La logística se convierte en el gran objetivo en la oferta de suelo industrial

Los futuros polígonos de La Pasiega y de Las Excavadas son la mayor apuesta de SICAN

El interés por el suelo industrial vuelve a despertarse en Cantabria y curiosamente no lo hace donde casi todo el mundo suponía hace algún tiempo. La empresa pública Sican trabaja para atender la demanda de suelo en la comarca del Besaya, que está agotando el disponible, y reorienta la oferta futura hacia la captación de grandes proyectos logísticos, en línea con la evolución de la nueva economía. La gran apuesta del Gobierno cántabro en este sentido es la creación del estratégico polígono de La Pasiega.


Durante muchos años, la necesidad de contar con una amplia reserva de suelo se asociaba a la posible llegada de una gran industria capaz de generar muchos puestos de trabajo, pero los tiempos han cambiado y ahora ese sueño ha sido reemplazado por el de la captación de grandes centros logísticos. Un reflejo de cómo va ganando peso la distribución en la economía nacional en detrimento de la fabricación.

Y mientras se materializa esa pretensión de que Cantabria sea un gran centro de almacenamiento y distribución por todo el país, aprovechando su estratégica posición geográfica, hay que seguir atendiendo la demanda de suelo y de naves donde asentar las nuevas pymes, las auténticas protagonistas del tejido empresarial cántabro.

La ampliación de Vallegón ha permitido la llegada de una gran plataforma logística como la de Uvesco. FOTO: MARIA CASUSO

No es de extrañar, pues, que una vez superada la paralización originada por la crisis, hayan alcanzado su techo de ocupación iniciativas pensadas para ese perfil de empresa, como el polígono de Tanos-Viérnoles o las naves nido construidas en Reocín. Tampoco cabe sorprenderse de que sean precisamente los polígonos de la comarca del Besaya, la más industrializada de Cantabria, los que conozcan esa efervescencia.

Sobre ambos ejes, las necesidades más urgentes de la empresa local y la captación de grandes operadores logísticos, trabaja la Administración cántabra a través de la empresa pública Sican.

Más suelo industrial para la zona del Besaya

Los signos más alentadores de recuperación se vienen dando desde hace un año en la comarca del Besaya, si sirve como indicador el interés que pequeños y medianos empresarios de la zona muestran por el poco suelo industrial disponible.

Tras un largo periodo sin ocupantes ni consultas, los asentamientos en el polígono de Tanos-Viérnoles han crecido hasta el punto que hoy se encuentra al borde de la saturación, con cerca de una treintena de empresas instaladas y peticiones firmes para las pocas parcelas que aún quedan libres. El perfil de las empresas que demandan suelo en ese polígono (pequeñas y medianas) han llevado a Sican y al Ayuntamiento de Torrelavega a optar por la división de una gran parcela, reservada inicialmente para poder acoger una empresa de cierto tamaño, en ocho parcelas de 1.800 metros cuadrados, la superficie más pequeña que permite la normativa del polígono, con el fin de acoger otras tantas pymes. Las obras de reparcelación estarán concluidas en octubre y a partir de entonces se podrá proceder a la adjudicación.

Tras esa división de la reserva de suelo existente solo quedarán libres las dos parcelas situadas a la entrada del polígono, pensadas para usos no estrictamente industriales, como la instalación de una gasolinera.    

Cuando se complete la ocupación, el polígono de Tanos-Viérnoles contará con unas cuarenta empresas, la mayoría de las cuales ya tenían una ubicación previa en la misma comarca del Besaya.

El agotamiento de ese suelo –unos 180.000 metros cuadrados– agudizará la necesidad de dar respuesta a la futura demanda de nuevas superficies industriales en Torrelavega y su zona de influencia. Para atenderlas, el Ayuntamiento y el Gobierno regional están impulsado la creación de una gran zona empresarial en la mies de Las Excavadas. El proyecto se agiliza urbanísticamente a través de un PSIR (Plan Singular de Interés Regional), que ha sido bautizado como ‘Bisalia’ y se ha remitido a Ordenación del Territorio para que se pidan los informes de los organismos sectoriales correspondientes.

Aunque se haya utilizado la fórmula más expeditiva del PSIR, la complejidad de la tramitación y la ejecución de la obra demorará en dos o tres años su puesta en el mercado industrial.

El proyecto se ejecutará en varias fases y tendrá un carácter mixto: parque empresarial en la zona más próxima a Torrelavega (para empresas de perfil tecnológico) y polígono industrial más convencional en el resto. El medio millón de metros cuadrados que deparará, del que alrededor de un 50% será edificable, es una superficie más que suficiente para acoger todo tipo de iniciativas.

El Parque Empresarial Bisalia será el referente para los nuevos proyectos que surjan en la comarca porque, al igual que ha ocurrido con el de Tanos-Viérnoles, el polígono de Reocín también se encuentra muy próximo a su completa ocupación. El plan de choque que se activó en 2014, con una drástica rebaja de precios, ha servido para acelerar una demanda que ya empezaba a despertar del letargo de  la crisis. La normativa comunitaria prohíbe vender suelo industrial público a un precio inferior al coste de creación pero, si después de dos años de iniciada la oferta de ese suelo no se han producido esas ventas, autoriza a ajustar los precios a los de mercado.

