Negocios en las dos orillas

El homenaje del Gobierno autonómico a México en reconocimiento a la ayuda prestada a los emigrantes cántabros y al desarrollo de la colonia que vive en aquel país reunió a más de 300 personas, entre ellas empresarios muy significativos de uno y otro lado del Atlántico. Un huracán que causó graves daños en su país impidió la presencia del presidente mexicano Vicente Fox, cuya importancia para los grandes empresarios españoles es más que evidente: 18 presidentes de las 35 empresas españolas que cotizan en el IBEX habían manifestado su interés en acudir al acto.
Tendrán que esperar a otra ocasión. Fox se ha comprometido a recoger la medalla que la otorgado Cantabria en otro momento más propicio, pero eso no supuso la suspensión de un acto para el que se habían desplazado numerosos empresarios desde México, aunque no contó con la presencia de ningún político local del PP, a excepción del diputado nacional Jesús López Medel y algunos alcaldes, ya que este partido consideró inconveniente celebrar el acto en un momento difícil para México.
El Gobierno, no obstante, había considerado que era mucho más problemático desconvocar un acto tan multitudinario, con pocas horas de adelanto, que celebrarlo tal y como estaba previsto, sobre todo por el hecho de que la delegación mexicana ya había llegado a la región.
En la comida homenaje estuvieron varios miembros de la familia Losada, propietaria de la cadena de Supermercados Gigante, entre ellos la viuda del fundador, Teresa Moreno. También Patricio Porres, de Leche Lala, que comercializa la mitad de los lácteos vendidos en México; varios miembros de la familia Gómez Sainz, que se acaban de convertir en los principales accionistas de Sniace, además de controlar el sector aceitero de aquel país; Valentín Ruiz, presidente del holding Intra; Leopoldo Fernández Agudo, presidente de Arpapel, y varios miembros de los grupos Minigrip e Iresa.
Por parte española acudieron el número dos de El Corte Inglés, Florencio Lasaga, y los presidente de Sacyr Vallehermoso, Luis Fernando del Rivero, de Pascual; Tomás Pascual, y de SEOP, Javier de Montalvo, los cuatro casados con cántabras y con importantes intereses de la región. También participaron Antonio Basagoiti, presidente de Gamesa; el consejero delegado de Corporación Alimentaria Peñasanta, Pedro Astals; el presidente de Kaiku, José Manuel Goikoetxea; Guzmán Solana, consejero de Gas Natural; Juan Entrecanales (Acciona) y Fernando Romero, director general de Banesto. Junto a ellos, los representantes de medio centenar de grandes empresas cántabras.

Invertir en la región

El leit motiv del acto quedaba subrayado por la edición de un libro en el que se recogen los episodios más significativos de la emigración cántabra a México y las aventuras empresariales más significativas, algunas de ellas realmente sorprendentes, escrito por el catedrático de la Universidad de Cantabria Rafael Domínguez.
El Gobierno no sólo pretende significar la labor de estos cántabros y la acogida que México les ha dado, sino también revincularlos con la región de origen, para que inviertan en ella. El presidente regional recordó que gran parte de la arquitectura civil y religiosa de la región no es producto de la riqueza endógena sino de los retornos que hicieron los emigrantes. Así se hicieron la mayoría de las escuelas, hospitales y no pocas iglesias. Además de reconocer esa deuda histórica con los emigrantes, Miguel Angel Revilla pidió a los presentes que las nuevas generaciones de estos empresarios cántabros se impliquen en el desarrollo regional e inviertan en la región.

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