¿Son fiables las estadísticas?
MUCHO MAS PARO, PARECIDA POBREZA.– La tasa de pobreza en España era en 2010 del 20%. Después de otros tres años de crisis –y aún más duros que los anteriores– ha pasado a ser del 21,2%. Es curioso que, en estos tres años, en que el paro ha aumentado en más de 1,3 millones de personas, la tasa de pobreza haya avanzado más despacio que en los tiempos de bonanza económica. Aunque se trata de un cociente y el umbral de la pobreza ha bajado en este tiempo 500 euros (ahora está en 7.355 por persona) parece difícil de justificar, entre otras cosas porque, ahora, la mayoría de los parados ya ha agotado la prestación.
EN casi seis años de recesiÓn EL PIB sólo ha bajado diez puntos.– Un récord si tenemos en cuenta que hemos pasado de más de 22 millones de ocupados a poco más de 16. En teoría, la productividad nacional debería haberse disparado, puesto que se ha reducido el número de quienes trabajan en más de un 20% (medido en jornadas completas de trabajo, el porcentaje es muy superior) y la producción solo ha caído un 10%. Aún deberíamos ser más competitivos, si se tiene en cuenta que, además se ha producido un descenso salarial entre los que continúan teniendo un empleo. Pero basta echar un vistazo a la realidad para observar que no es tan brillante. Las exportaciones, el mejor baremo para medir la competitividad, están aumentando, pero muy poco más que la inflación (el año pasado crecieron un 5%, pero ese porcentaje se quedaba en apenas un 2% si se deflactan los precios).
MÁS FORMADOS QUE NADIE, PERO MENOS PRODUCTIVOS.– España tiene muchos más universitarios que la media y éstos, a su vez, encuentran más empleabilidad, dentro de la poca que hay, lo que quiere decir que los empresarios los prefieren frente a trabajadores con menor formación, aunque sea para realizar un trabajo poco cualificado. Teniendo en cuenta que esas ocupaciones en otros países las desempeñan operarios menos formados, los nuestros debieran aportar un plus de productividad (más cualificación por el mismo o menor precio). Sin embargo, las estadísticas dicen que somos menos productivos. Sólo caben dos explicaciones, o el país tiene un serio problema de organización a la hora de utilizar sus recursos humanos o el sistema educativo aporta bastante menos valor añadido de lo que se supone.
ECONOMÍA SUMERGIDA.– Las estadísticas de Visa y de la UE indican que en España hay entre un 20 y un 25% de economía sumergida. Si buena parte de esta economía está vinculada a la construcción, según todos los análisis, y en la construcción prácticamente han desaparecido los pagos en dinero negro en las compras de viviendas, habría que sacar dos conclusiones. O bien anteriormente la proporción de economía sumergida era aún mucho mayor, lo cual es poco creíble, o esa enorme bolsa de fraude fiscal vinculado a la compra de viviendas se ha trasladado ahora a las chapuzas domésticas sin declarar. Pero dado que el valor de las pequeñas obras siempre es muy inferior al de una compra, esas obras sin declarar tendrían que haber crecido exponencialmente, lo que no parece el caso. Hay indicios que son inocultables. Por muy irregular que sea, una obra necesita materiales y las ventas de estos también han bajado radicalmente.
Cantabria es la regiÓn mÁs inflacionista del paÍs.– Por lo general, la inflación va vinculada a la existencia de mucha liquidez. Cuando no hay dinero en el mercado, los precios tienden a bajar. Por ese motivo, sólo cabe pensar que los culpables de que se dé esa situación tan atípica en Cantabria son los ayuntamientos y el Gobierno regional, que han aplicado las mayores subidas fiscales del país o que la cesta de la compra que utiliza el INE ha dejado de ser representativa, porque los consumidores locales han cambiado de hábitos de compra. Esta última razón, no obstante, sería aplicable a toda la geografía nacional.
UN MILLÓN DE PISOS NUEVOS SIN VENDER.– Las cifras que se ofrecen de pisos sin vender y de viviendas vacías son tan volubles que invitan a pensar que el procedimiento utilizado, en muchas ocasiones, es el mero ‘ojo’. Al comienzo de la crisis se estimaba que en Cantabria había 2.000 pisos nuevos sin vender y que era la comunidad menos afectada por los stocks. A pesar de que en los últimos cinco años apenas se han iniciado nuevas viviendas y de que hace tiempo que el número de las concluidas por ejercicio es muy inferior a las necesidades objetivas que provocan la formación de nuevas familias, hijos independizados, etc., nadie rebaja esta cifra. Y es obvio que, por pocas viviendas nuevas que se vendan, algunas se venden. Por tanto, hay que suponer que la cifra de partida era bastante superior.
FISCALIDAD.– España ha acabado por situarse como uno de los países europeos con más fiscalidad, y Cantabria como una de las comunidades con gravámenes más altos, superiores incluso a los que tienen Suecia, Finlandia o Dinamarca, paradigmas del Estado del Bienestar basado en servicios públicos muy extensos a cambio de impuestos estratosféricos. Sin embargo, la recaudación de España y de Cantabria, en porcentaje de PIB, es de las más bajas de la OCDE, de donde se deduce que, o Hacienda funciona mucho peor que en otros países, o hay más válvulas de escape, vía exenciones, deducciones o economía sumergida.