Ese fue el mecanismo aplicado en el polígono de Tanos y en las parcelas y naves en alquiler del Parque Empresarial Besaya, en Reocín, y el éxito es evidente: solo queda una parcela libre, de 10.000 metros cuadrados y otras más pequeñas se han agrupado para formar una de 11.000 metros cuadrados que ha sido adquirida por una empresa del polígono, Formas y Envases, con la intención de duplicar su tamaño. A este proyecto se une la obra ya muy avanzada de la nueva fábrica de Aspla, y alguna nave más, como la que levanta el grupo de empresas de Jose Sáiz para el montaje de palés. Todo ello hace que el polígono de Reocín sea el que más inversión empresarial concentra en estos momentos en Cantabria.

Aceleración en la venta

La rebaja de precios de los alquileres también jugó un papel sustancial para la plena ocupación de las 60 naves nido que allí construyó Sican. Tras años de desinterés por parte de las empresas, se ha producido una notable aceleración en la ocupación de estas naves (el 80% estaban vacías el pasado año), y numerosos emprendedores han podido dar los primeros pasos gracias a las favorables condiciones de alquiler. “Yo entiendo que no hay mejor forma de incentivar a una empresa pequeña que se pone en marcha que darle un local en alquiler”, señala el director de Sican, Antonio Bocanegra. Las naves tiene entre 180 y 350 metros de superficie y eso les evita tener que hacer la inversión en comprarla o construirla.

El mayor polígono de Cantabria

Si la demanda de suelo se hace sentir con especial intensidad en los polígonos situados en la comarca del Besaya, no ocurre lo mismo en el arco de la bahía santanderina. Aquí, se sitúa, sin embargo el mayor polígono de Cantabria, el de Marina y Medio Cudeyo, con cerca de un millón de metros cuadrados, de los que 590.000 están ocupados o en reserva y otros 323.000 permanecen sin vender.

En este polígono, el protagonista indiscutible es el Banco Santander, que adquirió 420.000 metros cuadrados para instalar su gran Centro de Proceso de Datos. Le siguen en importancia, por el tamaño de las parcelas ocupadas, dos de los socios privados que, junto con SIEC y Pretersa, forman parte de Sodepisa, la promotora de este espacio industrial en alianza con la sociedad pública Sican.

En Cantabria hay muy pocos polígonos privados, como este de Heras. FOTO: MARIA CASUSO

Esos dos socios son Hierros y Metales Tirso, que dispone de 50.000 metros cuadrados, y Talleres Orán, que cuenta con otros 51.000. La otra gran industria presente en el polígono es Tubacex, con una parcela de 10.000 metros cuadrados, y otros 27.000 en reserva. La lista de los todavía poco numerosos ocupantes se completa con tres pequeñas empresas ya instaladas (Mayfer, Virfran Medical, Inderca). Otras dos (Cosmos Protección Contra Incendios y Autobuses Benito) están construyendo sus naves. A ellas se sumarán en breve una industria de fibras textiles (Promocor); otra de fabricación de envases y embalajes de madera (Maderas Montevideo), procedente del polígono de Reocín, y Piensos Ulises, que ocupará una parcela de 4.000 metros cuadrados.

Al tratarse de un polígono semipúblico, goza de una mayor flexibilidad a la hora de fijar los precios. Mientras que para el suelo público se requiere un acuerdo del consejo de administración de Sican, en el caso de Marina-Medio Cudeyo, Sodepisa puede negociar los precios del suelo atendiendo a factores como los usos que se le vayan a dar, la edificabilidad, la ubicación dentro del polígono y la superficie adquirida. Teniendo en cuenta todos estos datos, el precio oscila entre los 120 y los 380 euros por metro cuadrado.

Otro de los argumentos de peso en favor de esta gran superficie industrial es que es el único polígono de Cantabria donde hay disponibles parcelas de hasta 190.000 metros cuadrados. En cualquier caso, la oferta se adapta en tamaño y forma a cada cliente.

Esa flexibilidad, su ubicación estratégica y la existencia de grandes espacios libres, convierten el polígono de Marina-Medio Cudeyo en especialmente atractivo para proyectos logísticos.

