AEXCA: Dos épocas en la excavación de Cantabria

El primer presidente de AEXCA y el reelegido denuncian la insuficiente inversión en obra pública

José Domingo San Emeterio, primer presidente de la Asociación de Excavadores de Cantabria, y Antonio García Rivero, presidente reelegido por cuarta vez consecutiva, se han reunido para abordar los problemas del sector, el futuro de las empresas asociadas y los logros más relevantes que se han cosechado en favor de un sector “poco reconocido y valorado” por la Administración.


E l físico inglés Isaac Newton enunció en una de sus formulaciones matemáticas que, en objetos en equilibrio, la suma de todas las fuerzas es igual a cero, pero todo regla tiene sus excepciones. Una de ellas radica en AEXCA.

En noviembre de 1991, varias empresas decidieron aliarse para amparar a las compañías excavadoras que sufrían impagos y fundaron la Asociación de Excavadores de Cantabria. Desde su nacimiento, la organización no ha desfallecido en la defensa de un sector arrasado por la crisis económica y por la caída en picado de la inversión en obras públicas.

La subvención de la maquinaria es uno de los reclamos de AEXCA.

Lejos quedan los 63.500 empleos que la construcción llegó a aglutinar en 2002 y los más de 4.000 millones de euros de volumen de negocio que se registraron al año siguiente. Unas cifras que poco tienen que ver con los 10.825 trabajadores y los 939.134 millones de euros de 2017.

Después de tres reuniones, varias empresas excavadoras, entre las que se encontraban algunas tan representativas como Palomera Obras y Proyectos, Copsesa, Anibal, Arruti, Siecsa o Cuevas, vieron en una alianza la única forma de salir adelante.

Al mando se encontraba José Domingo San Emeterio, que ha acumulado más de cuarenta años de experiencia en Copsesa. “Nos unimos por la inquietud y lo poco valorados y reconocidos que nos sentíamos”, destaca. Para él, que fue el primer presidente, garantizar la representatividad del sector ha sido uno de sus objetivos prioritarios, pero la finalidad última es otra. “Lo más importante es que la asociación tenga una repercusión económica”.

Éxitos de AEXCA

El primer presidente de AEXCA, José Domingo San Emeterio.

Cuanta más fuerza se ejerce sobre un objeto, mayor será la aceleración del mismo. Esta teoría de Newton sí que parece cumplirse en el modelo de trabajo de AEXCA. A pesar de los obstáculos a los que se ha enfrentado desde el inicio de su andadura, la Asociación ha conseguido logros importantes que han ayudado a potenciar el desarrollo de sus empresas.

La entidad pública Mare constituyó, junto con 30 asociados excavadores, la primera empresa mixta de España destinada a gestionar los escombros de las excavaciones. El objetivo era impulsar una red de vertederos autorizada para depositar los residuos. Sin embargo, el proyecto fracasó debido a que las compañías excavadoras prefirieron llegar a acuerdos con dueños de fincas privadas para depositar esos desechos.

En este sentido, en octubre del año pasado entró en vigor una orden más restrictiva con los usos de esos inertes. Una de las novedades más importantes es que ya no podrán emplearse en el allanamiento de terrenos, sino que su utilización queda limitada a la construcción de naves industriales, viviendas y otros edificios e infraestructuras.

AEXCA también salvó de la quiebra a una empresa asociada que aún no había recibido el pago de una obra ya realizada, un importe que sumaba más de un millón de euros.

Otro de los hitos relevantes de la organización fue su contribución la aprobación del uso de un combustible alternativo más barato para la maquinaria de obra pública no matriculada. A finales de los 90, se obligaba a usar gasóleo A pero, gracias a las reivindicaciones de la Asociación en la Confederación de Subcontratistas de Madrid, se puso en marcha el gasóleo bonificado. “La diferencia de precio era abismal”, recuerdan desde la patronal de los excavadores.

