Una arquitectura modular ideada en Cantabria

No es fácil innovar en campos como el de la construcción, donde los materiales que se emplean y el modo de utilización tienen tanto recorrido histórico. Los promotores se aferran a sistemas de trabajo y a materiales más que probados y los clientes no son muy dados a experimentos en lo que va a ser la mayor inversión de su vida.
Pero si algo positivo puede decirse en la situación de colapso que vive el sector es la necesidad que han sentido algunos promotores e industriales cántabros de superar viejas inercias e idear nuevos sistemas de construcción.
Tras más de sesenta años en el sector, la empresa de Renedo Cubría Home ha dado el paso hacia esa innovación y ha patentado un sistema modular de construcción, que acorta mucho los plazos de ejecución de una vivienda y abarata su coste.

Un proceso semiindustrial

Más de dos años de pruebas ha empleado Cubría hasta poner en pie un casa piloto en Herrera de Camargo en la que muestra las posibilidades de su sistema, que suma las ventajas de emplear materiales fabricados industrialmente con el acabado artesanal en obra. El sistema se basa en una estructura de pórticos de acero laminado, en vez de vigas de hormigón, y en el uso de paneles metálicos tipo sandwich, en lugar de las habituales paredes exteriores de ladrillo. Sobre esos paneles se construye después una fachada ventilada revestida de los materiales que se desee. De hecho, en la casa piloto, se han utilizado hasta cuatro acabados diferentes (cerámica, cristal, piedra, y acero corten) para que el cliente observe las amplias posibilidades estéticas que permite este sistema, registrado como Modul-Art.
Donde sí se sigue el método tradicional es en la cimentación de la vivienda, que no se diferencia del forjado habitual, mientras que en el techo se ha optado por una cubierta también metálica.
Para la tabiquería interior, y siguiendo la estrategia de evitar el ladrillo, se ha recurrido al pladur, un material por el que cada vez muestran más preferencias los promotores, aunque no sea esa la primera elección de sus clientes. Las cualidades de aislamiento térmico y acústico frente a los tabiques de ladrillo convencionales, su mejor acabado y la rapidez de ejecución son factores que están abriéndole paso en la construcción, como ya lo ha hecho en otros países europeos.

Una ejecución mucho más ágil

La gran ventaja de la propuesta de Cubría no está en el coste de los materiales, sobre todo ahora que el precio del hormigón y de los ladrillos ha caído por la falta de demanda, como el ahorro de tiempo en la ejecución de la vivienda. Si para levantar una casa de una planta y 120 metros cuadros como la que ha construido en Herrera se emplea, con los métodos tradicionales, más de un año, su sistema reduce el proceso a tan solo cuatro meses. La clave para acelerarlo son los elementos industriales que introduce esta arquitectura modular. Tanto los pórticos de acero como los paneles sandwich que forman el esqueleto metálico de la vivienda se fabrican en caldererías y talleres de la zona y su montaje en obra simplifica mucho la construcción.
El carácter modular del sistema facilita, además, la participación activa del cliente en el diseño de la casa y su adaptación a las dimensiones que el comprador precise. En realidad, está pensado para quien posee un terreno y quiere levantar en él su propia vivienda, pero nada impide que un promotor lo aplique para edificar en altura.

Mirando hacia el exterior

Cubría no sólo busca hacerse un hueco en el mercado local. Su confianza en este sistema constructivo le ha llevado a comercializarlo en Francia, donde ya cuenta con dos distribuidores. Tener éxito en el país vecino, donde la legislación en esta materia es muy exigente, serviría de test para el resto de Europa. Pero como la construcción de una vivienda tiene tanto que ver con los hábitos culturales como con los materiales y las técnicas, Cubría ha tenido que introducir variaciones en el proyecto presentado en Francia, incorporando, por ejemplo, la cocina al salón-comedor y distribuyendo de otro modo los espacios para marcar muy claramente –como es habitual en aquel país– la frontera entre la zona abierta a las visitas y la más familiar o íntima.
También ha comenzado a explorar otros escenarios, como los de Turquía, Marruecos, Angola y Mozambique, países que por su nivel de desarrollo y condiciones de mercado podrían ser más receptivos a este nuevo concepto de arquitectura modular. Un ejemplo de esa orientación hacia el exterior que empiezan a plantearse algunos promotores cántabros, ante la paralización del mercado nacional, y que, en el caso de Cubría, se acompaña con la intención de renovar la construcción tradicional.

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