Mercadona empuja la producción de Lafuente

La irresistible ascensión de Mercadona ha convertido esta cadena de supermercados en un modelo de gestión que se estudia en las escuelas de negocios. Nada que sorprenda a quienes colaboran con esta enseña desde hace casi treinta años, como la empresa cántabra Quesería Lafuente, cuyos productos lácteos han contribuido al éxito de una fórmula que ofrece un catálogo de productos propios no demasiado extenso, pero con una relación entre la calidad y el precio difícilmente superable.
Esa vinculación entre ambas empresas se ha visto reforzada con la entrada de Quesería Lafuente en el escogido círculo de interproveedores de la cadena valenciana, de la que forman parte unos 110 fabricantes en toda España. Una colaboración mucho más intensa y estable que la de un proveedor eventual, ya que conlleva el trabajar conjuntamente en el desarrollo de productos exclusivos para Mercadona, que se envasan con la marca propia de esa cadena.
Fruto de esa nueva relación es la puesta en marcha de nuevas variedades de quesos frescos en la empresa de Heras (las perlas de mozzarella y el mascarpone) y de otros proyectos que se materializarán a finales del presente año.

Nuevas inversiones

Para elaborar las nuevas referencias y reordenar las líneas de fabricación, Lafuente está acometiendo la reforma de las tres plantas con que cuenta en España (posee una más, de carácter artesanal, en Parma, Italia). Una remodelación en la que va a invertir cerca de dos millones y medio de euros, gran parte de los cuales irán destinados a maquinaria.
En la planta que dio origen al grupo, situada en las proximidades del pequeño pantano de Heras, Lafuente elabora queso en lonchas, rallado y cremas de queso. Además de instalar nuevos equipos de fabricación, se modificará el aspecto de la zona. Con la ayuda de un arquitecto paisajista, se está procediendo a una recuperación medioambiental de los 60.000 metros cuadrados que ocupa la fábrica y su amplio perímetro para integrarlos estéticamente en el nuevo entorno que se está definiendo en la zona a consecuencia de la construcción del Centro de Proceso de Datos (CPD) del Banco Santander.
La antigua carretera nacional va a convertirse en una calle urbana, transitable gracias a las aceras que parten del CPD y lo rodean, formando un gran paseo peatonal.
En la planta de Arriondas, en Asturias, que Lafuente adquirió en 2009, es donde concentra la elaboración de productos lácteos frescos, una demanda en alza. Es también la que está experimentando más novedades tras la integración en la red de interproveedores de Mercadona, con la incorporación de las perlas de mozzarella y el mascarpone, un queso dulce muy utilizado en repostería. A ellas se unirán dos nuevas especialidades a final de año, como el feta, un queso curado en salmuera y tan antiguo que ya fue descrito en la Odisea de Homero, y el provolone. Todos ellos están destinados a los lineales de los supermercados que Mercadona tiene repartidos por todo el país.
En una tercera fábrica, la planta envasadora que Lafuente levantó en el polígono de Heras hace una década, también se están haciendo algunos ajustes para recibir la nueva producción. Es en esas instalaciones donde se procede al loncheado, rallado y envasado de todo lo que produce el grupo, incluido el queso que fabrica en Parma (Italia).
La administración está también centralizada en el polígono de Heras, así como la facturación. La previsión para este ejercicio es que las ventas se acerquen a los 90 millones de euros, un 6% más que en 2012. Una noticia más que destacable en un escenario de recesión económica tan aguda como la actual.

Un proceso expansivo

Es este sector agroalimentario nacional el que quiere potenciar Mercadona a la hora de establecer su red de proveedores. Y el perfil de la empresa cántabra es el prototipo de lo que busca la cadena de supermercados. Una empresa familiar de tamaño medio, con una absoluta implicación de los propietarios en la gestión diaria. Su director general, José María Lafuente es el tercer eslabón de una cadena de gestores que comenzó con sus padres a principios de los años cuarenta y continuó con su cuñado, Roberto López, hasta 1982, cuando él se hizo cargo de la empresa.
Tres años después comenzó la colaboración con Mercadona, una de las claves del crecimiento de la firma de Heras, que destina el 40% de su producción a la marca blanca de esa enseña. El otro 60% se distribuye entre la hostelería y la industria alimentaria.
Los planes de expansión de Mercadona, que abre cada año nuevos establecimientos, auguran que el potencial de crecimiento de la firma cántabra de quesos fundidos tiene aún mucho recorrido. La confluencia de objetivos de ambos la explica así José María Lafuente: “Mercadona es una empresa que tiene muy claro el modelo que quiere desarrollar y, además, funciona muy bien. Y una de las cosas que distingue a Quesería Lafuente es que también tiene un modelo, que es lo más importante para llevar a cabo una empresa”.

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