Conservas Crespo construye una nueva fábrica en Santoña

El vaciamiento de la vieja zona conservera de Santoña sigue su curso y prácticamente todas las empresas relacionadas con la semiconserva de anchoa cuentan ya con un nuevo emplazamiento en el polígono construido por Suinsa. Conservas Crespo, una de las últimas compañías de cierta entidad que aún operan en las viejas naves cercanas al muelle ha iniciado las obras de lo que será su nueva fábrica, un edificación de 4.000 m2 de planta, de los que 2.800 se acondicionarán para la producción de la semiconserva de anchoa y el resto a nuevas elaboraciones con las que pretende diversificar la actividad.
Terminados ya los trabajos de cimentación, especialmente laboriosos por estar el polígono situado en una zona cercana a la marisma, las obras avanzan a buen ritmo con el objetivo de que la fábrica pueda estar plenamente operativa para la costera de abril del próximo año. La inversión prevista es de casi cuatro millones de euros (400 millones de pesetas en obra civil y 250 en maquinaria), una cantidad que será financiada en parte con los fondos del Feoga y con el dinero obtenido por la venta de los terrenos que ocupa la actual fábrica, que serán recuperados para uso residencial.
Tras la marcha de Crespo, facilitada por su condición de propietario de los terrenos en que se asentaba, tan sólo tres firmas quedarán en la vieja zona portuaria: Conservas Silvia, Albo y Blanco Abascal.

Una tradición recuperada

En los comienzos de su actividad empresarial, en la década de los cuarenta, Crespo fabricaba varios tipos de conservas. Fue a partir de los años 80, al aparecer un prometedor mercado exterior para la anchoa del Cantábrico, especialmente en países como Suiza, cuando orientó la totalidad de su producción hacia la semiconserva.
En lo que no deja de ser una vuelta a sus raíces, la dirección de Crespo se plantea ahora recuperar su tradición conservera con una línea de productos de gama alta, concebida como una producción artesanal y que abarcaría, además del atún, especialidades como mariscos o bivalvos. Otra de las posibilidades que maneja es la de aventurarse en una línea de productos inédita para esta firma como es la de precocinados. “Nosotros” –subraya el gerente de Conservas Crespo, Jose Luis Celaya– “hemos sido conserveros antes que fileteros. Nunca hemos perdido esa cultura de la conserva, y quizá la resucitemos. La otra posibilidad es meternos en el desarrollo de nuevos productos con salsas o preparaciones especiales”. Lo que sí elabora Crespo desde hace tiempo, como complemento a la semiconserva, es pasta de anchoa para ser usada como ingrediente en la industria alimentaria.
La puesta en marcha de estas fabricaciones se traduciría en nuevas inversiones en maquinaria y en un aumento de la plantilla, que ya está previsto que pase de las 45 personas actuales a 60 personas al abrir la nueva fábrica, donde todos los puestos de trabajo estarán informatizados y las tareas automatizadas.

Vocación exportadora

Crespo se ha volcado en los últimos años en la exportación. Los 410 millones de pesetas facturados el pasado año se han obtenido íntegramente en el mercado exterior –Estados Unidos, Canadá, Japón, Suiza, Suecia e Italia y, en menor escala, en países como Filipinas, Chipre o Egipto–.
Esta estrategia comercial, podría variar en breve si fructifican los contactos que la empresa está haciendo para vender de nuevo en el mercado nacional. Al contrario de lo que ocurre con las exportaciones, Crespo comercializaría en el territorio nacional con marca propia. Otra de las posibilidades que baraja es la de vender en España la semiconserva de anchoa elaborada en la factoría que posee en El Jadida (Marruecos), en alianza con un empresario local. “Ahora que el proyecto de Marruecos está bien consolidado –señala José Luis Celaya– estamos intentado que la fábrica marroquí venga a vender a España; de hecho ya hay grandes superficies que están comprando en Marruecos sus productos y su marca blanca”.
La factoría marroquí, situada en una zona de gran desarrollo industrial, a 90 kilómetros al sur de Casablanca, facturó el pasado año 250 millones de pesetas y la previsión es que en este ejercicio se incrementen las ventas un 25%.

Una plataforma de comercialización

Al margen de que prosperen o no estos proyectos, los responsables de Conservas Crespo no descuidan la que hoy por hoy es su auténtica base comercial: los mercados estadounidense y europeo, especialmente el suizo donde la anchoa del Cantábrico goza de una especial aceptación.
Para reforzar su presencia en el mercado norteamericano, Crespo ha colaborado en la creación de una plataforma de comercialización en Estados Unidos, de la que también forma parte como socio industrial una firma cordobesa de aceites y encurtidos (La Pedriza). Con esta join-venture, constituida a principios del pasado año, trata de acceder a aquellos clientes que por la pequeña dimensión de sus pedidos –en relación con las magnitudes que se mueven en el mercado norteamericano– quedan fuera de los grandes canales de distribución. “Esta plataforma” –explica Celaya– está pensada para aquellos empresarios que tienen, por ejemplo, una cadena de 60 supermercados, que allí apenas tiene importancia, y que te compran dos palets cada 40 días. Nosotros le damos esa posibilidad y, además, vendido por una sociedad norteamericana, que eso allí es muy importante”.
Aunque el proyecto se había calculado cuidadosamente, nadie podía prever que el comienzo de las operaciones de esta plataforma iba a coincidir con los sucesos del 11 de septiembre, que condicionaron los primeros resultados. Las consecuencias negativas del atentado de Nueva York tuvieron su reflejo también en la actividad exportadora de Crespo. “El descenso de actividad a raíz de los acontecimientos del 11 de septiembre ha sido muy importante” –señala el gerente de Conservas Crespo–. “La grandes compañías ordenaron una reducción drástica de stocks y las consecuencias sobre las ventas se han notado para nosotros en el primer trimestre del año, con una caída respecto al mismo periodo del 2001 del 20%”.
En este segundo trimestre, la recuperación del mercado norteamericano ya es evidente y la cartera de pedidos de Crespo ha vuelto al nivel acostumbrado, y todo parece indicar que sus ventas se verán incrementadas cuando la plataforma de comercialización comience dar los resultados que de ella se esperan.

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