Erzia equipará las fragatas F-110 con sistemas para la guerra electrónica

Sus equipos de microondas y radiofrecuencia permitirán desde interceptar comunicaciones a proteger el buque de ataques con misiles

La empresa cántabra Erzia va a entregar a Indra varios conjuntos de microondas diseñados para la guerra electrónica, que serán instalados en la nueva fragata F-110 de la Armada Española. Estos equipos de alta tecnología permiten la recepción, interceptación y emisión de señales de radiofrecuencia y microondas con varios propósitos a la vez, desde interceptar comunicaciones del enemigo hasta proteger el buque de amenazas o ataques con misiles mediante la emisión de contramedidas electrónicas.


Erzia ha diseñado y producido varios dispositivos Integrated Microwave Assemblies (IMA) para Indra, contratista de los equipamientos electrónicos de las fragatas españolas F-110, que están despertando el interés de armadas de todo el mundo. La empresa cántabra trabajará durante al menos cinco años en la producción a gran escala de estos sofisticados equipamientos, que se utilizarán en las cinco fragatas de la serie, decisivas para renovar la flota de la Armada española.

Laboratorios de Erzia en Santander, donde se diseñan, fabrican y montan los componentes.

Erzia define los equipos que aporta como “supercomponentes de alto rendimiento con funcionalidades sofisticadas concentradas en un formato muy pequeño”. Una tecnología diseñada para “escenarios extraordinariamente adversos”, de la que disponen “muy pocos barcos”, en el mundo, según David Diez, director de la División de Microondas de Erzia.

La suite de sistemas avanzados de defensa electrónica que proporciona Indra para la serie F-110 es de última generación, ya que permite detectar y analizar las señales de radar que existan en el entorno del buque, identificando el tipo de radar (buque, aeronave, radar de costa) y, por tanto, de dónde puede proceder la amenaza. Al mismo tiempo, genera contramedidas múltiples de perturbación o de engaño.

El sistema también va a permitir reducir el perfil físico del buque (el aspecto exterior será bastante distinto al de las generaciones anteriores de fragatas), lo que reducirá su visibilidad ante los radares, y es capaz de desentrañar señales complejas, para caracterizarlas con mayor exactitud, y de hacer una recopilación masiva de datos.

El otro subsistema de esta suite, el de protección contra amenazas, ofrece un tiempo de reacción muy rápido, un gran ancho de banda y está provisto de contramedidas electrónicas, tanto en la banda ancha como en la estrecha, o combinada con amenazas específicas.

No es la primera vez que Erzia proporciona componentes para la guerra electrónica. Desde que en 2010 entró en este ámbito de negocio, ha conseguido contratos en varias armadas de países aliados, en competencia casi siempre con empresas estadounidenses. De hecho, Erzia también tiene una filial en aquel país para acceder a algunos contratos.

Muchos de los sistemas de guerra electrónica de los principales fabricantes del mundo eligen sus componentes por su alta confiabilidad y rendimiento.

Por lo general, cada uno de estos equipos de radiofrecuencia y microondas requiere cientos o miles de dispositivos, que por su especificidad ha de fabricar la propia empresa, que lleva a cabo todo el proceso, desde el diseño y la producción de cada componente hasta el montaje, en su sede de Santander.

Fundada hace casi 20 años, Erzia es líder mundial en amplificadores de microondas, filtros, convertidores de frecuencia y otros equipos integrados, casi siempre destinados a usos de alta confiabilidad, como los que requieren la defensa, la aeronáutica o los satélites espaciales.


Una fragata muy avanzada con menos tripulación y mantenimiento

La fragata F-110 de Navantia es heredera del éxito que tuvo la F100, la primera  diseñada íntegramente en España. Tanto que la empresa es una de las tres únicas que compiten por los programas convocados por EEUU, Canadá y Australia para equiparse de esta gama de barcos de última generación.

El programa F-110 de la Armada, en el que participan varias empresas cántabras como suministradoras, generará 7.000 empleos anuales durante una década: 1.300 como plantilla directa de Navantia, 2.100 en la industria auxiliar y 3.600 en la cadena de suministro, con un efecto sobre la demanda española agregada de 1.500 millones de euros anuales.

El gran nivel de automatización de los equipos y sistemas que tendrán las fragatas F-110 y las medidas adoptadas para reducir los costes a o largo de su ciclo de vida harán que puedan manejarse con una dotación de personal muy inferior a la que necesitan los buques equivalentes de otras armadas.

El uso de tecnologías de movilidad, la optimización de las redes de comunicaciones a bordo, que reduce el cableado, y la capacidad para comunicar datos operativos que permitirán analizar su estado de forma remota también van a contribuir a reducir los costes de mantenimiento y a mejorar sus ratios de disponibilidad.

Desde comienzos de siglo se planificaba la puesta en marcha de este programa, aunque no ha sido hasta marzo de 2019 cuando el gobierno de Pedro Sánchez dio luz verde a su construcción, con un pedido de cinco unidades, por un importe de 4.317 millones de euros.

Se prevé que la primera esté lista en 2026 y la última, en 2031.


Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora