SEPES paraliza la venta del Polígono de Reinosa por posible contaminación

En una situación como la que atraviesa Cantabria, con mucho suelo industrial programado pero muy poca oferta para poder instalarse con rapidez, la lentitud con que se ocupa el polígono reinosano de La Vega no deja de resultar chocante. Esta situación, que perjudica las expectativas de la comarca campurriana para atraer nuevas empresas, se ha complicado aún más tras la decisión del propietario del polígono, la empresa estatal SEPES, de paralizar la venta de terreno en tanto se realizan unos estudios para poder acreditar que el suelo, una antigua escombrera de Sidenor, no está contaminado.
El paso dado por SEPES es consecuencia de la norma del Ministerio de Medio Ambiente, que obliga desde enero a realizar un informe sobre la calidad ambiental de su suelo a las empresas de un centenar de sectores industriales contaminantes y a los propietarios de terrenos en los que se haya realizado alguna de esas actividades industriales. Esta información debe ser enviada a las consejerías de Medio Ambiente de sus respectivas comunidades autónomas.
Si se apreciase una presencia de ciertas sustancias químicas superior a los máximos que establece el Real Decreto 9/2005, será obligatorio hacer una anotación como suelo contaminado en el Registro de la Propiedad y sus propietarios deberán afrontar los costes de su saneamiento antes de proceder a su venta.
Aunque la norma concede un plazo de dos años para remitir esa declaración, la SEPES se ha mostrado especialmente diligente, a la vista de las muchas dudas que planteaba el polígono reinosano. Por el momento, ya dispone de un informe previo en el que se descarta la existencia de agentes contaminantes. Sin embargo, ese mismo informe aconseja que se lleve a cabo un examen en profundidad, por lo que la empresa pública va a convocar antes de fin de año un concurso para adjudicar la realización de ese estudio definitivo.
Mientras se completa este proceso, SEPES mantendrá suspendida la venta de parcelas, aunque podrán seguir haciéndose adjudicaciones de terreno –sin formalizar la compra– a las empresas que se interesen por el polígono. Actualmente, son cinco las peticiones de suelo que esperan una respuesta, todas para proyectos de un tamaño discreto ya que la mayoría apenas superan los 3.000 m2. Ninguna de ellas tendría problemas aparentes para conseguirlo ya que, a pesar del tiempo transcurrido desde que se inició la venta de parcelas, hace década y media, el polígono de La Vega aún tiene libre el 40% de los 219.000 m2 que ocupa.
No obstante, los responsables de la comercialización de las parcelas mantienen grandes cautelas para tratar de que las adjudicaciones se hagan a proyectos bien fundados, con el fin de evitar los intentos de especulación que siempre acechan cuando se ofrecen suelos tan fuertemente subvencionados como en este caso. Además de la bonificación del 30% que ofrece la SEPES, la comunidad autónoma de Cantabria subvenciona las compras en ese polígono, a través de Sodercan, con seis euros por metro cuadrado o hasta el 30% del precio total, dependiendo de la valoración que merezca el proyecto. De esta forma, el precio final resulta muy inferior al de cualquier otro de los polígonos industriales de Cantabria –unos 40 euros por metro cuadrado– algo que, sin embargo, no parece bastar para vencer la renuencia de muchas empresas cántabras a instalarse en Reinosa. Ni siquiera ha ayudado el hecho de que, en estos momentos, prácticamente no tiene competencia en el mercado. Los empresarios que aspiren a levantar una planta industrial en Cantabria apenas podrían encontrar otro lugar, privado o público que el polígono de Reinosa, de no ser los 25.000 metros cuadrados del pequeño parque industrial que desarrolla SICAN en Los Tánagos (Val de San Vicente) y algunas parcelas en Morero (El Astillero) y en Heras.

Despejar dudas

Las precauciones de la SEPES para asegurar la salubridad del suelo de La Vega son consecuencia de los antecedentes del polígono, creado sobre lo que durante muchos años fue el vertedero de escorias de Forjas y Aceros, la actual Sidenor. De hecho, esta circunstancia provocó la negativa de Suyesa a instalarse en Reinosa y ha aflorado de nuevo en el incidente provocado por el traslado a las inmediaciones de Ferronor, en Mataporquera, de tierra procedente de las obras que se han efectuado en los viales del polígono. La denuncia de un grupo ecologista llevó a Medio Ambiente a paralizar el traslado de esos residuos ante la falta de autorización para hacer un vertido de posible naturaleza contaminante. Si el resultado de los análisis lo confirmase, los costes de descontaminación del polígono de Reinosa arruinarían su viabilidad ahora que, por fin, tenía expectativas de poder despegar.
Sea como fuere, el problema no le afecta únicamente al polígono del SEPES. Casi todos los promovidos en Cantabria se asientan sobre antiguos vertederos industriales o en terrenos que albergaron antes industrias potencialmente contaminantes. No obstante, en ninguno otro se ha procedido a tomar estas cautelas.

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