La ciencia al día
Biorreactor hepático.- Un sistema conocido bajo las siglas MELS ha sido diseñado por un grupo de cuatro centros de investigación europeos para ayudar a los pacientes en espera de un trasplante de hígado. Con un concepto similar a una máquina de diálisis de riñón, su principal componente es un biorreactor, en el que las células hepáticas humanas se mantienen vivas durante dos meses gracias al suministro constante de oxígeno en un medio de cultivo. El plasma sanguíneo se separa primero, antes de entrar en el biorreactor y, luego, cuando fluye a través de una red capilar, las células hepáticas funcionan normalmente eliminando las toxinas pero sin mezclarse con la sangre del paciente. Hasta ahora se ha probado con éxito en once enfermos, diez con fallo hepático agudo y uno con fallo crónico.
Energía de las olas.- El colector de energía eléctrica a partir de las olas más grande del mundo y primero en ser económicamente viable va a comenzar a funcionar en la isla escocesa de Islay. La instalación genera 0,5 Mw de electricidad para las comunidades ribereñas, permitiéndoles así liberarse de la dependencia de los combustibles fósiles. Su mecanismo se basa en dos elementos básicos, un colector que captura la energía marina y un turbogenerador que la transforma en electricidad. Para instalarlo se ha hecho una abertura de 25 mts. de ancho en los acantilados y se ha recubierto de hormigón, de manera que se forma una cámara para las olas, que al subir y bajar hacen que el aire de su interior se comprima y actúe sobre las turbinas.
Biodiversidad.- El número de especies vivas sobre la Tierra se calcula entre 5 y 50 millones, aunque sólo 1,5 millones están clasificadas. Se estima también que de 50 a 300 especies de ese total se extinguen cada día, y aunque las cifras en estos volúmenes tan inciertos son lógicamente aproximativas, es para preocuparse. El término biodiversidad fue usado por primera vez en 1985 por Walter G. Rosen y es más que un concepto cuantitativo, pues se refiere simultáneamente a la diversidad de las especies, a la diversidad genética dentro de una especie y a la diversidad ecológica, así como a las relaciones entre las tres. Recientemente, un grupo de investigadores de once universidades europeas han observado, medido y analizado los efectos de la biodiversidad, y de su ausencia, durante un período de tres años en 480 lugares de 4 m2 de extensión localizados en diferentes puntos de Europa. Los resultados han sido bastante convincentes en cuanto a la productividad, puesto que desciende en una media de 80 grms./m2 cada vez que el número de especies se divide por dos. La ausencia de un grupo funcional de especies supone una pérdida de 100 grms/m2.
Vacas locas.- El fenómeno degenerativo desencadenado por las encefalopatías espongiformes transmisibles se identificó ya hace muchos años, tanto en el hombre como en los animales. La primera referencia al scrapie ovino data de 1732, y en lo que se refiere al hombre, fue relevante el descubrimiento, a mediados del siglo pasado de la enfermedad conocida como kuru en una tribu de Nueva Guinea, cuya transmisión se relacionó con la práctica de un rito funerario consistente en la ingestión del cerebro de los muertos. En 1986, tras la aparición de una nueva encefalopatía que afectaba al ganado vacuno en el Reino Unido, se demostró por medio de un estudio epidemiológico que los piensos que incorporaban elementos de origen animal podían explicar la aparición de la enfermedad en las vacas. Y hace ahora cinco años Robert Will describió una nueva variante de la enfermedad (humana) de Creutzfeldt-Jakob que consideró debida a la exposición al agente de la encefalopatía bovina. Esto nos devuelve a la hipótesis del prión o proteína infecciosa, expuesta en 1982 por Stanley Prusiner y acogida entonces con bastante indiferencia, que se ha aceptado ya como la explicación del fenómeno. Actualmente, la investigación se plantea dos tipos de preguntas: la primera se centra alrededor de si la encefalopatía bovina ha sido realmente transmitida al hombre y la segunda, sobre la naturaleza de ese nuevo agente infeccioso. Sin embargo, hay un tercer aspecto que debe tenerse en cuenta, y es que el prión no se limita a las encefalopatías en los mamíferos sino que también está implicado en mutaciones de la levadura y los hongos, por lo que hay que suponer que podría tratarse de un mecanismo universal.
Satélites e inundaciones.– Para enfrentarse mejor con el problema de las inundaciones, la Agencia Espacial Europea está reuniendo información a través de un radar de apertura sintética instalado a bordo de los satélites ERS-1 y ERS-2. Con las imágenes obtenidas va a ser posible, por ejemplo, calcular exactamente cómo se comportarán las inundaciones en un punto determinado. La última fase de este sistema consiste en la construcción de un modelo informático para que se puedan identificar las áreas de alto riesgo o las consecuencias potenciales de obras de ingeniería o construcción.