En Cantabria se buscan tecnólogos

Necesitamos tecnólogos’. Este es el grito de guerra con que las empresas de nuevas tecnologías de Cantabria se han lanzado a despertar vocaciones tempranas por la programación y las carreras científicas entre nuestros bachilleres. También tratan de captar el interés por sus empresas entre los universitarios que ya se están formando en alguna de esas disciplinas.
En abierto contraste con lo que ocurre en otros sectores, estas empresas están creando empleo a un ritmo muy rápido, y los informáticos, ingenieros en telecomunicaciones, matemáticos o físicos que necesitan no salen en un número suficiente de la Universidad y los centros cántabros. “El sector está muy bien, pero necesitamos recursos humanos y esos no son tan fáciles de encontrar, porque hay mucha demanda y salen en una cantidad pequeña, por lo que hay bofetadas por ellos”, advierte el presidente de la patronal del sector, Ascentic, Pablo de Castro.
Una idea en la que abunda Natalia Alciturri, directora de Semicrol, una de las empresas cántabras que acusan la insuficiencia de la cantera local, a pesar de que la Universidad de Cantabria es una de las que más titulaciones ofrece en este ámbito: “Ahora mismo hay una demanda muy alta de técnicos y la cosa se va a complicar más, porque las empresas estamos creciendo y necesitamos gente buena, sean informáticos, físicos o ingenieros de telecomunicaciones. Necesitamos gente lista, con ganas, con mucha energía y a la que le vayan los retos, porque nuestro sector es complicado. Somos empresas que cambian mucho en poco tiempo, porque nos tenemos que adaptar al mercado y eso requiere esfuerzo”, enfatiza.
La propia especialización de las empresas que más despuntan en Cantabria, por haber encontrado un nicho de mercado con el que han tenido éxito en otros países, les dificulta la ampliación de sus plantillas. Por un lado, la formación académica que reciben nuestros universitarios no siempre se adecúa a las necesidades reales de las empresas y, por otro, no resulta fácil incorporar trabajadores senior. Las remuneraciones que se ofrecen en Cantabria no son las mismas que en las grandes capitales, y encajar en un equipo ya formado que trabaja en áreas muy específicas tampoco es fácil. Aun así, el despliegue que están teniendo las TICs de la región durante estos últimos años está propiciando el regreso de trabajadores muy cualificados, muchas veces por razones familiares.
Lo que sí se ha conseguido evitar, al menos por el momento, es la rápida rotación de los empleados que tuvo lugar años atrás, cuando la voracidad de las grandes empresas despojaba al emergente sector tecnológico cántabro de sus mejores especialistas. Sin embargo, esa situación puede volver a darse, advierte Natalia Alciturri: “Actualmente no lo estamos viendo, pero creo que ese peligro existe; cada vez nos cuesta más encontrar gente. Y el siguiente paso será que, a los que vayan despuntando, los reclamarán desde Madrid o Barcelona, porque las empresas fuertes del país de momento están encontrando recursos pero esta tendencia (la de los fichajes) se va a disparar”.

