilidad de integrar en el casco urbano una zona de 30.000 metros cuadrados que se encuentra muy degradada por el paso del tiempo y por el paulatino abandono de la actividad industrial, para destinarla a nuevos usos residenciales, turísticos y de ocio.
El valor estratégico que puede tener este espacio para el futuro de Santoña ha llevado al Ayuntamiento a buscar un proyecto singular del que la villa pueda sentirse orgullosa. Con el fin de recabar ideas, sin tener que el realizar un desembolso significativo, el Ayuntamiento decidió proponerlo para el concurso “Europan”, que periódicamente realiza una federación europea de organizaciones nacionales de arquitectura dirigido a arquitectos menores de cuarenta años. Santoña fue aceptada para la séptima convocatoria de este concurso de ideas, junto a otras siete localidades españolas y su propuesta ha sido una de las que han tenido más tirón entre los equipos participantes.
Entre los 68 emplazamientos propuestos en los 19 países europeos que participan en el concurso, el reto que plantea la ciudad cántabra ha concitado el interés de nada menos que cien equipos de arquitectos y proyectistas europeos –es el quinto con más participantes–, cuyas propuestas podrán optar a uno de los doce premios que concede la Federación.
Antes, los proyectos presentados deberán pasar la criba del Comité Ejecutivo de Europan, una de cuyas reuniones se celebrará precisamente en Santoña el próximo 11 de octubre. La elección de los proyectos ganadores se hará pública en febrero del 2004 y, resulten o no premiados los referidos a la localidad cántabra, el Ayuntamiento contará con un amplio abanico de propuestas entre las que poder elegir, aunque ninguna de ellas será vinculante.

Recuperación del frente marítimo

La zona sobre la que se quiere actuar ha llamado ya la atención de las promotoras inmobiliarias, que comenzaron a comprar suelo a las conserveras a medida que estas se iban trasladando al polígono, pero el Ayuntamiento cree que esto no impedirá llevar a cabo un proyecto singular. En realidad, el suelo sigue teniendo una calificación industrial, si bien el plan de urbanismo será revisado en el 2005 y entonces se admitirá el uso residencial, turístico y de ocio para este área.
Por el momento, tan sólo Albo se muestra poco proclive a abandonar este emplazamiento. Según fuentes de la empresa, la intención de la conservera es mantener abiertas las dos naves que tiene allí ubicadas, y que ocupan cerca de 9.000 m2, pero no parece que su postura sea inflexible.
La ubicación de este antiguo emplazamiento industrial junto a la dársena sur del puerto, convertida por las últimas actuaciones de la Consejería de Obras Públicas en puerto deportivo, y donde se está ejecutando un paseo marítimo y un mirador, refuerza el atractivo de un espacio que está llamado a ser el futuro núcleo de interés turístico de la villa. Una nueva referencia hacia el exterior para el lugar donde las viejas naves de semiconservas de pescado marcaron durante más de un siglo la estampa de esta localidad marinera.

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