EstadÍstica de los empleos no perdidos.– Si las cosas van mal, la mejor defensa es afirmar que podrían haber ido peor. En el primer año de aplicación de la reforma laboral se han perdido en España 633.000 empleos netos, pero hay otra forma de ver las cosas. La ministra de Empleo, Fátima Báñez ha asegurado que, gracias a la reforma, en ese año se ha evitado la destrucción de 225.800 empleos, ni uno más ni uno menos. La cuantificación del empleo perdido es muy sencilla, basta hacer una resta en las cifras de afiliados a la Seguridad Social, pero la estimación de los empleos que hubiesen podido perderse y no se han perdido ¿de dónde sale? Y, sobre todo ¿cómo se puede precisar de una forma tan rotunda? Algunos periodistas tuvieron la curiosidad de indagarlo, y después de la rueda de prensa de la ministra Báñez se dirigieron a su departamento para pedir una copia del informe. Pero no consiguieron una respuesta, porque en Empleo les dijo que esos datos procedían del Ministerio de Economía. Nueva petición y esta vez fue el Ministerio de Economía el que reconoció no tener ningún informe. Simplemente se amparó en que es una cifra que han manejado algunos de sus técnicos. ¿Quiénes y con qué base? Nadie ha podido precisarlo. A pesar de que todo esto permite poner en serias dudas el rigor de estas cifras, la ministra de Empleo no tuvo el menor empacho en convertirlas en el leit motiv de una rueda de prensa. Como se ve, todo vale para animar, pero ¿serán creíbles otras cifras que dé el Gobierno, si es capaz de inventárselas de esta manera?
La liberalizaciÓn profesional APORTARÁ 7.000 millones.– El Gobierno ha aprobado un proyecto de Ley de Colegios Profesionales en el que ha preferido no definirse sobre los aspectos que habían resultado más conflictivos en los anteproyectos, como las obras que podrían firmar los ingenieros y las que quedan reservadas exclusivamente a los arquitectos, o la participación en las farmacias de socios minoritarios ajenos a la profesión. Pues bien, a pesar de las nebulosas sin despejar, el Gobierno tiene meridianamente claro cuál va a ser el impacto de la futura ley en la economía española: 7.000 millones de euros exactamente, según ha dicho Luis de Guindos. Tampoco en este caso se ha aportado estudio alguno y es sorprendente que se pueda calcular la cuantía con semejante exactitud. Y más sorprendente aún que la ley depare un efecto económico tan alto, porque al final no estarán afectados los sanitarios (médicos, enfermeros, fisioterapeutas, farmacéuticos, veterinarios, oftalmólogos, podólogos), ni los jurídicos (abogados, procuradores, graduados sociales, notarios, registradores), ni aquellos profesionales cuyos trabajos requieren visados. Y los pocos sectores que sí lo estarán sostienen que ya viven una competencia elevada, por lo que suprimir los requisitos de entrada no va a aumentar significativamente el número de operadores.
Empleo y empleo.– Cantabria tiene más de 60.000 parados según la EPA y 50.045 según las inscripciones en las oficinas de empleo. Aunque el único dato con valor oficial en el territorio de la UE es el primero, que en esta ocasión es mucho más negativo, no deja de sorprender una diferencia tan grande. En parte es explicable porque no todo el mundo que está desempleado se toma la molestia de ir a inscribirse como tal, entre otras cosas porque ya son menos de la mitad los que cobran la prestación y, por tanto, no tiene una especial ventaja. Pero hay otra parte que no resulta justificable. Sea cual sea la razón, sí deberían ser coincidentes las cifras de empleados, puesto que ahí caben pocas interpretaciones y estados de ánimo. Pero tampoco en esa cifra coinciden. Según la EPA, en Cantabria a finales de junio había 194.995. Según la Seguridad Social, en julio había en la región 200.353 personas con empleo, 10.772 menos que un año antes.
¿CÓMO ENCAJAN LAS ESTADÍSTICAS AUTONÓMICAS Y LAS NACIONALES?– Todas las autonomías se han provisto de institutos de estadística o mantienen convenios con prestigiosos centros privados que le suministran la información básica con la que elaboran los escenarios presupuestarios. Pues bien, basta comparar los datos de cada uno de ellos para desalentarse. Según el Instituto de Estadística madrileño, el PIB de esta comunidad creció un 0,7% en 2010 y nada menos que un 1,4% en 2011, lo que le sirvió a Esperanza Aguirre para presumir muy ufana del éxito de sus criterios económicos. En 2012 cayó, pero un mínimo 0,2%, muy honorable comparado con el panorama nacional. Sin embargo, el INE dice que el PIB madrileño bajó un 0,3% en 2010, subió solo un 0,6% en 2011 y volvió a caer un 1,3% en 2012. Es decir, que entre ambos institutos hay una diferencia de nada menos que tres puntos de PIB en tres años. No es el único lugar donde pasa algo parecido. Según las estadísticas de la Cámara de Barcelona, su comunidad ya está en crecimiento. ¿A quien creer?
