Proyecto para crear en Cantabria un gran centro de programación informática
El proyecto Software Factory busca un lugar que reúna la doble condición de poder aportar un capital humano abundante –programadores– y al mismo tiempo, un coste/hora más barato que Madrid o Barcelona. En contra de lo que pudiera parecer, la programación informática cada vez está más descentralizada y lugares como India, Singapur, Hong Kong o Colombia se han alzado como los grandes centros redactores de líneas de código para las multinacionales de todo el Globo. Esta tendencia se ha acentuado al imponerse la fórmula de offshore programming, que conduce a subcontratar con empresas con menos costes una parte muy importante de los trabajos, con el fin de ser más competitivos y más rápidos en la ejecución. Para garantizar el producto final, la empresa subcontratada debe disponer de estándares de calidad reconocidos mundialmente.
En este caso, PSL, una empresa colombiana con un macrocentro informático que ha alcanzado estándares de calidad de primer nivel (CMM5) se ha aliado con el grupo inversor español Dominion para hacer en nuestro país un centro de programación cuyos trabajos estarían destinados al continente europeo, algo semejante a lo que desde su centro iberoamericano hace para el mercado de Estados Unidos y Canadá.
El proyecto tiene en cuenta que sólo siete países del mundo tienen empresas de software certificadas con el nivel de calidad 5 del Instituto de Ingeniería de Software de EE UU y ninguna de ellas se ubica en Europa. Los promotores del proyecto están convencidos de que la planta cántabra tendría una demanda muy importante, si se tiene en cuenta que Europa tiene un fuerte déficit de programación y que la mayoría de las empresas europeas que operan en el sector tardarán años en llegar a una certificación de nivel 5.
Inversores españoles
El hecho de contar como socio español a Dominion abre otras puertas comerciales en el interior de España, al encontrarse entre los accionistas de esta sociedad de inversión el Banco Santander Central Hispano, el ex ministro Abel Matutes, Inversiones Torreal (Juan Abelló) o la metalúrgica Gestamp. Unas compañías que dan solvencia empresarial al proyecto y pueden aportar, por sí mismas, una importante clientela.
La puesta en marcha de la Software Factory Cantabria requiere una inversión aproximada de 2,5 millones de euros, de los que Sodercan debería participar con una aportación de capital de algo más de 0,6 millones de euros y la financiación a tipo de interés cero de parte del endeudamiento. Además, los promotores aspiran a que el Gobierno regional tramite una subvención de alrededor del 20% del coste del proyecto, atendiendo a la importancia estratégica y al volumen de empleo que crearía.
Operativa en menos de un año
En caso de llegar a un acuerdo con la empresa pública regional, la intención de Software Factory es iniciar de inmediato la búsqueda de un emplazamiento y acometer antes del verano la selección del personal, que debería ser formado durante el segundo semestre del año, para que la empresa pudiera empezar su actividad a comienzos de 2005, dado que no requiere grandes infraestructuras.
El proyecto es el más ambicioso presentado en Cantabria en el ámbito de la informática, un sector que a finales de la pasada década despertó unas expectativas que luego no se vieron confirmadas. Tras el estallido de la burbuja tecnológica, las aguas han vuelto a serenarse y el mercado vuelve a repuntar, aunque con un ritmo más sosegado y, probablemente, más consolidable.