Confidencial
Los adjudicatarios eólicos SE HACEN LOS REMOLONES
El Gobierno está presionando a los adjudicatarios del concurso eólico para que empiecen ya mismo los proyectos industriales que ofrecían, la auténtica contraprestación que debe recibir la región. Sin embargo, las prisas del Gobierno para sacar alguna rentabilidad del Plan de cara a las elecciones chocan con la actitud renuente de las empresas concesionarias.
Sostienen los adjudicatarios que, mientras no sepan cuál va a ser la potencia real que finalmente conseguirán instalar, no pueden comprometerse y esa potencia está condicionada por muchas normativas ambientales y locales. Según su planteamiento, si alguno de los que han obtenido 200 megavatios de potencia sólo pudiese llegar a instalar cien, su compromiso de inversión industrial o en I+D+i quedaría reducido a la mitad. También quieren saber, antes de poner el dinero, si los megavatios que les han sido adjudicados entrarán o no en el cupo del Ministerio de Industria de 2009 o tendrán que esperar.
Todo esto puede suponer un retraso de varios años en los proyectos industriales, que no podrían acometerse hasta saberse a ciencia cierta cuántos molinos se instalarán en cada parque, lo contrario de lo que planteaba el concurso, que exigía que las inversiones en el proyecto industrial se anticipasen a las de los molinos, ya que el Gobierno era plenamente consciente de que estas licencias tienen una tramitación larga y conflictiva.
Por otra parte, quedan por resolver los compromisos adquiridos con algunas compañías tecnológicas, que anunciaron su disposición a instalar centros de I+D+i en el Parque Tecnológico, o incluso industrias, pero que pedían, a cambio, ser los proveedores de algunos concesionarios de las demarcaciones eólicas cántabras.
Como se ve, el Gobierno tendrá que hacer auténticos encajes de bolillos para sacar adelante los proyectos, ahora que la satisfacción de los adjudicatarios por obtener la concesión ya se ha disipado, y mucho más si pretende conseguir que antes de las elecciones de mayo haya, al menos, algún indicio de las inversiones prometidas.
INCERTIDUMBRE SOBRE LA FUTURA SEDE DE EDUCACIÓN
Los retrasos en la construcción del edificio proyectado para albergar a la Consejería de Educación en la finca de General Dávila, donde también se ubica el Conservatorio, han generado algunas dudas sobre su destino final. Y no porque esa Consejería no necesite una sede propia que ponga fin a la dispersión de sus departamentos en tres lugares diferentes de la capital cántabra (el Edificio de Ministerios, y oficinas alquiladas en las calles Antonio López y Vargas), sino porque la financición estructurada, elegida para sufragar los 11 millones de euros que se requieren, era aconsejable en 2007 cuando se acordó el proyecto, pero ha elevado tanto sus costes financieros en estos últimos años que ya no justifica el ahorro de alquileres de esa Consejería.
Lo cierto es que la obra está adjudicada a Sadisa desde el pasado mes de julio, y aunque no se ha descartado que sea finalmente Educación la ocupe el edificio, en el que estaría acompañada por el CEARC (Centro de estudios de la Administración Regional), se están barajando otras opciones que justifiquen mejor el esfuerzo inversor que se va a hacer.
HC NO CONSIGUE FACTURAR EL GAS A SUS CLIENTES
El 31 de diciembre de 2009 se firmaba el acuerdo de compra de Gas Cantabria, propiedad de Gas Natural, por Hidrocantábrico (HC) pero, un año después, el nuevo propietario todavía no ha conseguido normalizar la facturación.
El proceso ha estado cuajado de problemas, porque no hay que olvidar que fue una venta forzada por la Comisión Nacional de la Competencia, para evitar que Gas Natural tuviese un poder desmesurado en el mercado español tras la compra de Unión Fenosa y que Gas Natural y HC son competidores. Sólo así puede entenderse que Gas Natural haya procurado ponérselo difícil al nuevo propietario de la antigua Gas Cantabria. Tanto que ha estado hasta octubre sin poder pasar recibos de facturación a los clientes y aún hoy quedan muchos que llevan más de ocho meses sin pagar las facturas del gas, porque nadie les pasa los consumos al cobro.
Ninguna compañía deja de facturar sus servicios durante muchos meses por gusto ni para hacer feliz a su clientela. La causa ha sido la imposibilidad real de hacerlo hasta ahora, lo que va a tener un coste muy alto para la empresa asturiana, que ha tenido que financiarse, mientras tanto, por otras vías, y en imagen, ya que los consumos acumulados tendrán que ser añadidos en las próximas facturas.
La ley española de protección de datos exige que, cuando se producen cambios en la titularidad de una base de clientes, la compañía vendedora y la compradora no se intercambien esa información antes de que se produzca la transacción formal. En el caso de las compañías energéticas, se establece un periodo de transición de seis meses en el que una empresa creada al efecto se hace cargo de la Oficina de Cambio de Suministro que, en teoría, deja todo preparado para que el nuevo operador continúe la gestión con normalidad, pero cuando Gas Natural recibió la cartera de clientes el pasado 1 de julio obtuvo una base informática de datos totalmente incompatible con sus sistemas. Todos los esfuerzos para conseguir el trasvase resultaron baldíos y la empresa, aunque guarda un absoluto mutismo sobre estos problemas, parece que ha tenido que rehacerla por completo, algo que no resulta fácil si se tiene en cuenta que Gas Natural tenía algo más de cien mil clientes en Cantabria.
La empresa ha empezado a normalizar la situación el pasado mes de octubre, fecha en la que ya se habían presentado siete denuncias de clientes en la Agencia Cántabra de Consumo, en algunas de las cuales se advertía que llevan desde el 1 de enero sin recibir una factura de la compañía suministradora de gas.
Para efectuar esta normalización, HC ha decidido repercutir un tercio de los consumos atrasados en cada una de las tres primeras facturas que emita, de forma que el efecto sobre la cuantía final a pagar no sea tal alto. El hecho de que los atrasos correspondan a los consumos de verano también ayudará, dado que son los más bajos del año.
Además del suministro de gas, HC suministra electricidad en Cantabria a unos 10.000 clientes.
700 PERSONAS TRABAJANDO EN EL CENTRO DE PROCESO DE DATOS
Ninguna obra avanza en estos momentos al ritmo del futuro Centro de Proceso de Datos del Banco Santander, ni siquiera aquellas de carácter público que deberían ser inauguradas antes de las elecciones. El complejo del futuro búnker del Banco, con dos enormes edificios acorazados, puede llegar a tener en las próximas semanas 700 personas trabajando simultáneamente, algo que no se ha conocido ni siquiera en los tramos más complejos de la Autovía de la Meseta.
La intención del Banco es tener el Centro concluido a finales de año, doce meses después de lo previsto por Botín, cuando pensaba que podría ubicarlo en Santander, pero mucho antes que cualquier otra empresa que se instale en el polígono finalmente elegido, próximo a Solares.