Los empresarios toman la iniciativa para crear suelo industrial

Comenzó como una mera encuesta de la consultora Ingenor para pulsar las necesidades de los empresarios del área metropolitana de Santander en materia de suelo y ha acabado por convertirse en una iniciativa cooperativista que, por el número de implicados, es uno de los mayores grupos promotores de suelo industrial del país. 372 empresarios se han dirigido al Gobierno cántabro para pedirle que declare de interés regional la creación de una gran área industrial en terrenos ubicados a ambos lados de la Autovía S-20 y repartidos, a partes iguales, entre los municipios de Santander y Santa Cruz de Bezana.
Las casi 200 hectáreas que ocuparía el nuevo polígono permitirían la creación de 875.000 metros cuadrados de parcelas urbanizadas para acoger a todo tipo de empresas vinculadas a la capital cántabra que no encuentran el espacio que precisan para su expansión ni en Santander ni en el área metropolitana.
Las necesidades de suelo industrial afloradas por esta iniciativa de Ingenor han hecho preciso extender el proyecto original, que se ceñía al término municipal de Santa Cruz de Bezana, y ha incluido terrenos situados en Santander, duplicando la superficie inicialmente prevista. Pero mientras Bezana recoge en su futuro ordenamiento un millón de metros cuadrados de carácter industrial en esa zona, el planeamiento urbanístico de Santander, que se encuentra en tramitación, destina ese suelo situado en las inmediaciones del Parque Tecnológico a la construcción de 6.500 viviendas, un criterio que tendría que ser revisado para que este macropolígono industrial pudiera llevarse a cabo. Algo que no parece que vaya a producirse, puesto que el Ayuntamiento de Santander ha presentado ya alegaciones contrarias al PSIR argumentando que ‘descuadraría’ el Plan Municipal de Viviendas protegidas.
Es precisamente esta ubicación, a caballo de dos municipios, y las contradicciones entre los planeamientos de ambos lo que convierte a la declaración de interés regional en la única herramienta para poder llevarlo a cabo y para facilitar la expropiación de los terrenos.
La fórmula cooperativista que anima esta iniciativa es inédita en Cantabria y convertiría a los propios empresarios en promotores, financiando ellos mismos la compra de suelo y la urbanización del recinto industrial. A cambio, obtendrían las parcelas a precio de coste. La inversión prevista en este proyecto que ya tiene nombre, Parque Empresarial Arroyo Otero, se estima en 240 millones de euros en suelo y urbanización, y otros 170 millones de euros para la construcción de las naves destinadas a las 450 empresas, en su mayoría pymes, que podría acoger el polígono.

Una zona estratégica

El Parque Empresarial establece al norte de la S-20 un primer área de 160 hectáreas, entre el puente en construcción sobre la S-20 que enlaza con el Parque Científico y Tecnológico y el núcleo de Sancibrián.
Al otro lado de la autovía se ha definido una segunda zona de 27 hectáreas, entre el polígono industrial de Otero y la futura Ronda de la Bahía, limitando por el sur con el barrio de Ojaiz.
El conjunto destaca por las magníficas comunicaciones, ya que el polígono estaría situado en el corredor que conecta Santander con Torrelavega, y muy próximo al primer tramo de la Ronda de la Bahía, que ya se encuentra en construcción. A esto hay que añadir la línea de FEVE que transcurre por la zona y la posibilidad de tener una estación.
Al estar ubicado a ambos lados de la Autovía, está incluido en el proyecto la construcción de un nuevo puente de cuatro carriles sobre la S-20, que enlazaría los municipios de Santander y Bezana a la altura de Ojaiz.

Seis zonas de actividades

Atendiendo a la actividad de las empresas, el Parque Arroyo Otero se ha divido en seis zonas. La primera de ellas, de 204.000 m2, destinada a pymes está compuesta por manzanas de naves pequeñas (entre 500 y 2.000 m2).
Un segundo espacio, de 142.600 m2 se dedicará a las empresas que requieran grandes espacios libres para acopio de materiales o el aparcamiento de vehículos. Ahí se levantarían naves exentas de gran superficie. La tercera zona, de 133.700 m2, va destinada a quienes necesiten conjugar actividad comercial con espacios de almacenaje, distribución o talleres.
Las empresas con procesos productivos vinculados a la innovación se asentarían en los terrenos situados frente al Parque Tecnológico, con el que estarían conectadas a través del puente que ahora se construye sobre la S-20. Aún restarían 132.700 m2 (quinta zona) para las empresas con actividades logísticas, que necesitan naves de gran superficie, y 91.500 m2 para actividades hosteleras o lúdicas al servicio del polígono y para gasolineras.
El diseño del parque empresarial se completa con un espacio deportivo y una zona para funciones administrativas y sociales, en la que habría pabellones de exposiciones y congresos, oficinas, entidades financieras, equipamientos docentes, asistenciales y guarderías.
El área industrial dejaría una amplia zona verde en torno al arroyo Otero, que atraviesa el polígono. En sus márgenes se construiría un parque naturalizado de cerca de 400.000 metros cuadrados, mayor, por tanto, que el recientemente inaugurado en la Vaguada de las Llamas (Santander).

Creación de 1.500 nuevos empleos

Entre las 372 empresas que se han incorporado al proyecto hasta el momento destacan las del sector de la construcción, que han reservado 163.650 m2; seguidas por las de almacenaje (113.100 m2); automoción (102.950 m2); producciones diversas (80.700 m2); alimentación (79.650 m2); transporte (67.600 m2); servicios (65.200 m2); hostelería (27.500 m2) y talleres (22.550 m2).
Un colectivo que ha demostrado gran interés por la zona situada en Ojaiz –entre el polígono industrial de Otero y la futura Ronda de la Bahía– es el de los concesionarios de automóviles, hasta el punto de que podrían ocupar por sí solos buena parte de los 270.000 m2 previstos allí.
Las empresas que han hecho ya reserva de suelo suman 3.772 trabajadores y estiman que podrían crear otros 1.500 empleos si tienen esta posibilidad de ampliar sus actuales instalaciones.
Todo ello intentarán ponerlo sobre la mesa del Gobierno regional para conseguir que este declare la zona PSIR y poder llevar a cabo el proyecto. El siguiente paso, mientras tanto, será la formación de una empresa promotora que llevará el nombre de Iniciativas de Fomento Empresarial y que será la encargada de llevar a buen puerto este ambicioso proyecto cooperativo que pretende remediar la ausencia de suelo industrial en el área de la bahía santanderina.

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