Un hotel con etiqueta ecológica

El concepto de turismo rural lleva dos décadas firmemente asentado en el sector hotelero. Bastaba un lugar más o menos bucólico y una adecuación arquitectónica al entorno para que esa fórmula tuviera una buena acogida. Sin embargo, quedaba por dar un paso en esa aproximación de la oferta hotelera al medio rural, la de la arquitectura sostenible, es decir, la construcción del establecimiento con criterios ecológicos, como la utilización de energías alternativas, el tratamiento de residuos o la armonización con el entorno.
Una pequeña cadena hotelera cántabra, Suprema Hoteles, se ha decidido a hacerlo, siguiendo la estela que hace unos meses abrió el Hotel Fidelis. Suprema Hoteles, perteneciente a la familia Puente, ha levantado en la localidad cabuérniga de Renedo el Hotel Reserva del Saja Resort Spa, un establecimiento de cuatro estrellas construido con técnicas bioclimáticas que aspira a ser el primero de la región en obtener la certificación europea Ecolabel.
Aunque en España es todavía una novedad, hasta el punto de que solo la poseen cuatro hoteles en todo el país, esta etiqueta es tan valorada en otros países europeos que ya cuenta con un público propio, clientes que buscan específicamente ese tipo de establecimientos para alojarse. Contar con esa certificación meterá al nuevo hotel en este circuito muy selectivo aunque su intención va más allá, y es que esa conciencia ecológica acabe calando entre un público mucho más extenso, el de todos aquellos que buscan para su vacaciones un entorno rural.

Un espacio protegido

Levantar un hotel en un espacio protegido, como lo es el valle de Cabuérniga no es tarea fácil. Si cualquier mínimo cambio en una construcción ya existente requiere una autorización expresa de la Consejería de Cultura, la dificultad se extrema cuando se trata de un edificio de nueva planta. Por eso, los propietarios del nuevo hotel aprovecharon otro anterior, el Hostal Reserva del Saja, de dos estrellas, aunque apenas se ha utilizado nada para la nueva construcción.
El control de Cultura se justifica por la necesidad de preservar la autenticidad de un entorno de gran valor arquitectónico, paisajístico y etnográfico. De ahí que se analicen con lupa los proyectos que se presentan y que se exija el uso de materiales tradicionales para cualquier obra que se pretenda acometer. Este requisito ha demorado en varios meses la autorización al proyecto de Suprema Hoteles, no por los materiales con los que se ha construido el hotel (madera, piedra, y teja árabe), sino por la introducción de una cubierta de cobre para el anexo que alberga el spa. El diseño, de gran efecto visual, fue finalmente aceptado ante la evidencia de que el proyecto arquitectónico, obra de Eduardo Alvarez, encajaba perfectamente con el entorno. Los materiales que se han empleado en el edificio son madera de pino y piedra, y la carpintería de puertas y ventanas está hecha con castaño laminado.
El hotel cuenta con 48 habitaciones y está rodeado por una extensa finca de unos 20.000 metros cuadrados, que ha sido aprovechada para crear una gran zona deportiva y de ocio con piscinas al aire libre, un jardín con árboles autóctonos y una red de caminos que invitan a pasear. También dispone de un aparcamiento muy amplio, tanto que en él caben 110 automóviles y cuatro o cinco autobuses simultáneamente, lo que indica que el establecimiento busca más público que el estrictamente alojado. La zona se ha convertido en una ruta gastronómica de fin de semana para muchos cántabros, pero los muchos restaurantes que la jalonan no siempre tienen aparcamientos suficientes.

Un hotel bioclimático

Con ser atractiva la imagen exterior del Hotel y responder a las expectativas que despierta un establecimiento de cuatro estrellas en una zona de tan elevado valor paisajístico como es el valle de Cabuérniga, lo que realmente le diferencia de cualquier otro en Cantabria es la tecnología medioambiental aplicada en su construcción por Bioinnova.
Con ello se han logrado minimizar las necesidades energéticas y ofrecer un mayor confort interior. Un ejemplo es la combinación de la climatización convencional con un sistema de ventilación natural y de recirculación del aire basado en un circuito de tuberías de unos 70 metros de longitud, soterrado a tres metros de profundidad. A esa cota la temperatura de la tierra se mantiene de forma constante a unos 17 grados, y el aire que circula por ese circuito, procedente del hotel, se enfría o se calienta, dependiendo de la estación, hasta alcanzar ese punto. De este modo, la renovación del aire del establecimiento, que se produce unas cuatro o cinco veces al día, supone un importante ahorro energético a la vez que se evitan olores y humedades.
El hotel cuenta también con otras fuentes de energía renovable para la calefacción y el agua caliente sanitaria que se obtiene de captadores del calor solar y de calderas alimentadas por biomasa (restos forestales). Otro de los aspectos que se han cuidado al máximo ha sido el aprovechamiento de la luz natural, para lo que se ha estudiado hasta el tamaño más idóneo para las ventanas.
La gestión del hotel va a acompañar este equipamiento con un plan de actuación ambiental, que se renovará cada dos años y en el que se impulsarán objetivos concretos en la reducción del consumo de energía, agua y la minimización de residuos.
Las medidas aplicadas y el cuidado puesto en que todo el hotel responda a un concepto de calidad ambiental están dirigidos a la obtención del sello Ecolabel, una certificación de gran prestigio en países como Alemania, Austria o Suiza.

