Viesgo prueba el suministro de internet por la red eléctrica con vistas al medio rural
La tecnología PLC (Power Line Communication), o Internet por red eléctrica, se probó sin demasiado éxito en la pasada década en el Reino Unido y Alemania, pero los medios desde entonces han cambiado mucho. A comienzos de la actual, Endesa inició pruebas en Sevilla y Zaragoza, e Iberdrola también ha puesto en servicio algunas zonas. El objetivo de ambas es la captura de los 3,2 millones de hogares españoles donde no han llegado las líneas telefónicas y casi con toda seguridad tampoco llegará el cable de banda ancha, pero que sí tienen suministro eléctrico. Esos lugares, donde los tendidos de un nuevo cable resultarían excesivamente onerosos para el negocio que puede deparar, son el nicho de mercado que pueden explotar las eléctricas y Viesgo especialmente, dado que en Cantabria son miles las viviendas aisladas y pocas las posibilidades de que lleguen a ser cableadas.
La ventaja del PLC es esa, que utiliza una infraestructura ya existente y llega a cualquier lugar donde haya un enchufe, siempre que se le incorpore un módem específico. La desventaja es que este módem es muy caro, porque aún no se han fabricado en series masivas, como ocurre con los utilizados para el ADSL o el cable de banda ancha, y la señal transmitida por el tendido eléctrico es contaminada por todo tipo de perturbaciones.
La limpieza de la señal no es fácil, puesto que hay que analizar todas las posibles fuentes contaminantes, y puede ser cualquier electrodoméstico de la casa, ya que todos los equipos enchufados a la red generan lo que técnicamente se conoce como ruido. Cuando este ruido coincide en frecuencia y fase con la señal de internet que llega por la red eléctrica, lo probable es que se interrumpa la navegación o la transferencia de archivos. O bien estos ruidos se neutralizan previamente o el router que encamina la señal tiene que detectarlos y buscar canales libres a lo largo del ancho de banda en que opera, para desviar la comunicación hacia una portadora limpia.
La red eléctrica permite, por el momento, un ancho de banda de 34 Mbps, que se repartirían los vecinos de un bloque, pero en el futuro es muy probable que esta cifra se multiplique varias veces. Unas prestaciones muy altas si la calidad de la señal es suficientemente buena.
Viesgo ha elegido el Barrio de Covadonga, en Torrelavega, para hacer el ensayo, porque es una zona donde la presencia de Ono es aún reducida y, por tanto, el acceso temporal gratuito a internet a través de la red eléctrica no va a competir deslealmente con una compañía ya asentada.
Probar la estabilidad
Jesús Herrero, el ingeniero de Viesgo que encabeza el proyecto, sostiene que la prueba se hará con equipos de segunda generación y permitirá comprobar si el ancho de banda es estable (las redes eléctricas tienen un comportamiento distinto a lo largo del día, algo que no ocurre en las de comunicaciones). También permitirá probar distintas tecnologías que ofrece el mercado en el campo de los módems.
El proyecto estará ultimado a finales de febrero e, inmediatamente después, se adjudicarán los contratos para la adquisición de equipos y la instalación. El proceso será relativamente rápido, dado que se espera que un mes después ya esté operativo, siempre que la línea eléctrica se demuestre estable. De lo contrario, habrá que proceder previamente a la instalación de filtros. Aunque la señal llegue a través de la red eléctrica, el proveedor de Internet será la compañía Ono.
Aún en el caso de que la prueba tenga éxito, Viesgo no tiene decidida aún la puesta en marcha comercial del PLC. Lo que parece evidente es que los resultados interesan tanto a la empresa eléctrica como a Ono que, según algunas fuentes, estaría interesada en alquilar la red de Viesgo para llegar con banda ancha al medio rural. Ono, como concesionaria del cable en Cantabria, está comprometida a cablear toda la región en diez años, y ya ha consumido más de la mitad del plazo. El poder utilizar las líneas de Viesgo resolvería su problema de cómo llegar a todos los núcleos rurales, sin incurrir en costes desproporcionados, teniendo en cuenta que los consumos de esas zonas siempre serán bajos.