La industrialización, el futuro de la construcción

En los últimos años, la construcción ha conocido mejoras en materias como la logística, la seguridad o las herramientas que se utilizan para las tareas. Sin embargo, muchos de los trabajos se realizan de la misma manera y con los mismos perfiles profesionales que hace décadas. Son, precisamente, los que más cuesta cubrir, como ocurre con los encofradores. 

En este contexto, la industrialización emerge como una solución que puede ayudar a modernizar la forma de construir y mejorar las condiciones de todos los trabajadores. Además, permite la mejora de la calidad del producto, la reducción de los plazos de entrega y el abaratamiento de los precios. 

El directo de la Fundación Laboral de la Construcción en Cantabria coincide: “el futuro, e incluso el presente, está encaminado hacia la industrialización; es decir, hacer parte de las viviendas en fábricas y utilizar los montajes modulares”. 

La industrialización consiste en ensamblar los distintos elementos constructivos que se han fabricado en taller y no in situ, como se ha hecho siempre. Eso permite un ahorro significativo de tiempo y agiliza las obras, dado que no hay que esperar a fraguados o secados, por ejemplo, y pueden realizarse simultáneamente distintas fases del proyecto. Por ejemplo, mientras se realizan los trabajos de cimentación y preparación del terreno, se fabrican los paneles multicapa que conformarán las viviendas, los cuales son trasladados a la parcela para su montaje para dar forma al proyecto arquitectónico.

Menos incidencias y más rapidez

Valcárcel destaca que la industrialización también permite desligar el proceso constructivo de las condiciones meteorológicas y, por ende, de los posibles contratiempos que pueden surgir, minimizando riesgos y facilitando su labor a los trabajadores. “Todo esto va en beneficio de un trabajo cada vez más cómodo, más operativo, más eficiente, más inteligente y menos penoso”, subraya.

El coste económico de la producción en fábrica es similar al del sistema tradicional, pero la disminución del tiempo de ejecución permite un retorno de la inversión en menor tiempo.

A día de hoy, en España la construcción industrializada no alcanza ni el 1%, mientras en Alemania o Reino Unido se sitúa en el 9% y 7%, respectivamente, y en los Países Bajos ya representa el 50%. Por ello, es uno de los objetivos que tiene que alcanzar el sector en España, si quiere ser más sostenible.

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