La empresa cántabra ya es líder en España y prepara nuevas plantas

Insago se fundó en 1993 para fabricar ventanas de PVC y en estos trece años ha conseguido situarse como líder en el mercado nacional del cerramiento de PVC, gracias a un producto de calidad (el Hermet10), una efectiva estrategia en logística y en marketing y la entrada en su accionariado de dos accionistas de referencia, como son Cantabria Capital y el Grupo Landon. Su apoyo va a resultar decisivo en la estrategia que prepara para la expansión en los mercados internacionales.
Los resultados económicos de Insago PVC ya dejan constancia de la importancia que ha alcanzado en el mercado nacional. En 2006 la empresa cántabra ha facturado cerca de 40 millones de euros, frente a los 35 millones de 2005 y los 30 de 2004.

Producción automatizada

Insago ha alcanzado el liderazgo en un sector que, como subraya su presidente, José Antonio Sánchez Escalada, “opera con un altísimo grado de atomización. Hablamos de más de 15.000 empresas, donde la gran mayoría, probablemente un 90%, son pequeños talleres que fabrican y distribuyen en mercados locales. Hasta hace muy pocos años, apenas había marcas fuertes a nivel nacional en el sector del PVC y las que había eran extranjeras, ya que en países como Francia o el Reino Unido el uso de este material en la fabricación de ventanas triplica al de la madera o al del aluminio, mientras que en España apenas significaba una mínima parte”.
En este contexto, la fábrica de Los Corrales se ha ido convirtiendo en uno de los mayores fabricantes de cerramientos de PVC del continente, con una producción de 33 ventanas a la hora.
El éxito está vinculado también a la productividad que ha alcanzado la fábrica, al dotarse de la tecnología más avanzada. Sánchez Escalada explica la situación actual: “Nuestras cinco líneas de producción están totalmente automatizadas. Además, utilizamos metodologías alemanas de gestión propias del sector automovilístico, aplicando herramientas informáticas a todo el proceso. Esto nos permite tener un control absoluto del producto desde que el pedido llega a fábrica, con sus especificaciones y singularidades, hasta que se entrega al distribuidor. El objetivo es tener un sistema productivo flexible, ágil y rápido para cumplir con la exigencia de calidad que nos exigen nuestros clientes”.
La fábrica también ha puesto mucho énfasis sobre el servicio: “La marca tiene el compromiso de atender los pedidos en un plazo máximo de diez días, por complejos que sean. Es una de las cualidades que más aprecian nuestros clientes”, dice su presidente. “Hay que tener en cuenta que nosotros no trabajamos con cliente final, sino con distribuidores e instaladores con mucha experiencia, que tienen un alto nivel de exigencia y conocimiento”, añade.
Insago PVC cuenta con una red de más de 450 distribuidores en el territorio nacional y Portugal. Asimismo, ha alcanzado una fuerte implantación en el sur de España, especialmente en Andalucía, donde va a abrir una delegación propia en Sevilla, que se unirá a la que ya posee en Madrid.
En cada punto de distribución cuenta con profesionales especializados, a los que apoya con formación técnica, herramientas informáticas y un eficaz soporte de marketing: “Siempre hemos dedicado importantes recursos económicos al marketing. Para nosotros es una parte fundamental de nuestra política comercial y una manera de diferenciarnos de la competencia”, dice.

Con la vista en Europa

Insago tiene prevista una inminente ampliación de sus instalaciones y la puesta en marcha de nuevas líneas de fabricación, a pesar de que recientemente ha ampliado sus instalaciones en 1.500 m2.
Sánchez Escalada cuenta con esos aumentos de la capacidad para poder vender en otros países europeos un 15% de las ventanas que se fabriquen en Los Corrales: “Actualmente, nuestro principal nicho de mercado en la Península Ibérica está en la renovación y la rehabilitación de viviendas. Este segmento es más estable en cuanto a los crecimientos, en torno al 5% anual, mientras que la obra nueva está más sometida a las condiciones coyunturales. Por lo tanto, podemos planificar nuestras futuras demandas nacionales. En cuanto a la penetración en otros mercados, en principio no nos supone un gran aumento de líneas de fabricación ya que, mientras que en España conviven multitud de estilos arquitectónicos con características muy diferentes, que exigen múltiples configuraciones, tamaños y acabados, en otros países de Europa occidental los cerramientos están más estandarizados, con lo que es muy factible sacar rendimientos más altos a nuestras líneas de producción, al limitarse el abanico de modelos”.
Aumentar la producción significaría para Insago convertirse en empresa de referencia en el mercado europeo, al nivel de las marcas más fuertes del continente. Para afianzar esa posición estudia también la posibilidad de instalar una nueva fábrica en alguno de los países emergentes del Este, de manera que se facilite la logística y distribución en Centroeuropa.
Otro de los proyectos que tiene en fase estudio es la adquisición de empresas de distribución dentro del área mediterránea, donde también ha proyectado abrir una nueva fábrica.

Apuesta por la innovación

El mercado de la ventana está hoy condicionado por los parámetros que establece el Código Técnico de la Edificación, que son muy exigentes y de obligado cumplimiento en cuestiones como el aislamiento al ruido, al agua y al frío. Estos mismos requisitos son válidos para toda la Unión Europea. José Antonio Sánchez entiende que será precisamente el CTE el que hará una selección en el sector del cerramiento: “La nueva normativa va a actuar como criba, y es que estamos hablando de un sector en el que operamos desde los pequeños talleres, con una estructura casi artesanal, a empresas como Insago PVC, que nos desenvolvemos en mercados internacionales, con una estructura de distribución muy grande y consolidada, con capacidades de producción altísimas”.
El esfuerzo que realiza Insago en innovación se plasma en la importancia y protagonismo que la compañía da a su departamento de Desarrollo de Nuevo Productos, que cuenta con diez personas dedicadas a trabajar en nuevos productos, materiales y acabados, además de buscar la forma de innovar los procesos y servicios. Estos técnicos trabajan conjuntamente con el Departamento de Calidad, que se encarga de supervisar todo el proceso de producción para servir de puente entre las nuevas necesidades sociales y normativas y la propia fábrica.

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