Copyright cántabro
Como son recientes, pequeñas y carecen de imagen de marca, su lucha parece la de David contra Goliat. Pero, muy al contrario, las empresas ganadoras del concurso convocado por Sodercan cuentan con el arma más potente frente a su competencia: la investigación. Y es que todo lo que ganan –incluido este premio– lo reinvierten en desarrollar nuevos proyectos tecnológicos haciendo de la innovación su seña de identidad.
Manuel Villaverde, gerente de Imageon Industries, empresa que ha obtenido la primera posición en el concurso, reconoce lo difícil de competir con “multinacionales y empresas que cotizan en Bolsa”. Pero eso no parece desanimarles, porque ya están abriendo líneas de exportación con Portugal, Méjico o Venezuela.
Más que un invento, la propuesta de Imageon es un avance, un sistema de vigilancia, control y seguridad superior a lo que existía hasta ahora. Esta pequeña empresa, integrada por ingenieros en telecomunicaciones e informáticos –expertos en el sistema Linux– ha sido capaz de desarrollar un nuevo concepto que combina la potencia del PC con la fiabilidad de la electrónica.
Su sistema permite gestionar las imágenes a través de Internet y desde un ordenador, un móvil o una PDA, gracias a un sistema de comprensión de la imagen veinte veces más potente que el estándar del mercado. Esta característica técnica se traduce en la posibilidad de verlas en tiempo real con movimientos fluidos y sin saltos, simplemente con la ayuda de una línea básica de ADSL.
A diferencia de otras tecnologías, integra en una sola aplicación el video y los datos de un negocio, con lo cual también sirve para controlar los movimientos de empleados, efectivo o mercancías de restaurantes, fábricas y comercios, especialmente en aquellos donde hay mucha rotación de personal y continuo flujo de dinero.
Tras cuatro años dando forma al proyecto, comenzaron a comercializarlo hace dos a través de tres divisiones: Ycaro, para la vertiente informática, Nora, para la seguridad y Active Mobile para las telecomunicaciones.
Su breve andadura ya les ha servido para comprobar que no pueden ir lentos, pero tampoco demasiado rápido.
Análisis alimentarios rápidos y económicos
La rapidez sí es un valor para otra iniciativa presentada al concurso de Sodercan, Agrotec, ya que su objetivo es saber, lo antes posible, si el agua o un determinado alimento está contaminado. Con este fin, Carolina Añíbarro y Eva Ceballos –licenciadas en Farmacia y Bioquímica, respectivamente– pusieron en marcha un laboratorio de análisis microbiológico hace un par de años.
Pese a su juventud, ambas son doctoras y tienen tras de sí más de una década de investigación universitaria en el área de la biología molecular. Su formación les respaldó a la hora de dar el salto a una empresa propia (BioSoluciones) y el haber ganado el segundo premio del concurso les va a prestar ahora el aliento económico necesario para adquirir infraestructura tecnológica y cumplir sus objetivos.
BioSoluciones se ha propuesto detectar bacterias o virus como la legionella, la salmonella o la listeria con la ayuda de la genética y no de la microbiología clásica, cuyas técnicas son más largas y engorrosas ya que generan residuos. A través de una tecnología llamada macroarrays, su método de análisis permite ahorrar tiempo y dinero, entre otras cosas, porque detecta distintos microorganismos patógenos con un único test.
Sus oportunidades de negocio están ligadas a nuevas obligaciones legales de las empresas, como etiquetar alimentos genéticamente modificados o analizar instalaciones de riesgo, como torres de refrigeración o piscinas en busca de legionella.
Dado que ninguna empresa cántabra ni asturiana aplica esta tecnología parece que a estas jóvenes investigadoras les espera un prometedor futuro en la industria de la alimentación.
