Tren, avión o autobus

Por el momento, no hay color. A pesar de la franca mejora que ha supuesto el Alvia en el servicio ferroviario y al hecho de que casi la mitad del trayecto (Madrid-Valladolid) se hace por un tendido de Alta Velocidad, entre los cántabros el avión le gana cada día más terreno al tren. De los 1.600 pasajeros que se desplazan diariamente a Madrid en estos medios de transporte, sólo uno de cada tres coge el tren que, no obstante, ha mejorado sus índices de ocupación. El Alvia ha conseguido aumentar el número de usuarios, pero las cifras no permiten la euforia.
Quienes han encendido la polémica del AVE parecen convencidos de que los pasajeros se agolparán en los andenes si un día los cántabros llegamos a tener una vía completa de alta velocidad a Madrid, pero a la vista de la modesta mejoría que se ha observado con la introducción del Alvia (unos cien pasajeros más al día desde que se puso en servicio), caben algunas dudas.
El avión puede ser el espejo en el que se mire el AVE. La entrada de Ryanair en el mercado de los vuelos Santander-Madrid, que hasta ese momento operaba Air Nostrum (Iberia) en régimen de monopolio ha representado una auténtica revolución de precios. La compañía de bajo coste, con unas tarifas semejantes a las del tren y cuatro veces más baratas que las de Air Nostrum, no sólo ha conseguido forzar a su competidor a bajar los precios, sino que ha ampliado sustancialmente la demanda total. Frente a los 200.000 pasajeros que tradicionalmente se movían entre Santander y Madrid, en 2009 se vendieron 371.000 pasajes y es casi seguro que este año se supere esa cifra.
Hay expertos que aseguran que aún queda un amplio margen y el avión con Madrid puede alcanzar los 500.000 pasajeros al año, si bien es cierto que una parte del espectacular crecimiento de Ryanair se ha producido a costa de restar clientes a Air Nostrum que, desde el pasado mes de noviembre ha quedado relegada por la aerolínea irlandesa. No obstante, Ryanair ya empieza a tener problemas para superarse a sí misma mes a mes, como venía ocurriendo desde que en octubre de 2007 puso en servicio sus primeros vuelos con Madrid, lo que puede indicar que el incremento de la demanda está tocando techo.
Si el AVE significase el mismo revulsivo para el ferrocarril que ha sido Ryanair para los vuelos, es decir, que consiguiese duplicar el número de pasajeros, la línea Santander-Madrid aún se movería en el entorno del millar de viajeros al día, una cifra que sólo justificaría la puesta en servicio de otra frecuencia más de tren. Se podría hacer el viaje en apenas dos horas y media, pero sólo en dos horarios de mañana y dos de tarde, frente a los doce vuelos que despegan desde Santander hacia Madrid algunos días de este verano.
La calidad del servicio ferroviario no sólo tiene que ver con la rapidez, sino también con la frecuencia y el AVE sólo cubriría las necesidades horarias de la mayoría de los pasajeros si alcanzase los 874.000 viajeros que un estudio de la Universidad de Cantabria calcula como demanda potencial para 2016. Pero eso significaría quintuplicar las actuales cifras y no parece posible a la vista de que, en Valladolid, la entrada en servicio del AVE con Madrid se ha limitado a duplicar los usuarios.
Si no consigue ese espectacular despegue, los 5.500 millones de euros necesarios para construir la línea desde Palencia hasta Santander contrastarán demasiado con los cero euros que le cuestan al sector público los vuelos de Ryanair con Madrid, ya que a la compañía irlandesa sólo se le subvencionan los vuelos internacionales.

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