Como en Casa se dimensiona para servir sus platos fríos a todo el país

Abre unas grandes instalaciones en Maliaño desde donde también cocina para colectividades y eventos

Después de muchos meses de obras y de una inversión de casi 700.000 euros para reconvertir una nave industrial de Maliaño, Mayte Urraca ha dado un salto cualitativo en su negocio, Como en Casa, que a partir de ahora enviará sus platos cocinados y conservados en frío a todo el país, con una entrega en 24 horas. También inicia un reparto en máquinas de vending de centros de trabajo, hoteles, hostales y casas rurales, y va a seguir atendiendo a colectividades y eventos. Está convencida de que el mercado va a responder a una cocina de calidad, variada y equilibrada, basada en la gastronomía cántabra.


Mayte Urraca, fundadora y gerente de Como en Casa, está dispuesta a darle una nueva dimensión a la empresa.

La madrileña Mayte Urraca tomó la decisión establecerse en Santander, una ciudad con la que no tenía vínculos, porque supuso que era un lugar donde sus hijos crecerían más felices. La apuesta no fue fácil, pero nunca ha tenido miedo a los retos. Tanto que hace meses decidió quedarse una nave industrial de Maliaño y reconvertirla para instalar en ella Como en Casa, su negocio de elaboración de comidas y reparto a domicilio.

La transformación no ha sido fácil ni barata, porque las exigencias de Sanidad para una empresa alimentaria son muy altas, para evitar cualquier tipo de contaminación, y eso ha obligado a hacer casi todo nuevo. En algunos casos, con una excavación bajo lo ya construido, ya que las enormes cámaras frigoríficas donde se conservan los suministros, por un lado, y los envases con la comida ya preparada, por otro, requieren un suelo especial, con muchas capas de materiales aislantes.

Las cocinas han sido otra gran inversión, tanto por la tecnología como por estar dimensionadas para producir varios miles de platos al día. Mayte Urraca está dispuesta a concurrir a concursos públicos para el suministro de comidas a centros educativos y sanitarios, convencida de que se pueden mejorar sustancialmente la calidad de las que ahora se sirven. Eso no le impide reconocer que las administraciones públicas deben repensarse la escasa cuantía que invierten en ellas y, sobre todo, las exigencias: “Yo creo que no es posible dar de comer razonablemente bien en un colegio por 4,64 euros +IVA por comensal si además se exige la presencia de un cocinero y alguien para servir. Lo lógico es establecer un sistema centralizado y que en el centro educativo haya alguien solamente para calentar los platos, porque tal como está planteado es imposible ajustar los costes a ese precio –al menos, nosotros, que apostamos por la calidad– y puede pasar lo que ya hemos visto en algún lugar, que el adjudicatario desaparezca por haber quebrado”.

Reparto en frío a toda España

Las nuevas instalaciones de Como en Casa, con quince trabajadores, están pensadas precisamente para un servicio centralizado en comidas colectivas y para dar otro salto cualitativo en la trayectoria de la empresa: el reparto de sus envases de comida preparada a toda España en 24 horas, a través de compañías de delivery que cuentan con vehículos refrigerados. Un objetivo muy ambicioso que no podía abordar en sus anteriores instalaciones de la calle Federico Vial y que considera una nueva etapa para su empresa: “Hemos pasado de ser un negocio hostelero a una industria alimentaria”, explica.

Chisco Helguera, jefe de cocina de Como en Casa, y Mario Mediavilla, cocinero.

Sus menús son semanales, con diez primeros, diez segundos y ocho postres, a elegir, que en Cantabria pueden recibirse a domicilio de lunes a viernes por 50 euros en total.

Los inicios

Mayte Urraca inició su proyecto Como en Casa en agosto de 2007. Era una tienda de platos preparados ubicada en el Alto de Miranda con la que pretendía que sus clientes tuviesen unos menús racionales y variados, lo más semejantes posibles a la comida que cocina una familia. Pronto incorporó dos servicios más, la entrega de menús a domicilio en Santander y los eventos.

Durante el confinamiento, hubo personas de fuera de la ciudad que vivían solas y no podían salir de sus casas para comer en un restaurante o un bar, como tenían por costumbre, y le insistieron para que les hiciese llegar sus menús. De esta forma nació su primera ruta de reparto fuera de Santander, aunque reconoce que durante algún tiempo no contaba con clientes suficientes como para rentabilizarla.

La emprendedora madrileña era cada vez más consciente de que la viabilidad de su proyecto pasaba por alcanzar una mayor dimensión, la única forma de reducir los costes en la cocina y en los repartos. De carácter decidido, pensó que la cocina familiar que se hace en Cantabria tendría muy buena entrada en cualquier domicilio español y decidió que esa sería su propuesta culinaria: “Soy una enamorada de la comida de aquí”, confiesa.

Esta nueva etapa de reparto nacional que la empresa acaba de iniciar, requiere un trabajo más intenso a través de las redes (la única forma de darse a conocer en otras regiones) y facilita la resolución de un grave problema de la hostelería, la falta de personal cualificado.

Los platos, una vez elaborados, van pasando a las cámaras frigoríficas, agrupados por categorías.

Estos platos, cuya preparación y cocción es la tradicional, se enfrían muy rápidamente a 4º en un abatidor de temperatura y se envasan en una atmósfera protectora. A partir de ese momento no abandonan la cadena de frío hasta el domicilio del consumidor, por muy lejos que esté el cliente, que también puede conservarlo en su frigorífico varios días, ya que la vida útil es de aproximadamente un mes, siempre que se mantenga la cadena de frío.  

Este formato de comida preparada, que se conoce como quinta gama, permite racionalizar muchas tareas en la elaboración, y requiere menos personal especializado, aunque ella cuenta con un equipo de cocina de larga trayectoria, tutelado por el chef Francisco Jerez, que asesora y ofrece formación al personal desde fuera de la empresa, y que está encabezado por Chisco Helguera como jefe de cocina, y Mario Mediavilla como cocinero.

Reparto en máquinas de vending

La propietaria de Como en Casa es muy activa, al mismo tiempo, en el campo de las colectividades, al concurrir a la mayoría de concursos públicos que convocan colegios, residencias o centros de día, y ya está preparando otra novedad más, la venta de sus platos preparados en máquinas de vending. La primera, que servirá como piloto, se instalará en el Parque Científico y Tecnológico de Santander, un lugar donde trabajan más de 2.000 personas y que apenas tiene oferta hostelera, por lo que muchos de ellos solo tienen la posibilidad de llevar la comida de sus casas.

Aunque es consciente de que, por el tipo de comida tradicional que ofrece Como en Casa, su clientela está por encima de los 35 años y muchos de los que trabajan en el PCTCAN no alcanzan esa edad, esta primera máquina, que se situará en la entrada del IH, servirá para extraer muchas conclusiones.

 La intención es que este sistema de reparto en máquinas de autoservicio que conservan los platos en frío (el cliente solo tiene que calentarlos en un microondas) se extienda en un futuro próximo a hoteles, hostales y casas rurales, que así podrán dar a sus clientes un servicio más, aunque no tengan cocina. Tampoco descarta hacerlo en supermercados y grandes superficies, dado que en España está cambiando muy rápido el patrón familiar. Bien por no saber cocinar, por escasez de tiempo para hacer la compra y las elaboraciones o porque la unidad familiar está compuesta por solo una o dos personas y no compensa hacerlo, la comida preparada tiene cada vez mayor penetración en los domicilios, especialmente aquella que, por variedad, elaboración y equilibrio se parece más a la que se preparaba tradicionalmente en las casas, como ocurre con la suya.

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