La gran apuesta de La Pasiega

Esa vocación logística es aún más evidente en la gran apuesta del Gobierno regional en materia de suelo industrial, el PSIR de La Pasiega, en Parbayón. No es la primera vez que la Administración cántabra se interesa por esta enorme mies, situada a ambos lados de la carretera nacional que une Renedo con Santander, pero lo que hace diez años estuvo orientado a la industria agroalimentaria, y que no se llegó a ejecutar, ahora busca convertirse en una especie de puerto seco, en vista de la evolución del mercado y por el nuevo impulso infundido desde la Autoridad Portuaria. El Llano de La Pasiega, además de estar atravesado por la línea de Renfe entre Madrid y Santander, está situado a unos doce kilómetros del Puerto de Santander, lo que le convierte en un espacio idóneo para el asentamiento de empresas que reciban o envíen sus mercancías por vía marítima. Una ventaja que se verá potenciada por la construcción dentro del polígono de una terminal intermodal ferroviaria conectada con el Puerto. Su proximidad a la Ronda de la Bahía también le servirá de enlace con las Autovías de la Meseta y del Cantábrico.

El PSIR de La Pasiega se extenderá a lo largo de 258 hectáreas, de las que 35 se dedicarán a la logística, 87 a asentamientos industriales,  15 a servicios y dotaciones, 12 a actividades complementarias y 25 a producción agroalimentaria. La terminal ferroviaria, por su parte, ocupará 14 hectáreas.

Cuando aún se encuentra en la fase de redacción del proyecto ya hay importantes operadores del Puerto de Santander interesados en esa nueva superficie. “El futuro gran área de suelo industrial de Cantabria es ésa –subraya Antonio Bocanegra–. Es una oferta que ninguna comunidad vecina posee y tenemos la gran oportunidad de ponerlo en marcha”.

La anulación de dos Planes urbanísticos

Los avatares de los planeamientos urbanísticos,  son otro de los factores que están condicionando el desarrollo de los proyectos de suelo industrial. Dos casos muy recientes, las anulaciones de los Planes Generales de Urbanismo de Santander y de Laredo, ilustran esa dificultad.

Aunque no sea la capital cántabra uno de los puntos en los que más suelo industrial se demanda, la anulación definitiva de su Plan ha obligado a resucitar el planeamiento urbanístico de 1997, con el que no hay posibilidad de desarrollar proyectos como la ampliación del Parque Científico y Tecnológico. El Plan anulado contemplaba el crecimiento del PCTCAN tanto hacia el oeste de su ubicación como en los terrenos situados al otro lado de la autovía. Sican y el Ayuntamiento de Santander buscan ahora el mejor modo de poder llevar a cabo el proyecto y para evitar la parálisis provocada por la anulación del Plan General podrían recurrir a la figura del PSIR.

Uno de los objetivos es el desarrollo de un parque mixto en la amplia zona situada frente al PCTCAN, de manera que no solo tengan cabida las empresas de perfil tecnológico. Ya en su día se habló de la creación de una ‘ciudad del automóvil’ en esos terrenos, que parecen especialmente adecuados para la instalación de los concesionarios de automóviles que hoy se apiñan en la Recta de Parayas. La oferta de suelo no sería problema porque en esa zona, junto con la colindante de Bezana, se pueden llegar a desarrollar hasta un millón de metros cuadrados.

En el caso de Laredo, la anulación por el TSJC de su Plan General ha dado al traste con el proyecto para crear más suelo industrial. El Plan paralizado preveía el desarrollo de 533.000 metros cuadrados existentes entre las naves de la carretera Colindres-Laredo y el actual polígono industrial. También aquí se baraja la posibilidad de desarrollar ese plan parcial a través de un PSIR. “Para nosotros –dice el director de Sican– Laredo es una ubicación muy buena, porque en un radio de 50 kilómetros viven millón y medio de personas, y nos parece un lugar estratégico para desarrollar un polígono industrial”. El futuro polígono estaría, además, muy bien comunicado ya que se situaría muy cerca de la autovía A-8, por lo que también tendría un gran interés para los proyectos logísticos.

Zona occidental

La presión que se experimenta en la comarca del Besaya por el suelo industrial y, de manera más moderada, en la zona oriental se atenúa en el occidente de Cantabria, más agropecuaria. Aún así, Sican maneja planes para ampliar el polígono de Los Tánagos (Val de San Vicente).

El proyecto, aprobado por la Comisión regional de Urbanismo en 2012 pero aún pendiente de ejecutar, añadirá 50.000 metros cuadrados al polígono y será un estímulo para la generación de empleo en toda la cuenca del Nansa.

Una vocación industrial

El impulso público a la creación o ampliación de polígonos es una expresión de un modelo de desarrollo al que el Ejecutivo cántabro no quiere renunciar, ya que entronca con la larga tradición industrial de la región.

Tal y como ha recordado el consejero de Industria, Francisco Martín, en un reciente encuentro en la UIMP sobre ‘Una estrategia de desarrollo económico y social para Cantabria’, la nuestra es una sociedad industrial, contradiciendo la visión generalizadas de que la autonomía esté orientada sobre todo al sector servicios y a la agricultura o ganadería. Cantabria posee desde hace muchos años un PIB industrial superior a la media nacional, y el empleo en este sector es bastante mayor que esa media.

Una tradición que no es fácil de conservar y que requiere evitar que se paralicen proyectos por no disponer de un factor tan básico como el suelo donde asentarlos.

Jesús Polvorinos

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