¿Son caros los servicios inmobiliarios?

El importe de las comisiones de las agencias inmobiliarias cargan sobre las operaciones en las que intermedian lleva a algunas personas a cuestionar si esas cantidades están justificadas, llegando incluso a plantearse gestionarlo de forma autónoma.

Hoy en día para realizar cualquier operación de bienes raíces como alquilar o comprar una vivienda, los más habituales, nos exigirá un nivel de conocimientos bastante avanzado para llevar a buen puerto una operación de este tipo, que además supone decenas de horas si no días en trámites legales, fiscales o administrativos.

Eso hablando sólo de tiempo. Si hacemos un listado de las tareas que desempeña una inmobiliaria en Santander durante una operación de, por ejemplo, compra/venta de un piso en la capital cántabra, comenzaremos a ver la comisión de una inmobiliaria como una inversión en tiempo, comodidad, tranquilidad y sobre todo seguridad. La seguridad de que todo está correcto y no tendremos sorpresas en algo tan importante.

Aunque en un momento como el actual en el que el mercado inmobiliario sigue creciendo, hay un especial interés en una tipología concreta de inmueble: los de segunda mano. Precisamente es en estas situaciones cuando surge la duda de si es interesante realizar la operación de compra/venta entre particulares o es mejor contratar a una inmobiliaria.

Los tratos entre particulares tienen algunas ventajas como puede ser un menor coste o un trato directo entre las partes, pero por el contrario tienen también una serie de inconvenientes que no podemos olvidar, como puede ser el tiempo necesario para gestionarlo todo, como se citaba anteriormente, el existente riesgo de estafa o de que algo no haya quedado correctamente resuelto, y la ausencia de garantías de que la transacción se ajuste a la legalidad, en muchos casos por la falta de información especializada con la que puede contar un comprador o vendedor “de a pie” y que puede llevar al traste la mejor de las intenciones, incurriendo en errores fiscales o .

Una inmobiliaria resuelve todo eso y además se encarga de las gestiones documentales y administrativas y de ofrecer un asesoramiento completo que despeje cualquier duda. Por supuesto se encarga, entre otras, de las tareas más pesadas e incómodas para propietarios, como pueden ser recopilar toda la documentación para cumplir con las diferentes exigencias legales, filtrar potenciales compradores, realizar gestiones con bancos y notarios, valorar y recomendar un precio adecuado según la situación del mercado y también de la mas obvia pero no menos importante, dar visibilidad al inmueble y enseñarlo a los compradores realmente interesados.

Estas son sólo algunas de las gestiones “invisibles” que un agente inmobiliario profesional lleva a cabo y sobre las que ofrecen todas las garantías a las partes involucradas, que evidentemente suponen un coste y que cada cual deberá valorar si es alto o bajos

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