La Empresa Familiar da un paso al frente para la recuperación

ACEFAM se suma a la campaña nacional ‘Damos la cara’ para superar la crisis provocada por la COVID-19

El coronavirus deja un escenario socioeconómico lleno de retos. A pesar de la capacidad de adaptación demostrada por las empresas durante el estado de alarma, la incertidumbre y la parálisis han repercutido de manera notable en compañías de muy diferentes sectores, que han tenido que acudir a los ERTE, la petición de créditos o la reconfiguración de su actividad para hacer frente a estos tiempos complicados. Para paliar cuanto antes los efectos de esta crisis, las empresas familiares han puesto en marcha la campaña ‘Damos la Cara’, con la que transmiten su compromiso de impulsar la recuperación económica y reivindican sus capacidad de adaptación a las circunstancias adversas y su vinculación al territorio.


Las empresas familiares suponen el 92% de todas las compañías de Cantabria; el 82,5% del empleo privado y casi el 62% del PIB regional, así que su salud es capital para la buena marcha de la economía cántabra. Conscientes del importante papel que juegan en la recuperación post-covid, la Asociación Cántabra de Empresa Familiar (ACEFAM) se ha adherido a la campaña nacional ‘Damos la Cara’, en la que participan 1.300 empresas familiares de todo el país.

El objetivo es transmitir un mensaje de confianza en el futuro, refrendar su compromiso con los clientes, los proveedores y la sociedad en general, además, dar a conocer ante la opinión pública la contribución económica y social de la empresa familiar.

Además de promocionar y difundir los valores de la empresa familiar, la campaña pretende ayudar a elevar el ánimo, mostrando ejemplos de superación y compartiendo testimonios de empresarios que han tenido que hacer frente a esta situación echando mano del ingenio y la capacidad de adaptación.

“En 37 años dedicado al sector del transporte y la logística nunca había visto una crisis como esta, que presenta la dificultad adicional de enfrentarnos a un virus”, cuenta José Luis González Pescador, CEO de ABC Logistic, que ha conseguido mantener sus rutas y servicios abasteciendo a sus clientes durante la pandemia. “El COVID no nos ha cambiado el rumbo, seguimos mirando hacia adelante”. En esta tarea señala que, “como empresa familiar, el equipo humano es un pilar fundamental. En estos tiempos extraños, el apoyo de la plantilla y de los colaboradores ha sido muy emocionante”, recuerda, pocas semanas después de vivir los momentos más complicados al frente de su empresa.

Uno de los camiones de ABC Logistic en el momento de embarcar en un ferry para hacer un porte internacional.

De adaptación a los nuevos tiempos sabe, y mucho, el Grupo Codelse, que pasó de tener una tienda de componentes electrónicos a diversificar sus servicios con dispositivos de seguridad, sistemas contra incendios y telecomunicaciones, alcanzando un crecimiento que ahora se ha visto frenado por el Covid-19. Según explica el presidente del grupo, Fermín García Balbás, el virus “es una amenaza que hemos tratado de convertir en una oportunidad, y ya estamos desarrollando un túnel de desinfección, con tornos para el acceso, posiblemente el más completo que se esté fabricando a nivel mundial”.

“No hay otra; hay que salir a ganar el partido”, subraya Carolina González, Innovation Manager de Grupo Tirso, una empresa creada por su abuelo en 1956 y que mantiene el espíritu de equipo que cimentó su fundador, eso sí, adoptando las medidas de seguridad necesarias para proteger a la plantilla y cuidando más que nunca la comunicación entre los diferentes miembros “para apoyarse ante las dificultades”.

‘Somos especialistas en gestionar dificultades’

Sede de la consultora informática Semicrol en el PCTCAN.

En mitad de una crisis tan grave como la que estamos viviendo, las empresas familiares están decididas a “dar la cara” luchando por la viabilidad de sus negocios y la continuidad de sus trabajadores: “Somos especialistas en gestionar dificultades y en actuar con responsabilidad; no nos queda otra que seguir mirando hacia adelante como hemos hecho siempre”, afirma la presidenta de ACEFAM, Paloma Fernández, que destaca que en momentos complicados como el actual es cuando cobran especial importancia los valores en los que se enraiza la empresa familiar: la visión a largo plazo y la vinculación al territorio.

En efecto, esta capacidad para afrontar las dificultades y seguir apostando por el negocio en las peores circunstancias explican que las empresas familiares sobrevivan una media de 33 años frente a los 12 de las no familiares. “En momentos buenos, somos muy prudentes y eso hace que cuando vienen situaciones como esta tengamos suficiente músculo como para proteger a los nuestros”, explica Álvaro Herrero, adjunto a la Gerencia de la empresa que fundó su abuelo, Industrias Jacinto Herrero, que vio cómo los pedidos descendieron notablemente durante los momentos más duros de la pandemia.

Interior del Taller de Jacinto Herrero.

“Tuvimos que presentar un ERTE, pero los primeros trabajadores se incorporaron el 14 de abril. Sentíamos mucha responsabilidad y tensión para sacarlo todo adelante y afrontar el reto”, explica. Desde su punto de vista, ahora “es el momento de que las empresas familiares demos la cara y seamos parte de la solución que lleve a la recuperación; nuestros valores y compromiso social nos avalan”, sostiene Herrero, quien reclama que se cuente con la empresa familiar “en el diseño de un futuro mejor” y en un plan que ayude a impulsar la industria nacional y regional.

Paloma Fernández reitera la necesidad de contar con la empresa familiar, por ser “el principal motor de la economía y saber, como nadie, reinventarse para sobrevivir”, tirando de coraje y resistencia. “Volveremos a demostrar nuestra capacidad de ser camaleones que saben adaptarse. Estamos acostumbrados a hacerlo”, apunta.

Compromiso para la recuperación

Al Grupo GOF, dedicado a la logística portuaria y al comercio internacional de cereales para nutrición animal, la alerta sanitaria le hizo introducir modificaciones en su forma de funcionar: teletrabajo para el 75% de la plantilla de oficinas, medidas de seguridad para quienes debían acudir a las instalaciones de la empresa, webinars con expertos para estudiar nuevas ideas, ofrecimiento de ayuda diarios a los trabajadores en aislamiento por sospecha de  COVID-19…

“Son unos detalles que han reforzado mucho más al equipo y han potenciado la sensación de familia”, explica su director general, Andrés Gómez Bueno, para quien el objetivo de perdurabilidad es una de las claves que hacen a la empresa familiar una pieza esencial para la recuperación: “Somos imprescindibles porque articulamos la generación de valor ligada al territorio”.

Operarios del Grupo GOF en la desestiba de un barco.

Por eso, decidieron ponerse de frente ante la adversidad adhiriéndose a la campaña nacional ‘Damos la Cara’, en la que cuentan sus testimonios a través de vídeos y entrevistas alojadas en la página web damoslacara.com y las redes sociales del proyecto.

Como explica Natalia Alciturri, gerente de la empresa tecnológica Semicrol, a pesar de las lógicas preocupaciones de los empresarios ante una posible subida de impuestos, la caída del PIB o las malas previsiones, “haremos lo posible para facilitar y reactivar la economía de la forma más responsable”.

“Siempre hay una salida; siempre que hay una dificultad se puede convertir en oportunidad. Aún sabiendo que vienen tiempos duros, seremos capaces de reinventarnos y de salir adelante más fuertes de lo que entramos”, confía Gómez Bueno.

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