Wayaya: Ropa de baño para mujer hecha en Cantabria

Las emprendedoras quieren externalizar la producción a talleres vinculados a proyectos sociales

La cántabra Marta González y la catalana Laura Bermejo son un ejemplo perfecto de que hay ejercicios universitarios que pueden dar lugar a negocios viables. A raíz de una actividad de clase, crearon Wayaya, una marca de ropa de baño que busca realzar el cuerpo femenino, independientemente de sus particularidades físicas. En estos momentos, su colección cuenta con un modelo de bañador y tres de bikini, y en la próxima ya incorporarán a su catálogo las sudaderas.


Marta González es una de esas emprendedoras partidarias de no desvelar sus sueños hasta verlos plasmados en la realidad. Quizá por ese motivo, sus profesores –estudia Moda en Cesine– todavía no saben que, a raíz de un trabajo de clase, ha creado Wayaya, su propia firma de ropa de baño para mujer.

González no ha emprendido este camino sola. Cuenta con el apoyo de Laura Bermejo, una excompañera con la que coincidió un año en la carrera y que después regresó a Cataluña, su tierra natal, para continuar formándose cerca de su círculo más cercano.

Aunque ahora son ellas las únicas personas al frente del nuevo negocio, los primeros pasos los dieron con otras dos compañeras. Luego, la distancia separó sus caminos, ya que una de ellas empezó un Erasmus en Corea del Sur y la otra en Milán. “Hablamos entre nosotras y entendimos que este proyecto requiere mucha involucración y la toma diaria de decisiones”, explica Marta González para justificar esa salida.

Prendas sostenibles y de alto valor añadido

El escultor griego Polícleto, del siglo V a.C, fue uno de los precursores de los cánones de belleza para el hombre y la mujer. Según él, depende de tener unas determinadas proporciones físicas. Marta y Laura defienden, muchos siglos después, que cada cuerpo es diferente al resto, una reflexión que han tenido muy presente en el diseño de sus bikinis. “Queremos proteger y realzar las cualidades de los diferentes cuerpos de la mujer”, proclaman como leit motiv de sus diseños.

A día de hoy, Wayaya ha puesto a la venta un modelo de bañador y tres de bikini con estampados propios. La primera colección salió a la venta el verano pasado y fue cosida por ellas mismas, aunque a partir de ahora ya tienen decidido que la producción se externalizará a un taller de Cantabria o de Barcelona aún sin elegir.

Su intención es mantener la producción en el ámbito local y que también lo sean los proveedores, pero González reconoce que Barcelona es “el núcleo del textil en España” y eso tiene otras ventajas.

Varios de los modelos de la primera colección lanzada por Marta González y Laura Bermejo.

Uno de las posibilidades que barajan es subcontratar la elaboración de las prendas a un taller vinculado a la asociación Nueva Vida, donde se forman y trabajan mujeres que proceden de la trata. “Los proyectos sociales nos llaman mucho la atención”, explica Marta.

Hasta ahora, sus productos estaban confeccionados con telas francesas de poliamida y elastano, pero buscan la forma de orientar la composición hacia la sostenibilidad y apostar por tejidos que utilicen materias primas recicladas.

Los primeros clientes de Wayaya fueron amigos y familiares y sus esfuerzos se centran ahora en llegar a otros públicos e impulsar estrategias de venta que den rentabilidad a la empresa. Un desafío para el que es necesario crear un plan de marketing, potenciar las redes sociales y acceder a pequeños comercios. “Este verano vamos a enviar una muestra de nuestra producción a pequeñas boutiques que se identifiquen con lo que hacemos. Tengo alguna fichada de Somo y otra del centro de Santander”, avanza una de las socias.

Desde Wayaya, son conscientes de que la compra de bañadores se centra casi exclusivamente en los meses de verano y preparan productos de continuidad para desestacionalizar las ventas. “Estamos pensando en sacar sudaderas con nuestro logo estampado para la campaña de Navidad e ir construyendo así nuestra imagen de marca”.

Un nombre muy tropical

El nombre ‘Wayaya’ surgió como consecuencia del año que Marta pasó en Australia, donde encontró trabajo y se familiarizó con frutas tropicales, como la papaya y la guayaba, que inspiran el colorismo de su línea. “Queríamos que transmitiese buen rollo y alegría”, subraya.

Al valorar su iniciativa, González considera que en España “hace falta personas emprendedoras” y su socia, Laura Bermejo, reconoce que haber ganado los XVIII Premios UCem al Emprendimiento Universitario, les ha proporcionado herramientas y facilidades para seguir adelante. “Estaba supernerviosa en la entrega de premios”, admite. Pero abrir esa puerta crea expectativas en su entorno que no les permiten relajarse:  “Ahora hay mucha gente que espera que desarrolles tu idea y que funcione. Tienes mucha responsabilidad”, confiesa.

No será un camino fácil pero ambas confían en que, con dedicación y perseverancia, se irán cumpliendo sus metas profesionales.

David Pérez

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