El salto a la política de Vidal de la Peña desestabiliza de nuevo la CEOE

Astuy se enfrentará a Conde y propondrá una lista de consenso para evitar las elecciones

Hace un año, cuando hostigaba al Gobierno regional, Vidal de la Peña aseguró que no tenía ninguna intención de pasar a la política. Lo volvió a repetir en la CEOE hace unas semanas, pero Vidal se ha convertido en el número 2 en la lista regional del PP a las próximas elecciones autonómicas. Su salida imprevista de la CEOE, cuatros meses después de unas elecciones que anticipó, ha molestado a un importante sector del empresariado, pero estaba lo suficientemente preparada como para dejar la sucesión dispuesta, en la persona de Enrique Conde. En la Junta Directiva celebrada a pocas horas de la dimisión se dejó entender a los presidentes de sectoriales que la de Conde era una posición ya consensuada para pedirles su aval, y algunos de quienes lo dieron se han sentido violentados al saber que no existía tal consenso. Emérito Astuy, que se presentará, está muy cerca de conseguir los avales suficientes y podría llegar a ganar, pero su intención es ofrecer una lista de consenso para no llegar a las votaciones y recrear las tensiones del pasado.


Hace un año, en la presentación de la Asociación de Jóvenes Empresarios, Lorenzo Vidal de la Peña respondió vehementemente al ser preguntado si iba a ser candidato del PP en las elecciones regionales «Claro que lo descarto”. No soy el candidato de nadie sino el presidente de una organización empresarial cuya intención siempre es constructiva y siempre en aras del desarrollo de nuestra comunidad autónoma, vino a decir.

Vidal de la Peña acababa de recibir apoyo (testimonial y financiero) para su plan de desarrollo regional del entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que mantenía una dura confrontación con el Gobierno de Cantabria desde su nuevo cargo.

De la Peña se convirtió en el ariete contra el Ejecutivo de Revilla, dando lugar a una situación realmente confusa, puesto que era el coordinador de la Mesa de Patrón de Crecimiento constituida por el Gobierno y los agentes sociales para elaborar el Plan Estratégico de Cantabria y, al mismo tiempo, impulsaba otro por su cuenta. Igual de confuso que el Ministerio de Fomento se convirtiese en patrocinador de un proyecto que no encajaba poco ni mucho con su ámbito de competencias.

La moción de censura de Pedro Sánchez acabó con ese idilio entre el ministro y el presidente de la patronal cántabra. De la noche a la mañana, De la Serna tuvo que abandonar el Ministerio, y Vidal de la Peña optó por dejar la Mesa del Patrón de Crecimiento porque no parecía posible encabezar dos proyectos competidores entre sí.

De la tregua al incendio

El tiempo acabó por apagar el incendio, aunque se reavivase esporádicamente con algunas declaraciones del presidente de la patronal. A final de año, durante la conmemoración del 40 aniversario de la CEOE-Cepyme cántabra, Vidal abrió el acto con una foto panorámica de los asistentes que él mismo hizo con su teléfono y la exhibió en una pantalla preguntando a la sala si alguien veía en ella a algún político: “¿No? ¡Pues no están porque no les hemos invitado!” se respondió a sí mismo entre el alborozo de un grupo de empresarios jóvenes y la circunspección de otros más veteranos.

A pesar de esa hostilidad “a los políticos”, el presidente de la CEOE presentó finalmente su esperado plan y se lo trasladó al Gobierno. Para sorpresa de todos, ofrecía negociarlo, integrando sus propuestas con las del plan que ya estaban elaborando las instituciones.

El comité ejecutivo formado por Vidal de la Peña en noviembre, en el que recientemente ha entrado Enrique Conde (que no aparece en la foto) para sustituir a Marta Fernández Teijeiro, que también será candidata del PP en las próximas elecciones.

Un cambio de actitud que parecía abrir una nueva época de consenso, sobre todo después de que De la Peña anticipase las elecciones de la CEOE y lograse la reelección por otros cuatro años. Ni siquiera encontró rival, porque los estatutos de la patronal hacen muy difícil enfrentarse al candidato oficial, y nadie quiso asumir tantos riesgos, aunque a lo largo del mandato no han faltado críticos (siempre en privado) y la gran empresa se ha ido apartando de los órganos de gobierno.

La sorpresa se produjo a comienzos de marzo, con una ponencia de Vidal de la Peña en el Foro SER realmente incómoda para los miembros del Gobierno que se encontraban presentes, empezando por el presidente Revilla, que aguantó el chaparrón con estoicismo. No así el consejero de Obras Públicas, José María Mazón, que optó por abandonar la sala ante los ataques a su gestión.

Revilla se mostró sorprendido, sin llegar a entender lo que pasaba. Incluso preguntó a otros miembros del Gobierno si había ocurrido algo en los últimos días, convencido como estaba de que las tiranteces con el presidente de la CEOE eran cosa del pasado.