En 2011, el Parlamento de Cantabria aprobó por unanimidad una proposición no de ley para ejercer un mayor control sobre los pliegos de contratación y, en definitiva, sobre los pagos a las compañías subcontratistas. De esta forma, se proporcionaba una herramienta de protección a las empresas excavadoras para poder recurrir a la vía legal en caso de no percibir el dinero acordado por una obra.

Otro de los avances en esta línea ha consistido en la cesión de crédito y de pago directo a los subcontratistas. Gracias a este procedimiento, las compañías contratistas principales que no puedan hacer el pago efectivo a la subcontratistas ceden la responsabilidad a la Administración pública, que se hace cargo de hacer la transferencia. Una medida en la que colaboró activamente el actual presidente de la CEOE-CEPYME Cantabria y en aquel entonces, Decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Enrique Conde.

Otro de los cometidos que se ha impuesto la organización empresarial es vigilar que ninguna compañía insolvente, bien de Cantabria o de cualquier otra comunidad, llegue a la región para desestabilizar el sector. Una situación cada vez menos habitual, por la supervisión exhaustiva de AEXCA y la comunicación directa que mantiene con las instituciones públicas.

Demonización del sector

Antonio García Rivero, reelegido presidente en la última Asamblea General de AEXCA celebrada a finales de junio, se ha convertido en el más longevo de la historia de la Asociación. Un cargo que ocupa desde 2007 y que ha centrado en exigir un mejor trato por parte de la Administración pública.

“Se dan subvenciones a sectores como la industria y la innovación, pero la construcción siempre se queda fuera”, denuncia.

Según San Emeterio, no es fácil ser presidente en estos momentos. “Nadie quiere serlo”, dice, por el nivel de exposición de su figura, ya que tiene que batallar con la dura realidad a la que se enfrenta la Asociación y el sector.

‘Los pisos suben y los terrenos suben, mientras que el excavador, el constructor y el albañil siguen trabajando al mismo precio’

García Rivero también es secretario de la Junta Directiva de la patronal del transporte AETRAC y miembro de la Comisión de Infraestructuras de Ceoe Cepyme España. “Llegas con ganas y crees a todo el mundo, pero con el tiempo te das cuenta que la gente te vende humo” apunta y añade: “Nos hemos metido en federaciones de Madrid en las que yo creía firmemente, pero después ves que solo había intereses personales”.

El presidente de AEXCA lamenta el escaso nivel de inversión que mantiene la Administración pública, sobre todo el Gobierno central. Excluye de esa tendencia a algunos ayuntamientos, como el de Santander, que este año ha previsto 63 actuaciones por valor de 117,7 millones de euros, casi el doble de los 91 millones de euros que destinó entre 2015 y 2018. “Aunque ha habido bajas, el Ayuntamiento de Santander es el único que ha mantenido la inversión en estos años” destaca.

Las bajas en los precios

El presidente reelegido de AEXCA, Antonio García Rivero.

Por su parte, San Emeterio opina que “justo cuando no hay inversión privada, es cuando la administración pública debería hacer los mayores esfuerzos” y reprocha la actitud de la clase política cuando “alardea” de conseguir que las obras se adjudiquen al precio más barato para ahorrar e invertir en otras necesidades. No obstante, él mismo se apresura a precisar que “siempre le echamos la culpa a los políticos y a veces no la tienen”.

Esta reducción en los precios no es homogénea en todas las regiones. “Da envidia cuando ves algunos pliegos de contratación de comunidades como País Vasco o Galicia donde se ponen límites al precio mínimo por el que se puede hacer una obra”.

El antiguo responsable de Copsesa considera que el futuro del sector seguirá en la misma línea que hasta ahora. “No veo ningún repunte ni se le espera”, pero asegura que la crisis le ha enseñado una gran lección: “La empresa no es tuya, porque de ti dependen muchas personas”.