Balneario y confort

Las características del hotel y los recursos naturales de la zona en que está enclavado, dentro de la Reserva Nacional del Saja van a ser un referente para el turista que gusta del senderismo y de las actividades en contacto con la naturaleza.
Otro de los atractivos para la clientela será la zona de balneario spa, que ocupa un ala del edificio. Un amplio espacio de aguas, con el clásico circuito de pediluvio, baños turcos, termas romanas, salas de masaje, duchas vichy y una gran piscina interior. Con este anexo y el restaurante, la superficie total construida en el Hotel se aproxima a los 2.800 metros cuadrados.
El confort que persiguen los propietarios del establecimiento queda perfectamente representado en un detalle como los colchones ‘ortosomáticos’ elegidos para las camas. Fabricados por una firma griega (Coco-Mat) especializada en mobiliario hecho con materiales naturales, están elaborados con tres capas de latex separadas por fibras de coco, crin de caballo y algas, una combinación que promete hacer inolvidable el descanso en este hotel.
También se ha cuidado la accesibilidad del edificio, en el que se han eliminado las barreras arquitectónicas para crear un entorno adaptado a personas que se vean obligadas a moverse en silla de ruedas.

Restaurante para bodas

Sabedores de que la clientela española a la hora de elegir dónde comer no suele optar por un establecimiento hotelero, los promotores han construido el restaurante diferenciado y con nombre propio, ‘El Rincón de Sejos’. Además de dar un toque de calidad a esa ruta gastronómica, pretende captar la celebración de banquetes de bodas, reuniones familiares o comidas de empresa, para lo que cuenta con un salón con capacidad para 300 personas y la posibilidad de colocar carpas accesorias en eventos que superen esta cifra.
Otra de las ideas que se quieren poner en práctica es el aprovechamiento de la zona ajardinada del hotel y la carpa que se ha construido en ella para celebrar bodas civiles. Una opción novedosa que puede tener muy buena acogida como alternativa a las generalmente anodinas dependencias municipales.

Un valle casi desconocido

Con el ‘Reserva del Saja’, la familia Puente ha logrado un objetivo que perseguía desde hace años, el construir un establecimiento de la máxima calidad en un entorno rural que fuera una referencia de arquitectura sostenible. Este objetivo se ha visto cumplido en Cabuérniga, donde han contado con todo el apoyo de la administración municipal. En la simpatía con que se ha visto el proyecto en la zona han pesado, sin duda, los más de veinte puestos de trabajo que se van a crear o los ingresos que deparará a las arcas municipales las tasas por una inversión que ronda los cinco millones de euros.
En lo que también están de acuerdo los propietarios del hotel y los representantes locales es en la necesidad de promocionar un valle que es prácticamente desconocido fuera de Cantabria, a pesar de su belleza y de sus enormes valores naturales.
En la calidad de este entorno y en su oferta hotelera con etiqueta medioambiental confían los impulsores de este proyecto, para quienes la sensibilidad hacia el medio es un valor en alza también entre los que buscan un lugar donde pasar sus vacaciones.

Una nueva cadena hotelera

El Hotel Reserva del Saja es el último de los establecimientos incorporados a la cadena hotelera Suprema Hoteles, propiedad de la familia Puente. Su interés por este negocio no hace sino crecer, como lo demuestra la inversión realizada en Cabuérniga o la reciente incorporación a esta cadena de un nuevo establecimiento en Suances, con lo que ya son tres sus hoteles. La última adquisición es el conocido ‘El Muelle’, un tres estrellas de 55 habitaciones situado en primera línea de playa, junto a la dársena de pescadores y el puerto deportivo. También han incorporado el Restaurante ‘La Lonja’, especializado en pescados y mariscos con viveros propios. Suprema Hoteles ya poseía en esta localidad ‘El Albatros’, que fue su primera incursión en el sector hotelero.
Los planes de expansión de la nueva cadena hotelera se proyectan también fuera de nuestra comunidad. El lugar elegido ha sido el valle de Arán, en el Pirineo leridano, y en concreto la localidad de Vielha, próxima a la estación de esquí de Baqueira Beret, donde levantarán un hotel de cuatro estrellas que estará situado a cien metros del núcleo principal de la nueva estación de esquí La Tuca. El establecimiento llevará el nombre de ‘Las Ardillas’ y tendrá 43 habitaciones y zona de spa, un equipamiento con el que también cuentan ‘El Albatros’ o el ‘Hotel Reserva del Saja’. Sin embargo, su ejecución, para la que ya disponen de licencia municipal, deberá esperar a que se ponga en marcha el hotel de Cabuérniga y a que mejoren las expectativas del sector hostelero, también tocado por la crisis.
En cualquier caso, estos pasos demuestran la dimensión que ha cobrado la actividad hotelera de estos empresarios cántabros. Un crecimiento que tiene también su reflejo en la decisión de buscar un nombre más comercial para el conjunto de establecimientos, que han pasado a llamarse Suprema Hoteles.

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