El proyecto para la reordenación de la planta baja del Mercado de la Esperanza se licitará por 863.600 euros

La Junta de Gobierno Local de Santander ha aprobado este lunes el proyecto técnico para la reordenación parcial de la planta baja del Mercado de la Esperanza, con un presupuesto base de licitación de 863.650 euros y un plazo de cinco meses.

Las obras permitirán optimizar las condiciones de trabajo de los comerciantes y su capacidad de prestar un mejor servicio, ampliando además el abanico de actividades de dinamización social que podrá albergar este espacio.

El proyecto mejorará la planta baja, especialmente los espacios comunes, y en concreto, el puesto de control de los vigilantes municipales y la sala de reuniones de la Asociación de Comerciantes, así como los aseos y vestuarios del personal del mercado y los aseos públicos.

Además, se creará un aula de cocina versátil donde podrán desarrollarse actividades en grupo y también se creará un nuevo almacén general para los comerciantes.

En un comunicado, el concejal de Comercio y Mercados, Álvaro Lavín, ha recordado que se trata de una actuación que será financiada en el marco de las ayudas para el apoyo a mercados del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, del que se ha beneficiado el Ayuntamiento con el proyecto ‘Comercio de Santander. Camino de la excelencia’.

Lavín ha indicado que el objetivo es que la remodelación pueda estar finalizada en verano y ha remarcado que el proyecto, que ya conocen los comerciantes a través de la asociación, es una muestra «del proceso de mejora permanente que se está desarrollando en los mercados para potenciarlos y poner en valor su actividad».

El concejal ha señalado que en este primer trimestre está previsto también presentar las conclusiones del estudio de alternativas de futuro de este mercado, que servirá de orientación «a lo que deberá ser» una vez que finalicen las actuales concesiones en 2032.

MERCADO DE LA ESPERANZA

El Mercado de la Esperanza fue proyectado por los arquitectos Eduardo Reynals y Juan Moya en 1897. Su importancia arquitectónica e histórica radica en que es una de las grandes y escasas muestras de arquitectura en hierro decimonónica conservadas en España.

Fue inaugurado el 10 de abril de 1904, mereciendo sus artífices la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Actualmente se trata del mercado de este tipo más grande de Cantabria, dedicado fundamentalmente a la alimentación.

La planta baja se dedica a la venta de pescado y marisco, mientras que la planta alta está dedicada a la venta de productos cárnicos, lácteos, frutas y verduras.

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