Lorenzo Vidal de la Peña recomendaba al Gobierno “más trabajo y menos romería”, un mensaje cargado con más pólvora que ironía, que también sorprendió a algunos miembros de la patronal, que no se lo esperaban, a pesar de que son muchos los que le consideran “un hombre imprevisible”. Algo que causa no pocos problemas, como cuando anunció en la fiesta conmemorativa de la CEOE cántabra que su intención era fusionarla con la Cámara de Comercio, una maniobra de la que no hay precedente alguno en todo el país (sería imposible por el régimen semifuncionarial de la Cámara) y que ni siquiera había comentado con los responsables de esta entidad.

Una maniobra calculada

El revuelo de la ponencia en el Foro SER no era, en cualquier caso, un producto de esa imprevisibilidad sino una maniobra calculada. Era el primer paso de su desembarco en política, aunque en ese momento no se supiese. Ya hacía algún tiempo que había recibido la oferta de la presidenta local del PP de acompañarla en su candidatura y la había aceptado, así que, desafiante, unos pocos días después, el presidente de la CEOE daba el segundo paso a través de una tribuna de opinión publicada en El Diario Montañés. Allí respondía a quienes le replicaron que para hacer política desde se presentase a las elecciones: “¿Y si me presento, qué?”, concluía.

Tres días después se desvelaba el secreto, se presentaba. Una noticia apalabrada para la misma fecha en que Vox llenaba el Palacio de Festivales de Santander, para tratar de taparla: Lorenzo Vidal de la Peña, azote de los gobiernos, sin complejos para acudir a actos de Podemos o para lanzar los mensajes más populistas, sería el número 2 de la lista regional del PP.

La dirección del propio Partido Popular no cabía en sí de entusiasmo ante lo que consideraba un “fichaje de relumbrón”, después de unos meses en los que en el PP apenas ha tenido un día de sosiego y una buena noticia.

Fuerzas divididas

Enrique Conde (izquierda) y Emérito Astuy competirán por la presidencia de la CEOE cántabra. Conde fue decano durante ocho años del Colegio de Ingenieros de Caminos, y Astuy presidente de la poderosa Asociación de Hostelería también durante dos mandatos.

Si Vidal de la Peña tiene o no tirón popular lo dirán los resultados de las urnas, pero antes se va a medir, directa o indirectamente, en otro terreno, el de los empresarios. Al dejar vacía la presidencia solo cuatro meses después de su reelección crea un serio problema de continuidad en la patronal, porque las aguas no están tan tranquilas como parecía indicar la ausencia de rivales en las últimas elecciones anticipadas, y su paso a la política ha creado un notorio malestar.

Hay un sector crítico, y va a dar la batalla. Ya se vio en la última Junta Directiva, al comunicarse la marcha de Vidal, y aunque el oficialismo se ha dado mucha prisa en buscar un candidato “de continuidad” para cerrar la interinidad, en la figura del presidente de la ingeniería Soningeo, Enrique Conde, y en recoger todos los avales, que impedirían otro candidato, tendrá un rival, el hostelero Emérito Astuy.

Las fuerzas están divididas y, hoy por hoy, son difíciles de calcular. Si el sector ‘continuista’ consigue una mayoría de avales de los presidentes de sectoriales que están en la Junta Directiva, podrá evitar la votación popular (la de todas las empresas asociadas), como ocurrió cuando Vidal desalojó a Gema Díaz. En caso contrario, el resultado es incierto y el rival cuenta con serias posibilidades de ganar.

Conde tiene a su favor el sistema electoral y en contra la progresiva desafección de las empresas de los actos de la patronal, con juntas generales donde apenas participan veinte personas, o la incomodidad de las grandes compañías por las guerras contra las instituciones. Astuy tendrá a su favor la posibilidad de recoger los rescoldos de malestar que no se han apagado en estos años, y los votos de quienes creen que Vidal de la Peña ha utilizado la patronal abiertamente en favor del PP, forzando hace cuatro meses unas elecciones, supuestamente para alejarlas de cualquier connotación política, que, a la vista de lo ocurrido, no tuvieron ningún sentido, y ha dado lugar exactamente a lo contrario, a que la CEOE se muestre como un apéndice del PP.

Astuy se presentará

El hostelero Emérito Astuy está próximo a conseguir el número suficiente de avales para presentarse, y la sucesión de Vidal de la Peña puede acabar por resultar muy distinta de lo que él planeó. Astuy se sabe fuerte en la votación en las urnas, empresa por empresa, que debería celebrarse el día 30, pero quienes le apoyan están convencidos de que esa opción provocaría otro desgarro en la patronal como los que se vivieron en anteriores comicios (ya se están produciendo enormes presiones en la recogida de avales) y tratarán de evitarlo. La intención es ofrecer una candidatura de consenso al sector oficialista, para formar una lista única y soslayar el proceso electoral. Una opción que por el momento no contemplan los oficialistas.

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