Segunda oleada de locales en el Centro de Empresas de Camargo

La apertura del Centro de Negocios de Camargo no fue sencilla, en un momento en que las relaciones entre el Ayuntamiento de Camargo y la Consejería de Industria eran muy poco fluidas. Esa circunstancia ha demorado su asentamiento, y algunos servicios no han entrado en funcionamiento hasta fechas muy recientes.
Ahora, el Ayuntamiento de Camargo, propietario y gestor de este hotel de empresas, va a sacar a adjudicación mil metros cuadrados más, con lo que el edificio estará al 75% de su capacidad total. Todo hace suponer que la demanda superará ampliamente la oferta, dado que en este momento hay ocho empresas formalmente interesadas que por sí solas ocuparían el 70% del nuevo espacio. Dos de ellas pertenecen al campo de la matricería, hay otra de sistemas de calibrado de instrumentos eléctricos, una ingeniería nuclear, un broker internacional, una firma de diseño de stands y soportes publicitarios y una distribuidora de electricidad.
En los dos años de funcionamiento, el Centro ha atraído sobre todo a ingenierías y empresas vinculadas a las nuevas tecnologías. Pero eso no quiere decir que se haya producido una polarización en torno a estos dos sectores. En realidad, hay una sorprendente diversificación, propiciada por el doble carácter del edificio, que aúna naves industriales y oficinas para compañías de servicios.

Consolidación de las iniciativas

Entre las empresas que se asentaron en la primera oleada de adjudicaciones se encuentra Terratest, fabricante de cubas de ultrasonidos destinadas a la limpieza de metales, Wilo Ibérica distribuidora de una multinacional alemana de bombas, o el broker ITP, que mueve materias primas por todo el mundo.
El abanico de sectores se extiende al textil, con la presencia de Evanna (fabricación de pijamas), Sasso Moda (diseño de géneros de punto) o la Asociación de la Moda de Cantabria, con una meritoria iniciativa que pretende dar una salida industrial a la creatividad de los diseñadores cántabros, aunque por el momento sus producciones están siendo mejor acogidas en otros mercados foráneos que en la propia región.
Otras empresas que tienen su sede en el centro son la ingeniería IPS, cuyo crecimiento es espectacular (ver CE número 119), Llorente Audiovisuales, o Insetec, especializada en reparación de ordenadores y tendido de redes informáticas. Pero quizá ninguna represente tanto la diversidad de las iniciativas empresariales que acoge el centro como Plamecan, una empresa de plantas medicinales que tiene los cultivos en Liébana y en el edificio de Camargo las seca, envasa y comercializa.
En los dos primeros años de funcionamiento el índice de fracasos empresariales ha sido muy pequeño. Apenas una empresa de las que se instalaron en un principio ha cerrado. Otra no llegó a firmar el contrato y una tercera ha decidido ahora reagruparse con su matriz, una de las fábricas del valle. Javier González Sopelana, director del Centro, cree que en el futuro no se modificará mucho este porcentaje de éxito que provisionalmente puede fijarse en cerca de un 90%, dado que cada vez es menor el número de espacios que pueden ofrecerse y más el de candidatos, lo que permite seleccionar aún más los proyectos.
Todo ello no ha librado al Centro de Empresas de las polémicas políticas. El Grupo Popular del municipio ha criticado la generación de ingresos, que obliga al Ayuntamiento a asumir gran parte del costo total del edificio. González Sopelana matiza que las cifras usadas en estas críticas no tienen en cuenta que las cantidades devengadas son sustancialmente mayores, aunque parte de ellas no se han cobrado aún como consecuencia de un recurso presentado por los empresarios asentados en el Centro.

Presupuesto mínimo

Las expectativas, en cualquier caso, van a mejorar a medida que se complete el espacio ocupado y los servicios que se prestan. El Ayuntamiento asumió desde un principio el coste de no arrendar todos los locales al mismo tiempo, para evitar que tres años después, cuando se cumpliese el plazo máximo de permanencia de las empresas, el Centro quedase vacío repentinamente y se produjese una interrupción traumática en su continuidad hasta el asentamiento de las iniciativas que habrían de sustituir a las anteriores que, una vez consolidadas tienen que buscarse un asentamiento definitivo. Para evitarlo, optó por fraccionar las llegadas en tres tramos, con el alquiler inicial del 50% del espacio y dos oleadas posteriores del 25%.
La puesta en marcha de los servicios comunes ofrecidos por el Centro (centralita, reprografía, abogado, etc.) también se ha demorado, pero se podrán dar por completados cuando dentro de un mes abra el bar-restaurante, que no sólo aspira a atender a los trabajadores de las empresas que ocupan el inmueble sino también a buena parte de los que pueblan el polígono de Trascueto, a cuya entrada se encuentra el Centro de Empresas.
La apertura del aula de formación, con numerosos cursos de gestión empresarial, ofimática o diseños web también ha abierto nuevas expectativas en el Centro.
En cualquier caso, la filosofía del Centro de Empresas hace muy improbable que deje de ser deficitario algún día. A pesar de funcionar con una plantilla mínima, y un presupuesto anual muy modesto (70 millones, que incluye también el mantenimiento, los consumos, la seguridad y los profesionales que asesoran a las empresas), el déficit este año será de unos 240.000 euros. La cuantía se reducirá a medida que se adjudiquen todos los locales pero es improbable que pueda llegar al punto de equilibrio.
El diseño del edificio, con grandes espacios comunes, le da un carácter noble y espectacular pero, a la vez, reduce los metros alquilables a algo menos de la mitad de los 8.000 m2 de superficie total. A este hecho hay que añadirle unos precios razonablemente bajos, para ayudar a la consolidación de las empresas acogidas, puesto que esta es la razón de ser del Centro. Un emprendedor que no necesite más que una oficina de 20 m2 paga al mes 26.000 pesetas, cantidad que incluye los servicios comunes, como la centralita, la vigilancia, o la posibilidad de consultar gratuitamente con un abogado.

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