Robots y ferias de empresas

Para despertar ese interés por las carreras científicas entre las nuevas generaciones, la patronal de las empresas cántabras tecnológicas, Ascentic, ha mantenido varias reuniones de trabajo con la asociación de profesores de tecnología (APTC), de las que han salido varias formas de colaboración.
De ahí han surgido conferencias en institutos, dirigidas a chicos de los últimos cursos de ESO y bachillerato, en las que empresarios de Ascentic les muestran las posibilidades que tiene esa salida profesional. Como elemento de convicción pueden apoyarse en los datos que arroja el propio mercado de trabajo, según el cual los titulados de 2010 que en 2014 habían conseguido mayores tasas de empleo eran los que estudiaron Ingeniería Electrónica, Medicina, Ingeniería en Automática y Electrónica Industrial, Ingeniería Aeronáutica, e Ingeniería Naval y Oceánica.
En esa estrategia de aproximación a los alumnos se enmarca también la competición de robótica que desde hace algunos años vienen realizando los Institutos de Cantabria. Ascentic aportó los materiales para la construcción y ensamblado de los robots con los que nueve equipos de diversos institutos de Cantabria participaron a finales del pasado mes de mayo en la competición que tuvo lugar en Colindres.
También en el ámbito universitario se dan pasos para acercar a los estudiantes a la realidad de las empresas tecnológicas. Un ejemplo es la celebración en la Facultad de Ciencias de una jornada de empleo y prácticas en empresas, en la que participaron veinte pymes del sector. Además de recoger currículums, las TICs aprovecharon para darse a conocer entre los futuros titulados. “Una de las cosas más importantes fue mostrarles que en Cantabria hay empresas de tecnología que hacen cosas muy interesantes; que aquí hay oportunidades y no hace falta marcharse para encontrar empleo”, señala la directora de Semicrol.
Lo cierto es que la informática y las telecomunicaciones están generando muy buenas oportunidades de empleo, con salarios por encima de la media y poca competencia en el mercado. Según un reciente informe de InfoJobs la demanda de especialistas en programación para móvil, desarrolladores de soluciones big data y profesionales del cloud computing va a seguir creciendo en los próximos años.
Además, nuevas áreas irrumpen con fuerza, como los especialistas en ciberseguridad, un sector que se mueve muy rápido. Si hace apenas tres años se necesitaba especialistas en redes y colaboración, ahora se demandan personas con conocimiento en internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial y automatización.
Según la multinacional Cisco, hay menos de 500.000 desarrolladores en todo el mundo dedicados al internet de las cosas, pero a medida que el número de dispositivos conectados crezca, serán necesarios al menos 4,5 millones de especialistas.

Empresas punteras

A pesar de ser un sector relativamente pequeño, entre las empresas cántabras de nuevas tecnologías hay algunas firmas punteras en el ámbito internacional. Su temprana especialización en nichos de mercado muy específicos les ha proporcionado una ventaja competitiva que han sabido aprovechar. En el sector de automoción, por ejemplo, hay dos empresas de referencia, Quiter, cuya plataforma de gestión de concesionarios de automóviles se ha extendido por todo el mundo, y Ceinor, con cuya aplicación se gestionan talleres mecánicos de toda Europa. Semicrol, por su parte, ha desarrollado un software que se emplea en muchos centros de investigación y fundaciones, con el que se ha abierto camino en Sudamérica.
El hecho de que Santander sea pionera en el campo de las smart cities ha ayudado a que pequeñas y medianas empresas tecnológicas de Cantabria hayan desarrollado soluciones y aplicaciones móviles que se están vendiendo, a través de multinacionales, en ciudades como Bristol (Gran Bretaña) o Wellington (Nueva Zelanda). Es el caso de otras empresas locales como TST, Sayme, Conceptual o Heritas.
En la gestión de dispositivos y redes en el sector energético y en la gestión de planes hidráulicos, otra empresa cántabra, CIC, tiene una presencia internacional muy importante y su plantilla ha crecido de una forma espectacular, hasta acercarse a los 350 trabajadores.
También en el emergente campo del big data contamos con empresas tecnológicas que se dedican a procesar y analizar grandes cantidades de datos procedentes de las navegaciones que hacen los usuarios por la red, para instituciones o grandes compañías, como la propia CIC, Atos o Zzircon.

Colaboración entre empresas

Una de las claves de la buena marcha del sector de la TICs en Cantabria está en el alto grado de colaboración que se da entre las empresas que lo integran.
Con tamaños muy diversos, aunque predominen las pymes, el sector de las nuevas tecnologías está formado actualmente por unas 130 empresas. La Asociación que las representa, Ascentic, agrupa a 31 de ellas, entre las que se encuentran las más relevantes. Su impacto en el empleo es notable, pues en esas 30 empresas trabajan unas 1.500 personas, aunque distribuidas muy desigualmente, ya que hay algunas con grandes plantillas como Quiter, Atos o CIC y otras con solo dos trabajadores. Y el impacto podría ser aún mayor si se cumplen las expectativas de crecimiento del sector.
Si se mide por facturación, se trata de un sector pequeño. Las empresas de Ascentic suman unos 80 millones de euros en ventas, una cifra poco significativa si se compara con los más de 7.500 millones de euros que factura el sector industrial, pero es más relevante su valor añadido (ya que los inputs que consume son casi insignificantes) y el valor estratégico que tiene el sector tecnológico para todo el tejido económico regional. Ayudan a que las empresas avancen hacia la digitalización de sus procesos, un cambio inaplazable si no quieren quedarse atrás, y que puede abrirles además las puertas a nuevos modelos de negocio.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora