El Banco de España mantiene el colchón de capital anticíclico en el 0% para el primer trimestre de 2020

El Banco de España ha decidido mantener en el 0% el porcentaje del colchón de capital anticíclico (CCA) aplicable a las exposiciones crediticias situadas en España durante el primer trimestre de 2020, ha informado el organismo.

En conjunto, el análisis realizado por el Banco de España ampara el mantenimiento del porcentaje del CCA en el 0%, si bien, de confirmarse el escenario central de las previsiones, algunos de los indicadores que se tienen en cuenta para adoptar la decisión “superarían los umbrales de referencia” de este instrumento macroprudencial en el horizonte de proyección.

En este sentido, el Banco de España avisa de que, desde el momento de su potencial activación, las entidades de crédito cuentan con un plazo de doce meses para acumular el requerimiento.

No obstante, incide en que el escenario central de previsiones se encuentra sujeto a diversos factores de riesgo orientados a la baja, destacando sobre todo aquellos de origen externo (la posibilidad de que el debilitamiento reciente de la actividad global sea más persistente de lo asumido, la eventual adopción de nuevas medidas proteccionistas a nivel global y la incertidumbre que todavía rodea al Brexit).

Por ello, señala que ante la eventual materialización de estos riesgos, y de producirse un impacto significativo en el PIB español, el presente diagnóstico se vería consecuentemente modificado.

El organismo, siguiendo la misma práctica que las autoridades de otros países, calcula y analiza un conjunto amplio de indicadores macroeconómicos y financieros en su toma de decisiones sobre el CCA, así como otro tipo de información, de naturaleza cualitativa, que se considere relevante.

El indicador de referencia a nivel internacional para guiar la activación del CCA es la denominada brecha crédito-PIB . Un valor positivo y creciente de este indicador estaría asociado a riesgos al alza ligados al crecimiento en el volumen de crédito.

Con la última información disponible, referida a junio de 2019, la estimación de la brecha crédito-PIB ajustada para España se sitúa aún en terreno negativo (-6,8 puntos porcentuales), aunque muestra una progresiva convergencia al nivel de equilibrio de largo plazo.

Las proyecciones realizadas de la brecha ajustada apuntan a que se situaría en niveles positivos a finales de 2020, según indica la institución.

En relación con otros indicadores objeto de seguimiento para valorar los riesgos macrofinancieros, la ratio de crédito sobre PIB descendió ligeramente en el último trimestre (153,1%) en línea con la evolución experimentada en los últimos años, al tiempo que el indicador de intensidad del crédito apenas registró variaciones.

En cuanto a los indicadores de sobrevaloración de los precios de la vivienda, en el segundo trimestre del año éstos se mantuvieron próximos a los niveles estimados de equilibrio y la previsión es que sigan en estos niveles durante los próximos tres años.

La ratio del servicio de la deuda de empresas y hogares sobre su renta disponible se mantuvo estable en niveles reducidos como consecuencia del actual entorno de bajos tipos de interés, mientras que el saldo de la balanza por cuenta corriente (en relación al PIB) continuó mostrando un superávit.

En relación al ciclo económico, según el último avance del Instituto Nacional de Estadística (INE), el PIB habría aumentado un 0,4% en tasa intertrimestral (2,0% en tasa interanual) en el tercer trimestre del año.

AUMENTA LA BRECHA DE PRODUCCIÓN

La brecha de producción, en valores positivos desde 2018, continuó aumentando. Durante la actual fase de recuperación económica, la brecha de producción parece estar anticipando la posterior evolución de la brecha crédito-PIB ajustada.

El CCA es un instrumento macroprudencial que conlleva que las entidades de crédito acumulen un colchón de capital durante períodos expansivos a fin de que éste pueda ser liberado durante una fase subsiguiente de contracción.

De esta forma, el CCA refuerza la solvencia del sistema bancario durante las fases de crecimiento, que es cuando habitualmente se produce una acumulación de riesgos, y ayuda a mitigar la disminución del flujo de crédito nuevo a la economía cuando dichos riesgos se materializan.

En consecuencia, el CCA contribuye a suavizar las oscilaciones del ciclo crediticio así como a incrementar la capacidad de las entidades de crédito para hacer frente a potenciales pérdidas futuras.

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Source: Europapress

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