Moraira, la joya mediterránea que conquista a quienes buscan calidad de vida
En pleno litoral alicantino, Moraira se ha ganado un lugar especial en la lista de destinos más deseados para vivir o pasar largas temporadas. Este pequeño núcleo costero, perteneciente al municipio de Teulada, combina la esencia de un antiguo pueblo pesquero con servicios de primer nivel y un entorno natural que enamora a primera vista.
Entre calas de ensueño y tradición marinera
Moraira ofrece ocho kilómetros de costa salpicada de playas de arena fina y calas rocosas de aguas cristalinas. El Portet, L’Ampolla o la Cala Andrago son solo algunos de los rincones que han convertido a esta localidad en un refugio para quienes buscan tranquilidad sin renunciar a la belleza mediterránea.
Su casco antiguo conserva el encanto de las fachadas encaladas, las calles estrechas y la vida pausada que recuerda su origen marinero. El castillo, situado junto al mar, es uno de los iconos más fotografiados de la Costa Blanca.
Un clima y un ritmo de vida envidiables
Con más de 300 días de sol al año y temperaturas suaves incluso en invierno, Moraira se disfruta en cualquier estación. Sus mercados semanales, restaurantes de cocina local y actividades al aire libre —desde deportes náuticos hasta rutas de senderismo— contribuyen a un estilo de vida relajado, pero lleno de opciones.
Gastronomía que sabe a mar
La oferta gastronómica es uno de los grandes atractivos de Moraira. Desde restaurantes con estrella Michelin hasta chiringuitos junto a la playa, la cocina local combina productos frescos del mar con la tradición mediterránea. Los platos de pescado y marisco, la paella y el pulpo seco son parte de la identidad culinaria del municipio.
Naturaleza y entorno protegido
El litoral y el interior de Moraira están rodeados de espacios naturales que invitan a ser explorados. La zona de Cap d’Or, con sus miradores y rutas de senderismo, o la cercana Sierra de Bernia ofrecen vistas espectaculares y oportunidades para el turismo activo. Además, la preservación del medio marino y las playas con Bandera Azul reafirman el compromiso local con la sostenibilidad.
Un destino que cuida su identidad
A diferencia de otros enclaves turísticos que han crecido de forma descontrolada, Moraira ha sabido preservar su escala y su carácter. La limitación urbanística y la apuesta por un turismo de calidad han mantenido intacta su esencia.
No es casualidad que tanto visitantes como nuevos residentes coincidan en describirla como un lugar donde se vive despacio, se come bien y se disfruta cada día de la cercanía del mar.