Eduardo Noriega Seijas concluye su serie ‘El Libro Lacre’ con la última entrega llena de nuevas aventuras
El Libro Lacre llega a su fin. Eduardo Noriega Seijas trae la última entrega para que los lectores puedan descubrir el desenlace de su saga de aventuras favorita, de la mano de Círculo Rojo.
Este libro (que su autor gusta llamar “de género”) cumple todos los requisitos de la novela fantástica, como los mapas en su interior para que los lectores se sumerjan por completo en una historia en la que viven las páginas como si fueran los propios protagonistas. El autor destaca que esta obra es apta para casi todas las edades, aunque no está escrita para niños, ya que el realismo de sus personajes es tal que “disfrutan o penan, como todos nosotros, con sus emociones, dolor o cuestiones como el sexo, aunque este no sea uno de los ejes principales de la novela”.
En Epílogo en sangre, hay una trama magnética que gira en torno a la acción y a la aventura. Es un mundo mágico con cierta dosis de sangre (pero sin llegar al gore), que narra entre sus páginas vivencias cargadas de sentimientos y modos de ver la vida que el lector debe interpretar, sintiéndose así parte de la historia. “En esta obra hay amor, traición, sexo, lucha, caza, peligro, suspense…”, tal y como asegura Eduardo Noriega Seijas.
Para acabar la saga se ha inspirado, entre otras cosas, en las muchas novelas de fantasía que ha consumido a lo largo de su vida, con el particular toque de su perspectiva acerca de todo lo que sucede en este mundo, trasladado al decorado donde discurre la novela.
Sinopsis
Después de que El Libro Lacre regresara, Homeria no es más pacífica que antes. Es aún ese lugar incierto en el que, en cada vuelta del camino, surgen criaturas de otros mundos que tan pronto ayudan como devoran a los infelices humanos. Los rebeldes que encontraron el libro están ahora inmersos en descubrir sus secretos. Con ellos, verán cumplidos sus objetivos de paz, o victoria, o dominio o… ¿quién sabe?
No existe quietud para leer nada cuando a tu alrededor todo es sangre.
Las familias Mongaut y Ferrison, condenadas a entenderse frente al enemigo común, huyen del poderío de los dragones mientras trazan una estrategia que conduzca sus afanes a la gloria. La victoria no debe, no puede, pasar por otro camino que no sea el exterminio de aquellos que osaron alzarse contra ellos, esos magos ignominiosos que ansían que su ciencia sea todo sobre todos.
No restan cartas por mostrar. No hay tiempo para jugadas ocultas. No hay farol que se sostenga en esta partida. Solo resta apostarlo todo a la única mano posible. ¿Quién llegará vivo al final? ¿Cómo será el mundo resultante de ese final?
Cuando la derrota venza, nadie protegerá a los desamparados. En la cuarta y definitiva entrega de la colosal serie El Libro Lacre, todas las preguntas hallarán respuesta, escritas en este Epílogo en sangre.
Autor
Eduardo Noriega Seijas lleva a San Vicente de la Barquera y a Cantabria en sus venas sin necesidad de transfusiones. Cuando sangra, gotas leonesas manan también. Dicho esto, reconoce una traición a sus raíces cuando perdió, para nunca dejar de volver, ese norte que no ha vuelto a encontrar. Otros puntos cardinales, siempre fascinantes, orlan sus últimos años y desvelos.
Mucho antes de que el reguetón fuera un mal sueño, descubrió los mundos ocultos de los libros y todo cambió. Despistado entre ecuaciones y aventuras paginadas, aún no sabe cómo terminó la muy noble carrera de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, algo que le proporcionó un modo de vida que, como las obras, nunca acabará y posibilidades no menos ilimitadas.
De sus tierras, sus lecturas y lo que su formación parió para él, atesora amigos, vivencias, paisajes y paisanajes que llenarían varias vidas. Lo que sobra de la única que tiene es lo que acaba rebosando y cayendo en sus creaciones.
Epílogo en sangre es la última entrega de su debut en la literatura con mayúsculas y no porque sus escritos anteriores fuesen menores. El resto de su obra, decorada con algún premio literario, sacudida por intempestivas colaboraciones en prensa, orienta su teclado hacia próximas aventuras, siempre por venir, siempre dedicadas a sus lectores.