Un buscador ‘pensante’
Responsables de comunicación y marketing pueden estar tranquilos porque ya no tendrán que elaborar, tijera en mano, dossieres de prensa. La tecnología puede evitar que pierdan el tiempo buscando noticias que afecten al sector o empresa para la que trabajan gracias a TransModalBots, un sistema que rastrea en Internet periódicos digitales, boletines oficiales o informes sectoriales para después clasificarla en función de su temática y filtrarla para que pase a formar parte del dossier. De hecho, una de sus aplicaciones es la de generar boletines corporativos con noticias y comunicados internos y externos de la empresa.
Al contrario que otros buscadores de páginas web –como el famosísimo Google– TransModalBots se basa en la lógica difusa para hacer un análisis semántico de la noticia y categorizarla según su asunto. Además, otros buscadores necesitan tiempo para refrescar sus contenidos mientras que este envía la noticia y la actualiza a medida que va transcurriendo el día. En suma, gestiona la información de forma más fácil, rápida y ajustada y permite disponer de una amplia hemeroteca digital. Después, cada empresa elegirá cómo quiere recibir los datos –a través del correo electrónico, el móvil, la Intranet…– porque es un sistema personalizado para cada cliente.
Sus creadores son la búlgara Tania Ivanova, licenciada en matemáticas y los ingenieros de telecomunicaciones Alberto Marín y Miguel Angel Heras. Investigadores en agentes de software inteligentes, decidieron constituir una empresa hace un año y medio, tras comprobar la satisfacción de varias clientes con los que colaboraban. El concurso de Sodercan fue la ocasión perfecta para hacer un plan de empresa y el reconocimiento a su proyecto el empujón definitivo para convencerse de que su opción tiene cabida.
Tecnología para la conservación del vino
El amante del buen vino sabe que para disfrutar del fruto de la vid hay que consumirlo a temperatura adecuada. Sin embargo, hasta ahora para su conservación sólo existían armarios-cavas, más o menos voluminosos pero, en cualquier caso, similares a un frigorífico convencional.
De ese problema se dio cuenta un grupo de emprendedores cántabros liderados por José Manuel Mier y, tras fabricar algunos accesorios tecnológicos avanzados para este sector, fundaron la ingeniería Sistemas Electrónicos Aplicados, en torno a un nuevo aparato para la conservación del vino.
El punto de partida de Tech Vin Acc –marca comercial de la nueva empresa– es el frío electrónico, una tecnología desconocida para el gran público y para la mayor parte de la industria que ofrece muchas posibilidades. Mantiene el vino a la temperatura exacta deseada, reduce el volumen de almacenamiento y, al no incluir compresores, genera un frío limpio y ecológico.
Esta tecnología se plasma en las cave vedettes, una especie de armarios multitemperaturas que separan el vino en distintos compartimentos para que cada botella se mantenga a la temperatura recomendada por la bodega. De diferentes formas y tamaños, están indicadas tanto para restaurantes como para particulares.
Ahora, están promocionando el producto, captando distribuidores y dejándose ver por las ferias sectoriales, nacionales e internacionales, ya que también han fijado la vista en mercados extranjeros, en especial, en Alemania e Inglaterra. De su constitución sólo ha transcurrido un año pero ya son once en plantilla –además de ingenieros, expertos en marketing comercial y producción– y prevén una ampliación de personal inmediata.
La emergencia que vive el sector y la creciente cantidad de aficionados que quieren degustar el vino en condiciones óptimas son sus grandes aliados. Aunque guardan otros ases bajo la manga y pueden sorprender con patentes relacionadas con el frío electrónico.
Como el resto, son lo que son gracias a la investigación. Ya dijo un famoso general americano que era más rentable encerrar a cuarenta científicos en un laboratorio que lanzar cuarenta batallones contra el enemigo. Lástima que el conflicto era la Segunda Guerra Mundial, el laboratorio el de Los Álamos (Nuevo México) y el general Leslie Groves, jefe del Proyecto Manhattan, la más costosa y controvertida misión científico-militar de la historia, destinada a fabricar la primera bomba atómica.

