Manufacturas Deportivas inaugura Morero

Seguir creciendo es necesario para continuar en el mercado. Esa es la filosofía de Manufacturas Deportivas, una empresa cántabra fundada en 1964 por Javier González Ruiz que de fabricar palas de playa, mesas de ping pong y aparatos de gimnasio ha pasado a producir y comercializar todo tipo de equipamientos deportivos, parques infantiles y mobiliario urbano. No obstante, la empresa hace hincapié en que su trayectoria ha sido “de pequeños pasos” y, como tal, define su traslado al nuevo polígono astillerense de Morero, que prácticamente inaugura.
No es la primera vez que cambia de instalaciones pero tampoco se trata de una simple mudanza. En realidad, es una ampliación en todos los sentidos porque duplica la superficie de fabricación, sirve para unir los procesos de producción y comercialización –hasta ahora separados– y le permite acometer una nueva gama de artículos deportivos en aluminio gracias a la maquinaria que acaba de adquirir.
A partir de ahora, los equipos directivo, técnico y comercial compartirán lugar de trabajo, porque hasta Astillero se han desplazado tanto las oficinas que tenía junto a otra empresa del grupo –Expodeporte–, en La Albericia, como el contenido de las seis naves –dos de acabado y cuatro de fabricación– que había acumulado en el polígono industrial de Heras. Una vez reunido en Morero todo el proceso de producción, de las nuevas instalaciones saldrá la gama completa de productos en hierro y madera que fabrica, ya montados y pintados, junto a los que proceden de otras marcas que comercializa.
La gerente de Manufacturas Deportivas, Elisabeth González, apunta que “la situación lo requería” para justificar tanto el primer traslado de La Albericia a Heras como este a Morero. La sede original de Santander fue abandonada parcialmente en 1998, –sólo quedaron las oficinas– porque la nueva carretera que pasaba por delante de sus instalaciones impedía cargar y descargar los camiones y, sobre todo, porque faltaba espacio para hacer frente al crecimiento de la producción. Ni siquiera la edificación en el año 2000 de cuatro naves más frente a las que ya poseía en Heras, resultó suficiente.
Después de buscar una parcela durante varios años, la encontraron en 2003. Según el director de la empresa, Javier González Ruiz, “dada la escasez de terrenos industriales que existe en Cantabria, el polígono de Morero era el mejor por precio y emplazamiento, y lo será más aún cuando se construya la futura Ronda de la Bahía”, dice.

Cuidadas proporciones

En cuanto el Ayuntamiento entregó las parcelas del polígono, comenzaron las obras. Salvadas las complicaciones iniciales del terreno de Morero –una antigua marisma– la construcción se inició en junio de 2004 y ha concluido el pasado mes de noviembre.
La nave, de 6.500 m2 sobre una parcela de más de 10.000, dispone dos plantas. La baja, que se extiende por toda la superficie, está destinada al proceso fabril y las oficinas se sitúan sobre un cabrete bastante más reducido.
La zona de fabricación cuenta con un taller de carpintería; otro de metal; un área de pintura, barnizado y almacenaje y un muelle para carga y descarga de camiones. Una oficina técnica acristalada permite controlar desde la altura todas las actividades. Salvo esta estancia, situada en el centro, el resto es espacio diáfano, sólo separado mediante un cierre de hormigón y chapa que sigue la misma filosofía del exterior de la nave, con estructura de acero y paneles de hormigón prefabricado.
El autor del proyecto, Rafael Rodríguez, señala que no es fácil que una nave industrial llame la atención por su aspecto y ésta lo hace “por el cuidado de las proporciones y por el empleo de texturas especiales”. De hecho, el peto del edificio –cuya finalidad es disimular la recogida de aguas– introduce una nota de color y un cambio en la textura. Un aireador estático, que facilita el proceso de ventilación natural, es otro de los elementos diferenciadores.
El proyecto, concebido por el estudio de ingeniería Ergotecnon, se ha ejecutado prácticamente sin ninguna modificación, y si la sensación externa es de estabilidad, la interna es de magnitud pues, pese a su gran tamaño, es una nave concebida a dos aguas, como una gran casa. La madera y el metal dan un ambiente acogedor a las oficinas.

Claves para crecer

Al mismo ritmo que crece el mercado del ocio aumenta la competencia. No obstante, la gerente cree que, con el tiempo, la empresa ha sabido encontrar los puntos claves para el desarrollo: “certificaciones de calidad, diseño, gestión y un buen equipo de delegados que se desplazan por toda España y Portugal”, señala. No en vano, las ventas siguen subiendo y tienen una incipiente labor exportadora.
Otra de las claves de crecimiento ha sido el añadir a la fabricación de parques infantiles y mobiliario urbano las tareas de instalación y mantenimiento, algo que cada vez es más demandado por las comunidades y los ayuntamientos, deseosos de cumplir con la normativa europea en materia de seguridad.
Manufacturas Deportivas fue la primera compañía de su sector en obtener la ISO de calidad y lleva años certificando sus productos, en especial, los parques infantiles. Para González Ruiz, además de ese especial cuidado por la calidad y la seguridad, “el futuro de la empresa está en el diseño” porque el mercado evoluciona muy deprisa y hay que ofrecer constantes novedades para sobrevivir. Pero no es fácil innovar simultáneamente en un número tan elevado de productos como tiene en catálogo, dirigidos a públicos también muy diferentes: niños en los parques infantiles, jóvenes en el equipamiento deportivo y adultos en el mobiliario urbano.

Gama en aluminio

El número de empleados de Manufacturas Deportivas –entre carpinteros, metalúrgicos, técnicos y administrativos– ronda los cuarenta y en la cuarentena está también su media de edad, un aspecto que destaca su fundador, para quien “la experiencia de cuarenta y dos años de trabajo unida a un equipo joven y con ganas de trabajar” es su principal diferencia frente a otros fabricantes.
Manufacturas Deportivas quiere convertirse en la primera empresa del país que certifica sus artículos deportivos según normas europeas de seguridad y eso contribuirá a potenciar su gama de equipamiento deportivo. Otro de sus objetivos es el de lanzar una nueva gama de productos en aluminio, que hasta ahora se limitaba a comercializar, ya que confían en las virtudes de este material, ligero, de calidad y con buena acogida en el mercado.
Reforzar un área no va a traducirse, en cualquier caso, en hacer de menos al resto, donde la apuesta sigue estando en el diseño, el precio y las certificaciones de calidad, los pilares de la empresa desde su fundación.

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