Controlar no es gestionar
En dos años de funcionamiento, la ingeniería IPS Norte ha crecido hasta sumar una plantilla de catorce personas. Sus consultores, los hermanos Enrique e Ignacio Ambrosio, formaban parte del equipo de IPS en Madrid cuando la ingeniería les propuso ponerse al frente de una filial que operaría en el norte de España. Una oferta que, como santanderinos de origen, era difícil rechazar.
Su experiencia en el mercado cántabro les ha demostrado que el campo es muy amplio. Son muchas las empresas que sienten la necesidad de afrontar un salto cualitativo y dejar de ser la iniciativa personal y esforzada de un emprendedor individual para convertirse en una compañía bien estructurada y con un control exhaustivo de la productividad y los costes.
Del mero control a la gestión
El programa de consolidación de la pyme puesto en marcha por Sodercan está apoyando este cambio de mentalidad al subvencionar un 50% del coste que supone la implantación de estos sistemas. Esta ayuda en muchos casos es la apertura de una puerta psicológica. Luego es el propio empresario el que siente la necesidad de llegar cada vez más lejos en los procedimientos de gestión.
El empresario valora inicialmente las posibilidades de control de la producción que le ofrece la monitorización de la planta, con la captura de todos los datos, desde el control de entradas y salidas del personal, al de producción de cada máquina o de cada operario, el tiempo que tarda una unidad de producto en completar el proceso, los de inactividad de cada equipo, etc.
El gerente suele quedar deslumbrado inicialmente por esta capacidad de control de datos que antes escapaban de sus manos. El sistema informático comienza a facilitarle al instante y con datos incontrovertibles todo aquello que antes sólo podía obtener parcialmente y con su propio esfuerzo personal.
“Así descubre que su papel no era el de controlar, al que dedicaba tanta atención. Ahora puede pasar a otro estadio, el de gestionar”, explica Enrique Ambrosio. “Los datos ya los tiene y su papel es tomar decisiones con ellos. Por eso, lo habitual es que entonces comiencen a elevar el tiro, a explotar esa información ingente que comienza a llegar a sus manos y a establecer comparaciones. Ahí está la gestión, al comparar la producción real con la prevista, al analizar los tiempos y los costes… ”.
Todo el proceso, desde el comercial a la entrega del producto terminado acaba por integrarse en un solo proceso que elimina la necesidad de mecanizar varias veces los mismos datos de cliente, automatiza las peticiones de suministros, vincula la emisión de facturas y albaranes con los apuntes contables y permite una planificación mucho más eficaz de los trabajos.
Cambios de rutinas
IPS fue creada en Madrid en 1997 por un grupo de profesionales de control presupuestario a los que se unieron ingenieros procedentes de grandes empresas industriales. Si en la capital del país su mercado principal se encuentra en las grandes compañías, sus delegados cántabros reconocen que aquí las necesidades son distintas.
Aunque también trabajan con empresas del tamaño de Sidenor, su clientela más numerosa está en las pymes. Se trata, en cualquier caso, de un mercado muy amplio, aunque las ingenierías se enfrentan en muchas ocasiones al escaso conocimiento de su papel. Y saben que cuando entran en las empresas han de vencer desconfianzas, tanto de los propios empresarios y gestores como del personal, al proponer cambios de rutinas que han permanecido durante años. En otras ocasiones, han de demostrar que aunque una empresa gane dinero, pierde oportunidades por no ser más eficiente o corre el riesgo de tener problemas en el futuro. Son pequeñas reticencias inevitables que la propia exigencia del mercado harán desaparecer muy pronto