Un centro para el estudio del cerebro

Explorar el cosmos e investigar el cerebro no parecen tener nada en común. Sin embargo, algunos de los sensores que utilizan los astrofísicos para amplificar las señales que llegan del espacio son los mismos que se aplican en encefalografía para medir el campo magnético que genera la actividad neuronal. Ejemplos como este ilustran la polivalencia de las herramientas que manejan los investigadores, que también se sirven de las aportaciones de físicos y de neurólogos para abrirse paso en un territorio tan desconocido todavía como el del cerebro.
A comprender mejor las enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer, se dirige una iniciativa de Rafael Marco, un joven físico cántabro que persigue la creación de un centro de excelencia para el estudio de la neuroimagen en el Parque Científico Tecnológico de Cantabria. Sería el primero del país, ya que no tiene precedentes en otras comunidades autónomas.

Contactos con los fabricantes

El Instituto de Análisis y Técnicas de Estudio del Cerebro (IATEC) que proyecta no se circunscribirá exclusivamente al plano investigador. En el planteamiento con el que ha ganado el premio del Grupo Sodercan a las empresas de base tecnológica, insiste en que los hallazgos del Instituto se comercializarán entre los fabricantes de sistemas de resonancia magnética, magnetoencefalógrafos y otros equipos de neuroimagen, bien para la mejora de estas complejas máquinas o para el desarrollo de otras nuevas.
Además de las aplicaciones clínicas de los hallazgos que llegue a hacer el Instituto en enfermedades como el alzheimer o en el estudio de trastornos de conducta, como la hiperactividad, también la industria farmacéutica podría aprovechar las investigaciones del centro. Por eso, su impulsor confía tanto en el apoyo de las grandes multinacionales que fabrican los costosos equipos de neuroimagen (General Electric, Philips o Siemens) como en la potente industria farmacéutica.
La inversión necesaria oscila entre los cinco y los diez millones de euros, según cual sea la complejidad o el número de equipos, y ya existen conversaciones avanzadas con fabricantes –el proyecto se viene desarrollando desde hace tres años– para su financiación.
El Instituto podría hacerse realidad este año y se ubicaría, de forma provisional, en uno de los edificios de oficinas que se están concluyendo en el Parque Tecnológico. El objetivo es llegar a contar con una sede propia en la zona todavía por urbanizar que el PCTCAN destinará al área de biomedicina.

Unir varias vías de investigación

En Cantabria hay notables equipos de investigación dedicados al estudio del cerebro o de otras áreas de conocimiento que podrían ser aplicables a ese campo. Esa es una de las razones por las que Rafael Marco confía en la viabilidad de su proyecto. IATEC sería el punto de cruce de las investigaciones que se realizan en el Hospital de Valdecilla y en el Instituto de Física de la Universidad de Cantabria. Aunque pase desapercibido para los profanos, Valdecilla cuenta con investigadores internacionalmente reconocidos, como el laboratorio de neuroimagen del Departamento de Psiquiatría, dirigido por Benedicto Crespo, o neurofisiólogos como José Luis Fernández Torre. También serían muy útiles para los objetivos que persigue IATEC los trabajos del departamento de Neurocirugía o el área de diagnóstico, que cuenta con un potente equipo de tomografía por emisión de positrones (PET) para el seguimiento de la evolución de los tumores.
Aunque no parezcan tener relación, también serán de utilidad para el proyecto las investigaciones que llevan a cabo físicos de la Universidad de Cantabria en el campo de la astrofísica, tanto las referidas a sensores de campos magnéticos o los procesos para limpieza de señales de microondas procedentes del cosmos, como las que buscan patrones para ordenar información o los trabajos en altas energías.
El Instituto de Análisis y Técnicas de Estudio del Cerebro se serviría para sus fines de todas estas líneas de investigación, desconectadas entre sí. “La idea –señala Rafael Marco– es que la empresa consiga extraer aquellas partes que sean aplicables en algún producto para el desarrollo del centro de excelencia”. “No pretende” –aclara el promotor de IATEC– “vampirizar nada, sino complementar y potenciar”.

Conocer mejor el cerebro

Las aplicaciones prácticas de las investigaciones que se pretenden llevar a cabo en el nuevo centro apuntan hacia cuestiones de enorme interés, como el desarrollo de tratamientos para frenar el avance de las enfermedades neurodegenerativas; las aplicaciones de la magnetoencefalografía para comunicarse con enfermos en coma y la estimulación transcraneal. Se trataría de saber cómo funciona el cerebro para crear técnicas que permitan mejorar, por ejemplo, la capacidad de concentración de las personas. Una versión evolucionada de las de neurofeedback que ya se utilizan en el deporte.
Marco se ha fijado como objetivo el que este centro de excelencia entre en funcionamiento este mismo año. Dará empleo a una plantilla multidisciplinar de unas 20 personas y será un enérgico impulso para cruzar esa frontera en la que ciencia y empresa se dan la mano y para sentar las bases de un nuevo modelo de crecimiento.

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