La Asociación de Excavadores manifiesta su desacuerdo con que se hayan atribuido a su sector las causas de una recesión económica que aún afecta al país y reprocha que, lejos de salir victoriosos, han sido los más mortificados. “Los pisos suben y los terrenos suben, mientras que el excavador, el constructor y el albañil siguen trabajando al mismo precio”.

Ambos presidentes coinciden en que si no se ha conseguido que se tenga en cuenta el valor de la excavación es porque se trata del “último eslabón de una cadena de subcontrataciones”. Una situación diferente a la de los años de bonanza en los que se llegaba a “consensos importantes” y se reconocía la opinión de AEXCA en todos los foros.

Control de la jornada laboral

La norma de registro del horario laboral, que entró en vigor el 12 de mayo, se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para las empresas excavadoras. Según San Emeterio, esta nueva ley complica más la actividad diaria de las compañías. “No puedes fichar a un maquinista o un camionero para hacer tres horas porque no hay suficiente personal cualificado y porque las obras tienen unos plazos y unas exigencias que se deben respetar”, apunta y avisa de que, “si no se cambia la ley, vamos a ver a muchas empresas cerrar”. Por su parte, García Rivero sostiene que “nadie tiene muy claro cómo se puede llevar a cabo”, aunque “cada uno tenga su sistema hay que hacerlo”.

Si hay un mensaje que se quiere transmitir desde la Asociación es que, ni las “difíciles” condiciones de cobro ni la bajada de los precios en la adjudicación de las obras repercuten sobre el resultado final. “No te puedes permitir hacerlo mal porque de lo contrario, no te pagan y te quedas sin el siguiente trabajo”, asegura José Domingo.

Las empresas excavadoras no esperan un punto de inflexión pero saben que el único modo de sortear la crisis es permanecer unidas, como si estuvieran atraídas por aquella misma fuerza invisible que Newton intuyó al ver caer una manzana de un árbol en su finca: la gravedad.


Los socios y colaboradores de la Asociación de Excavadores de Cantabria en el polígono de Tanos-Viérnoles.

La asamblea de AEXCA reelige a García Rivero

Basta salir a la calle para darse cuenta de la omnipresencia y la importancia del sector de la excavación. Interviene en las fases previas de la construcción de inmuebles de viviendas, colegios, centros de salud, vías de comunicación terrestre y ferroviaria y en la puesta en marcha de saneamientos y telecomunicaciones. En definitiva, ayuda a asentar las bases de cualquier edificación e infraestructura.

Sin embargo, el que no parece erigirse todavía es el propio sector, que se encuentra en una situación delicada por la escasa inversión pública, tanto de la Administración central, como de la regional y local.

Ese fue uno de los temas  recurrentes en la última Asamblea General de AEXCA, donde el presidente saliente, Antonio García Rivero, obtuvo nuevamente el apoyo de sus asociados para afrontar su cuarta legislatura al frente de la Asociación, desde su llegada en noviembre de 2007. Con ello, se convierte en el presidente de la organización empresarial que más años ha estado al mando.

Según el presidente reelegido, no hay indicios que permitan vislumbrar un futuro próximo más esperanzador, entre otras cuestiones por la escasa inversión de las administraciones. “El Gobierno regional no tiene capacidad para generar esa obra”, advirtió.

No obstante, el presidente de la Asociación hizo un llamamiento a la calma y al optimismo. “Este último año no ha sido malo y creo que el siguiente será parecido”.

Otra de las preocupaciones del sector es la inestabilidad política ante la posibilidad de que no se pueda constituir un Gobierno nacional o de que se repitan las elecciones generales. A pesar de ello, valora positivamente el escaño que el PRC obtuvo para defender los intereses de la región en el Congreso de los Diputados. Una misión que el partido regionalista ha encomendado a José María Mazón, que viene de dirigir la Consejería de Obras Públicas. “Creo que nos puede venir bien”, dijo Rivero, tras destacar que su relación con él “es cordial”.


David Pérez

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