¿Son las criptomonedas una buena protección en contra de la inflación?

Las criptomonedas han surgido desde inicios de este milenio a raíz de la desconfianza de muchas personas hacia los bancos centrales debido a como manejaron sus políticas monetarias durante y posterior a la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime) en el 2007-2008.

Las políticas expansivas que se adoptaron en aquella época y la consiguiente escalada de las mismas a raíz de la pandemia ha puesto aún más en foco a los cripto activos y ha llevado a muchos a aprender como comprar u obtener Bitcoins como una potencial alternativa a las monedas fiduciarias debido a su carácter descentralizado y parámetros “duros” basados en un código y en una tecnología que se asume inquebrantable como es el caso de la blockchain.

Con los índices inflacionarios surgiendo a niveles no vistos desde hace más de una década, muchos se preguntan si las criptomonedas realmente han llegado para convertirse en un sustituto moderno del oro como vehículos de protección contra la inflación.

En el siguiente artículo, profundizamos más en este tema para evaluar la posibilidad de que esto sea así y por qué.

¿Cómo impacta la inflación los portafolios de inversión?

La inflación tiene un efecto silencioso en los portafolios de inversión. Su impacto no es necesariamente tangible porque la misma se traduce en la pérdida del poder adquisitivo de la moneda en la cual se denomina el valor de los activos.

Por ende, a pesar de que el valor nominal de los instrumentos de inversión parezca no ser afectado, su valor real – tras descontar la inflación – se disminuirá conforme esta avance.

No todas las criptomonedas son iguales

Las criptomonedas son activos que surgen como una parte fundamental del ecosistema blockchain. Las mismas son usadas para compensar a los “mineros” que están a cargo de validar las transacciones registradas en la red descentralizada y como medio de intercambio en una economía crecientemente digital.

Sin embargo, no todas las criptomonedas cumplen la misma función puesto que su utilidad depende del proyecto del cual se derivan.

Dos ejemplos claros de ello son Ethereum y Chainlink – y sus respectivos tokens ETH y LINK. Estas dos criptomonedas tienen fines muy específicos dentro del ecosistema blockchain. Ethereum sirve como una red base sobre la cual se pueden desarrollar aplicaciones descentralizadas como el caso de la tendencia de finanzas descentralizadas a través de los llamados contratos inteligentes.

Por otro lado, Chainlink provee una puerta a través de la cual se pueden integrar datos de fuentes fuera del ecosistema cripto para hacer más robustos los contratos inteligentes.

Si comparamos estos dos proyectos con Bitcoin, que fue inicialmente concebido como una red descentralizada de pagos de punto a punto (P2P), resulta obvio que el valor de cada red será muy distinto debido a sus distintas funciones.

Bitcoin destaca como potencial reserva de valor

El debate sobre la posibilidad de que Bitcoin se convierta en una versión digital del oro tiene ya varios años sobre la palestra y tiene sus méritos. Tanto la criptomoneda como el metal precioso poseen características que los hacen ser considerados potenciales reservas de valor – un concepto importante a entender en un entorno inflacionario.

Una reserva de valor es un activo cuyo valor real no se ve afectado por la dinámica de los precios en la economía, lo cual le permite actuar como protección ante el posible deterioro del poder adquisitivo de una cierta moneda.

En el caso de Bitcoin, el cripto activo posee muchas de las características que lo hacen ser considerado una reserva de valor, entre ellas destacan:

  • Escasez: Un máximo de 21 millones de Bitcoin serán creadas a lo largo de toda la vida útil de la red.
  • Durabilidad: La red de Bitcoin se mantendrá activa siempre que hayan equipos de minería activos que validen las transacciones que se realizan a través de la misma.
  • Divisibilidad: un Bitcoin puede dividirse en 100 millones de satoshis – la unidad más pequeña del ecosistema – a fin de facilitar y permitir la realización de transacciones muy pequeñas.
  • Propiedad: El blockchain registra las direcciones virtuales que poseen todos los Bitcoins que han sido minados en cualquier momento dado del tiempo. Estos registros son validados de forma descentralizada y se consideran infalibles ya que no pueden ser modificados o eliminados.

Finalmente, cabe destacar que desde que Bitcoin fue lanzado en 2009 su valor ha fluctuado de $0.01 por moneda a más de $60.000 para un retorno anualizado compuesto de más de 200%. Nada mal para un activo que se supone debe proteger a su propietario del impacto de la inflación.

Para cerrar

Como se describe en el artículo, el ecosistema blockchain ha nacido como un paso más en los avances tecnológicos de la humanidad. Dentro de el, algunos proyectos como Bitcoin surgen como posibles sustitutos o complementos para activos tradicionales cuyo fin ha sido el de proteger los portafolios de inversión del impacto erosivo de una escalada en los precio de la economía.

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