La comarca pasiega necesita algo más que el Leader

Más de medio millón de personas visitan Cabárceno cada año pero muy pocos son conscientes de que ese singular parque zoológico forma parte de la comarca pasiega. De hecho, ni la propia Consejería se ha molestado en señalar en su cartelería que Penagos, uno de los municipios en que se enclava, está integrado en los Valles Pasiegos. La situación de ese parque, al borde de esa gran comarca interior, y su proximidad a Santander, hace que pocos de esos visitantes se animen a continuar su viaje hacia el corazón del territorio pasiego, con lo que ninguno de los ayuntamientos que lo forman se beneficia del arrastre turístico de Cabárceno.
Desde la Asociación de los Valles Pasiegos no pueden evitar imaginar cuál habría sido el efecto para la comarca si ese parque estuviese ubicado en Vega de Pas. Pero mientras sueñan con un proyecto equivalente, que impulse ese territorio, la Asociación utiliza las herramientas que ponen a su alcance las subvenciones comunitarias para dinamizar los valles interiores regados por el Pas y el Pisueña, y evitar el despoblamiento rural.
Esas ayudas, que llevan el nombre de Programa Leader, han permitido que en el periodo 2007-2013 se hayan desarrollado 251 proyectos empresariales, lo que ha permitido la creación y consolidación de cerca de 400 puestos de trabajo. Esto ha requerido una inversión total de doce millones de euros, de los que el 45% han sido subvenciones públicas.
Pueden parecer cifras modestas para un periodo de siete años, pero hablamos de una comarca que a pesar de su extensión (599 km2) apenas cuenta con 30.000 habitantes, dispersos en 16 ayuntamientos, de los que el que el más pequeño, Miera sólo tiene 300 habitantes y el mayor, Santa María de Cayón, no llega a 10.000.
Por sus características, la comarca pasiega responde, como todos los valles interiores de Cantabria, al objetivo que se marcó la Unión Europea de evitar la despoblación de las zonas rurales, propiciando iniciativas que generen empleo.
Este fue el origen de los cinco Grupos de Acción Local surgidos en Cantabria (Liébana, Saja-Nansa, Campoo-Los Valles, Asón-Agüera-Trasmiera y Valles Pasiegos), que gestionan en sus respectivos territorios el programa Leader.
Los problemas a los que se tiene que enfrentar la Asociación de los Valles Pasiegos son muy similares a los que se plantean en las otras comarcas. Además de divulgar los activos con que cuenta el propio territorio para tratar de atraer iniciativas y de apoyar a los pequeños proyectos empresariales de la zona que buscan ayudas y asesoramiento, han debido hacer frente a los efectos de la crisis económica, incluido el retorno de parte de la población que en los años de bonanza había buscado una salida laboral en las ciudades. Una vuelta a los orígenes que puede haber influido en que la tasa media de paro en la zona pasiega haya repuntado hasta el 16%.

Un programa de desarrollo rural

Aunque no hay establecido un límite de población, el programa Leader no está diseñado para núcleos que van más allá del ámbito estrictamente rural, como Sarón (Santa María de Cayón), con sus más de 9.000 habitantes, un centro de servicios con características de ciudad dormitorio. Esa convivencia de pequeños núcleos de tradición ganadera con otros de mayor tamaño en los que predomina el sector servicios (que ya supone el 63% de la economía pasiega), también se refleja en las iniciativas empresariales apoyadas por la Asociación. Proyectos que han ido desde las ayudas a la diversificación de las pequeñas explotaciones ganaderas y a la comercialización de sus productos (yogures, quesos, etc), a la creación de obradores artesanales para la elaboración de patés, mermeladas o embutidos. También ha habido un boom de plantaciones de arándanos, un producto en auge como consecuencia de la gran demanda que llega desde fuera del país. En el aprovechamiento de los recursos naturales habría que incluir las iniciativas de turismo rural y de hostelería, muy abundantes entre los proyectos subvencionados.
En esta oleada de alojamientos rurales, las cabañas pasiegas rehabilitadas para uso turístico no han jugado el papel que se esperaba, después del Plan de ordenación del territorio pasiego que dio como resultado la catalogación de unas diez mil. Las limitaciones impuestas a las obras de rehabilitación y la dificultad de los accesos han desinflado las expectativas que se habían despertado y que llevó a algunos promotores a comprar hasta una docena de cabañas, de las que ahora no saben cómo deshacerse.
No todas las iniciativas están vinculadas a la industria agroalimentaria o al turismo. En realidad, están muy diversificadas hasta el punto que los fondos del Programa Leader también han servido para poner en marcha un geriátrico y dos tanatorios, además de apoyar a autónomos en la creación de pequeños talleres de carpintería o de pintura.
En una línea de trabajo parecida, aunque ampliada a otros sectores, se mueve ahora la Asociación Valles Pasiegos. En estos días culmina sus propuestas para acogerse al nuevo programa Leader que se extenderá hasta 2020, y con el que se espera captar siete millones de euros en ayudas. Con ellas se fomentaría una inversión cercana a los 14 millones de euros.
Para esta nueva etapa, la Asociación pretende potenciar la explotación de la riqueza forestal y la ayuda a la dependencia. También quiere ampliar el tejido formativo, apoyando iniciativas para la enseñanza del inglés a un nivel básico, suficiente para atender en ese idioma a los visitantes extranjeros que hagan turismo en la zona. La enseñanza sobre el uso de las redes sociales es otra de las demandas en alza, aunque la comarca pasiega, como tantas otras de la Cantabria rural se enfrenta a un problema de infraestructuras que está limitando seriamente sus posibilidades de desarrollo.

La brecha digital

Al igual que lo fue en el pasado la ausencia de carreteras dignas, hoy es la carencia de una red de telecomunicaciones eficiente lo que más frena el desarrollo de las zonas rurales.
Sin disponer de internet en banda ancha, ningún proyecto empresarial se siente atraído para instalarse fuera de las grandes núcleos urbanos, porque internet es hoy necesario para cualquier negocio. “Ese es el mayor problema del medio rural –señala la gerente de la Asociación Valles Pasiegos, Ana Manrique–, y el mayor obstáculo que tenemos de cara a posibles promotores; la gente no se termina de instalar aquí porque no tienen banda ancha. La brecha digital es el principal obstáculo de las zonas rurales y la consecuencia inmediata es el despoblamiento”, lamenta.
Son carencias que no acaban de solucionarse, porque las operadoras de telecomunicaciones no se animan a invertir en zonas con escasa población y la Administración no aporta los recursos suficientes para acelerar la ampliación de una red que responda a las necesidades actuales.
También hay líneas europeas de ayudas para este fin, pero se trata de proyectos cofinanciados en las que la Administración debería implicarse y los alcaldes de la zona aún no hay conseguido que esté en la lista de prioridades del Gobierno regional.

A la búsqueda de un proyecto estrella

La Asociación, en la que no solo tienen voz los ayuntamientos sino también las asociaciones y los agentes sociales de la comarca, trata de aprovechar al máximo los recursos que ofrece la zona pero, con ser muchos, no son suficientes sin un gran proyecto que impulse de manera decidida la comarca pasiega.
En esta nueva etapa se dispone a apurar las posibilidades de atractivos como el patrimonio prehistórico de Puente Viesgo o el turismo termal, ya que cuenta con tres balnearios, una de las mayores concentraciones de España, a los que se podría añadir el de Corvera de Toranzo, actualmente cerrado pero con un proyecto de reapertura en marcha. También está explorando las posibilidades que ofrece el hecho de que los valles pasiegos hayan sido cuna de muchos indianos, cuyos descendentes continúan manteniendo una vinculación con la comarca.
Nada de esto oculta la necesidad de un proyecto que impulse la zona más interior de los valles. Prácticamente nadie confiaba que lo fuese el frustrado teleférico de Vega de Pas, insostenible económicamente, y que solo tendría sentido vinculado a la explotación de la estación de esquí de Lunada, pero hay otras posibilidades ligadas a los atractivos geográficos de la zona que enumera el responsable de comunicación de la Asociación, Mateo Monasterio: “Necesitamos un proyecto estrella para dar ese salto de calidad, como la creación de un parque temático multiaventura, la puesta en valor de los barrancos de Vega de Pas, rutas de escalada, la rehabilitación del túnel de La Engaña… Incluso se habló hace muchos años –recuerda– de hacer un túnel de seis kilómetros entre Selaya y Vega de Pas perforando la Braguía”.
De momento, la Consejería de Industria y Turismo se propone completar la vía verde que desde Santander llegará hasta Vega de Pas, un proyecto en el que se invertirán tres millones de euros.
A la espera de que se materialice algún proyecto lo bastante ambicioso como para servir de revulsivo a la comarca, los responsables de la Asociación Valles Pasiegos continúan con su labor de dinamización del territorio, aunque como advierte su gerente, Ana Manrique, “el programa Leader no es la solución ni la panacea para todos los municipios que tenemos integrados; ojala tuviéramos más recursos, pero hay municipios, como el de Miera, que necesitarían una actuación regional y nacional para sacarlos adelante, porque de lo contrario son pueblos que están abocados a morir en muy breve plazo de tiempo. El programa Leader puede ser una inyección pero nunca va a ser la solución para ayuntamientos como ese” reconoce, consciente de que su aportación para revitalizar la comarca pasiega es importante pero modesta.

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