Confidencial
LA UNIVERSIDAD NO LLEGO A FIRMAR EL CONVENIO CON TRASAGUA
La Universidad de Cantabria negoció con la empresa pública Trasagua un convenio para hacer estudios relacionados con el trasvase del Ebro por importe de algo más de 2.100 millones de pesetas. El convenio fue aprobado e, incluso, publicado en el Boletín interno, pero no ha llegado a firmarse.
Piterman ofrece alianzas a los MINORITARIOS
En un año puede pasar de todo. No hay que rebuscar mucho en la memoria para recordar las lindezas que Dimitri Piterman, por entonces presidente del Racing, dedicaba a un grupo de aficionados que cuestionaban su modo de hacer y promovieron una plataforma para tratar de aunar a los pequeños accionistas. Los medusas, como les calificó el empresario ucraniano, no han conseguido sumar una participación significativa tras la ampliación de capital, pero a Piterman le fueron bastante peor las cosas y perdió el control del club y buena parte del dinero invertido. Como en el mundo de los negocios hay que adaptarse a las circunstancias, ahora ha sugerido a sus por entonces rivales que, siendo unos y otros minoritarios, lo mejor es sindicar las acciones de ambos, para lo cual ofrece las suyas. Así harían oposición conjunta al socio mayoritario, Santiago Díaz. Pero todo indica que, por parte de los pequeños propietarios las cosas se ven de otro modo y la alianza con Piterman no les motiva demasiado.
El juez ordena retrotraer tres años la quiebra de socueva
El Juzgado Número 1 de Santander ha declarado el estado legal de quiebra de Construcciones Socueva a instancia de un grupo de acreedores. El juez cree que no ha lugar el arresto domiciliario de los antiguos administradores, solicitada por quienes instaban la quiebra, pero retrotrae todas las actuaciones a la fecha de 1 de enero de 2001, antes de que Miguel Tausía quedase como administrador único y la empresa cediese a otras compañías una parte de las obras que tenía adjudicadas y renunciase a otras.
Construcciones Socueva, que lleva dos años sin actividad, era aún en 2001 la tercera constructora de la región, por volumen de obra. Después de una evolución fulgurante, la empresa se encontró sin recursos propios ni tesorería para responder a un volumen de negocio semejante, en un sector donde los pagos se producen con un importante desfase temporal sobre los inputs. Socueva también se vio afectada por el riesgo asumido en algunas adjudicaciones, al ofertar precios que resultaron a pérdida.
La empresa en la actualidad no tiene sede ni bien alguno, pero el hecho de que el juez ordene deshacer todas las operaciones realizadas después del 31 de diciembre de 2000 puede cambiar las cosas y afectar a quienes por entonces aún eran administradores de la empresa, como el presidente de la Asociación de Hostelería, Miguel Mirones, que vendió su participación cuatro meses más tarde, después de proponer una ampliación de capital que no se aceptó.
El sector conservero atrae a los inversores foráneos
La industria conservera de Santoña, vinculada históricamente a empresas familiares locales, empieza a despertar el interés de inversores foráneos. La firma Islas Cíes, creada en 2002 y con sede social en Madrid, ha invertido 200 millones de pesetas en la compra de una nave de casi 2.000 m2 construida en la primera fase del polígono de Santoña. La nueva conservera es propiedad de Manuel Rico Cepeda, un empresario de origen gallego ligado al sector de la construcción, que también tiene intereses en la industria alimentaria.
Tras el desembarco de la firma catalana Pujadó Solana, que adquirió el pasado verano la fábrica de anchoas Nuevo Mundo, esta es la segunda irrupción en el sector conservero de Santoña de inversores procedentes de otros lugares de España.
También las pequeñas conserveras de la zona siguen mostrando su dinamismo. Conservas Jota, creada por José Ramón Fernández del Val, se sumará al censo de los pequeños obradores instalados en el polígono de Santoña. Por su parte, Conservas Ana María, cuya expansión se veía frenada por la falta de espacio en sus actuales instalaciones, ha solventado su problema al adquirir una nave de 700 m2, propiedad de Pelazza, ubicada fuera del polígono.