CUENTICS: Una colección de cuentos interactivos sobre las profesiones

A través del personaje ‘Batista el ilusionista’ los niños de cuatro a siete años potenciarán sus talentos naturales

La madrileña Helena Pisonero reside en Cantabria desde hace siete años, donde compagina su trabajo como investigadora con su nueva faceta como emprendedora, de la mano de su amigo ‘Batista el Ilusionista’. El proyecto, bautizado como CuenTICS –por su relación con las nuevas tecnologías–, nació durante el Mundial de Vela de 2014 como una programación didáctica para las oposiciones de Educación. Tras unas pequeñas modificaciones, se ha convertido en una colección de cuentos para que los niños estudien las profesiones a la vez que desarrollan competencias digitales, musicales, lingüísticas o matemáticas.


La madrileña Helena Pisonero lleva siete años viviendo en Cantabria, donde trabaja como técnico en un laboratorio de investigación. Compaginándolo con su trabajo, Helena también ha estudiado Educación Musical y Psicopedagogía. Fue precisamente esta otra vertiente profesional la que le llevó a desarrollar su faceta de emprendedora.

Hace cuatro años decidió presentarse a las oposiciones  de profesora de Educación Infantil y presentar una programación didáctica basada en el Mundial de Vela, ya que el evento acababa de celebrarse en Santander. Así nació ‘Batista el regatista’, personaje que creó basándose en su sobrino.

Helena no aprobó las oposiciones pero Batista ya era parte de su vida. Sabía que debía aprovechar todo el esfuerzo que había invertido en crear este personaje y decidió convertirlo en ‘Batista el ilusionista’ para dotarle de un poder muy especial: poder desempeñar cualquier profesión. “La filosofía del proyecto es que todos podemos convertirnos en lo que queramos ser, como él”, explica su creadora. Así, en los siguientes números  Batista será futbolista, robotista, nutricionista, coleccionista y maquinista.

Su primera idea fue convertir a Batista en un dibujo animado, pero ante la dificultad del asunto, decidió que sería el protagonista de una colección de cuentos dirigidos a niños de cuatro a siete años. Desde el principio tuvo claro que debía integrar las nuevas tecnologías de algún modo y que la música tendría un papel fundamental.

Cuentos interactivos

Los códigos QR permiten a los niños acceder al contenido digital de Cuentics: el audiocuento, canciones, un juego de preguntas…

Helena comenzó a trabajar en su nuevo proyecto y, aunque ya tenía la base pedagógica para hacerlo en consonancia con la normativa educativa vigente, necesitaba ayuda.

En primer lugar, debía conseguir dinero. Por ello, decidió confiar en el crowdfunding o financiación colectiva. Recurrió a la web Kickstarter donde, gracias a familiares, amigos y conocidos, recaudó más de 7.000 euros, que le han servido para editar 2.000 copias del primer número, con sus respectivos contenidos digitales, y la página web donde se puede adquirir.

Helena también necesitó ayuda para hacer de sus personajes una realidad. Así, la ilustradora torrelaveguense Laura Súa ha sido quien ha puesto cara a Batista y a los demás personajes que Helena tenía plasmados en su imaginación, como Anacleta la tableta, Julieta la poeta, la perrita Bibisú, los cubanos Mónica y Edualdo y el resto de habitantes de Villailusión. La mayoría de ellos están basados en familiares y amigos de la propia Pisonero. Incluso ella quería unirse a esta aventura y confiesa que el personaje de Olga la rusa le representa.

Cada uno de ellos ayudará a los pequeños lectores a desarrollar distintas competencias a través de sus profesiones. Así, los cubanos, “que lo hacen todo con las manos”, fomentan la competencia artística y el pensamiento creativo; Rufino el filipino imprime el sentido de la iniciativa y el espíritu emprendedor, etc.

Después de confiar a los habitantes de Villailusión a Súa, Helena contactó con el músico cántabro Tranky López para hacerle los arreglos de las melodías y las letras de las canciones del primer cuento que ella también había creado.

Gracias a los diferentes códigos QR que se distribuyen a lo largo de las páginas del cuento, los niños pueden acceder a este contenido multimedia: el audiocuento, las canciones de la historia, el juego de preguntas de ‘La Rosquilla Cotilla’…

Un largo camino

Parte del material de merchandising que Pisonero ha creado para promocionar el primer volumen de sus cuentos.

Su nuevo papel como emprendedora es difícil, pero le reporta grandes satisfacciones al ver cómo evoluciona su proyecto.

Como su idea sigue en desarrollo, Helena pretende que, a través de unos ‘puntos de ilusión’, los niños puedan colaborar con diferentes ONG. Para ello, del precio que tiene cada libro (14,50 euros), la autora destinará un euro a una organización sin ánimo de lucro. Los niños serán quienes elijan a cuál, cuando respondan adecuadamente a las preguntas finales de cada ejemplar. Así, ellos mismos serán “generadores de ilusión” que, como explica la autora, es otra de las claves de su proyecto.

Entre los demás objetivos que se ha establecido a corto plazo destaca la mejora de la página web y del márketing de ‘Batista el ilusionista’, dos aspectos que considera complejos. Por ello se siente muy agradecida por la ayuda que está encontrando en este largo camino. Desde el asesoramiento inicial de Sodercan a la ayuda que ha recibido de la Agencia de Desarrollo Local de Santander para desarrollar su plan de negocio, y, al asesoramiento integral del Coworking Santander.

A finales de año la madrileña comenzó a vender su libro en diferentes mercadillos de la región y lo introdujo en El Corte Inglés de Santander, donde tiene pensado realizar una presentación oficial esta primavera. Luego se plantea llevarlo a centros educativos de la región.

Lo que tiene claro es que un proyecto que nació con tanto esfuerzo e ilusión tiene cuerda para rato…

María Quintana

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora