Habitación con vistas
al `green´
La geografía cántabra cuenta desde el pasado mes con una instalación hotelera diseñada a la medida del creciente número de aficionados al golf para quienes, a la hora de planificar sus vacaciones, este deporte se ha convertido en uno de los principales atractivos.
Ubicado en Comillas, en el complejo que le da nombre, el Hotel Golf Rovacías forma parte de un conjunto residencial que constituye una de las más ambiciosas promociones ejecutadas en Cantabria hasta la fecha. Coronando una colina de gran belleza, en cuyas laderas se despliega un campo de nueve hoyos, ofrece un cómodo y refinado marco a los aficionados a este deporte. Un enclave que, según el arquitecto Luis Castillo, se escogió para propiciar los atardeceres y los amaneceres. Si los primeros se enmarcan en los Picos de Europa, los segundos tienen como referencia el Mar Cantábrico, que se encuentra a su espalda.
El hotel está situado a 300 metros de la playa y muy próximo al atractivo casco urbano de Comillas. Tiene categoría de cuatro estrellas y cuenta con 55 habitaciones dobles –diez de ellas comunicadas– de una inusual amplitud (cerca de 26 metros cuadrados) y dotadas con todo tipo de comodidades –baño completo, secador de pelo, televisión, conexión a internet, minibar y caja fuerte.
Amplias terrazas con vistas al campo de golf, prolongan el espacio destinado a las habitaciones de la planta primera y a las zonas de restaurante y cafetería. La madera de roble y los paramentos verticales en pintura al estuco, son la nota dominante en las habitaciones, que han sido decoradas cuidando tanto la calidad del amueblamiento como la singularidad de cada planta, con colores diferenciados en cada una de ellas.
Cuadros del pintor cántabro Pedro Calderón adornan los espacios comunes del recinto hotelero, y en el pub situado en la planta baja, un espléndido piano de 150 años de antigüedad –un Rönisch, fabricado en madera de raíz de nogal– sirve como ejemplo de la exquisitez y exigencia con que se ha abordado la decoración del nuevo establecimiento, vestido por la empresa Muebles José María.
Además de la inmediatez al campo de golf, que para los clientes del hotel tiene importante bonificaciones, el Rovacías cuenta con otros alicientes. Una zona de spa –con jacuzzi, baño turco con fototerapia y aromaterapia, pediluvio, ducha de chorros de agua y chorros de aceite–, una piscina climatizada, una sala de masajes y un completo y espacioso gimnasio, complementan el atractivo de la nueva instalación hotelera.
Una sala de ordenadores con conexión a internet permite realizar sesiones de trabajo y un aparcamiento subterráneo facilita el acceso de los clientes.
La calidad de la oferta gastronómica ha sido otro de los aspectos especialmente cuidados por los promotores, que han puesto al frente de la cocina del Rovacías a Jesús Merino, antiguo titular del restaurante Casa Calvo, en Puente San Miguel.
En la construcción se ha cuidado su adaptación al entorno, “para enfatizar la naturaleza y no perturbarla”, según el arquitecto, y se ha utilizado piedra natural para las fachadas y grandes acristalamientos en las zonas comunes y habitaciones. Una cubierta de teja tradicional remata la estructura de hormigón del edificio en el que Luis Castillo ha logrado crear un espacio interior diáfano y luminoso que juega con el usuario desde la concavidad de su acceso, que en confesión del arquitecto, busca introducirle en el edificio desde el primer contacto visual.
“Una vez en el vestíbulo, el espacio central se distribuye mediante un gran vacío por donde discurre la escalera y permite realizar un tránsito entre el espacio público de la planta baja y los espacios de mayor privacidad como son las estancias de la planta sótano y las habitaciones de la planta primera y bajo cubierta”, en palabras de Castillo.
La inversión realizada en el hotel por la empresa Enfiturismo, vinculada al grupo Placinsa, se ha elevado a 4,9 millones de euros. Su capacidad de admisión de residentes y clientes puede situarse en época estival entre las 1.500 y las 1.800 personas al día, para lo que se cuenta con una plantilla fija de 28 personas. Además de las reservas ya efectuadas para las fechas vacacionales más inmediatas, el establecimiento acogerá a los participantes en un congreso médico que se celebrará en Santander en octubre.
Un segundo hotel
El hotel se integra en un ambicioso conjunto residencial cuya construcción comenzó en 1995, y cuyo nivel de ejecución ha alcanzado ya el 85%. El complejo se extiende sobre una superficie de 35,7 hectáreas, en la que se han construido 56.000 metros cuadrados.
Cuando esté concluido, el conjunto residencial Rovacías se compondrá de dos hoteles de cuatro estrellas, un centro comercial, zonas deportivas –dos piscinas, canchas de tenis y padel–, 380 viviendas, –vendidas ya en un 97%– y el campo de golf de nueve hoyos inaugurado en junio del pasado año.
El segundo hotel, que llevará el nombre de Mar Comillas, estará concluido en enero de 2004 y su capacidad de alojamiento duplicará la del Hotel Golf Rovacías. Contará con 64 habitaciones y 37 apartamentos y estará especialmente enfocado hacia el alojamiento familiar y de grupos. El nuevo establecimiento vendrá también a cubrir una de las carencias de la infraestructura turística de la zona occidental de Cantabria, que no dispone de salones donde celebrar actos que requieran un gran aforo, como bodas, bautizos o convenciones. El Hotel Mar Comillas tendrá un salón con capacidad para 450 comensales, lo que le convertirá en un marco idóneo para las necesidades del turismo de congresos.
La inversión del grupo Placinsa en el conjunto residencial Rovacías ascenderá a 8.000 millones de pesetas, de los que 2.500 millones han ido destinados al núcleo hostelero del complejo, es decir a los dos hoteles y al campo de golf.
El campo tiene tres hoyos de par tres, cinco pares cuatro y un par cinco, que conforman un recorrido versátil y exigente, de algo más de dos kilómetros. Cada una de las calles lleva el nombre de diferentes localidades y accidentes geográficos de la zona. La empresa Parques y Jardines fue la encargada de ejecutar un proyecto que exigió importantes movimientos de tierras, a pesar de lo cual ha quedado perfectamente integrado en el paisaje.
Las elevadas cantidades de agua que precisan los campos de golf, y que es uno de los argumentos que esgrimen los ecologistas para oponerse a la proliferación de este tipo de instalaciones, se resuelve en el caso de Rovacías con los recursos hídricos aportados por la propia finca. Un lago natural, de 8.000 metros cúbicos de capacidad, alimentado por un ramal del arroyo Rovacías, abastece de forma permanente el campo, que es autosuficiente en este aspecto.
Las instalaciones cuentan con un club social, al que pertenecen ya cerca de 300 socios, aunque se confía en llegar a los 800. “Los socios –explica el presidente de Placinsa, Fidel González Cuevas– tendrán unas ventajas en lo que se refiere al uso de las instalaciones lúdicas del propio hotel, e incluso estamos estudiando la posibilidad de que tengan también algunas bonificaciones en tarifas en el alojamiento”.
El binomio golf y turismo
El campo de golf de Rovacías se suma a los seis ya existentes en Cantabria, a los que aspiran a unirse proyectos más o menos avanzados en Ampuero, Loredo, Noja, Ruesga y Ruiloba.
El turista de golf suele acudir a zonas que le ofrecen la posibilidad de jugar en campos diferentes. Los expertos sitúan entre cinco y diez los campos que se precisan para entrar en los circuitos del turismo de golf. A pesar de que el número de campos existentes en Cantabria parece suficiente para crear esa masa crítica capaz de generar en la región un foco de atracción turística, lo cierto es que tan sólo los campos de Pedreña y Santa Marina, con 18 hoyos, reúnen las características que se precisan para la disputa de grandes torneos.
En cualquier caso, el peso del golf en la oferta turística de Cantabria será cada vez más determinante. El balance de los resultados turísticos del pasado año en España indican ya que el turismo de sol y playa pierde poco a poco cuota de mercado en beneficio de opciones que atienden a motivaciones más cualificadas, como la cultura, la naturaleza, la gastronomía o el golf, en línea con lo que sucede en otros países industrializados.
El perfil del turista de golf es el de una persona de alto poder adquisitivo que, además de practicar este deporte, demanda otros servicios (restaurantes, excursiones, coches de alquiler, etc) lo que repercute positivamente en la economía de la zona cercana al complejo de golf. Los jugadores de golf que visitan los campos españoles gastan entre 2,5 y 4 veces más de promedio que un turista normal, y en muchos casos viajan en temporada baja, lo que garantiza la actividad del sector servicios en épocas de mínima ocupación.
Sólo en el año 2000, los ingresos directos e indirectos procedentes del turismo de golf ascendieron en España a 1.286 millones de euros (unos 214.000 millones de pesetas). Actualmente nuestro país recibe cada año 600.000 visitantes aficionados a este deporte, de los que el 55% son extranjeros, procedentes del Reino Unido, los países escandinavos, Alemania y Francia, en este orden.
Reflejo del interés por el golf en nuestro país, es la gran inversión realizada en la construcción de campos, que en el 2002 totalizaban 245 repartidos por toda España. El número de licencias también se ha multiplicado, y el pasado año se alcanzaron las 222.200, lo que supone un crecimiento del número de federados de un 11,4% respecto al 2001.
La positiva imagen de este deporte –elegante, tradicional y con valores ecológicos–, lo convierte también en una buena plataforma para hacer negocios. El golf no es un deporte agresivo y pueden jugarlo personas de todas las edades. Esto explica que las empresas apuesten por este deporte como medio de promocionar sus productos, y que se multiplique la organización de torneos y circuitos para diversos colectivos profesionales.
Un motor para la segunda vivienda
En un país como el nuestro, con un litoral en muchos casos sobreexplotado, el golf ha venido a tomar el relevo del papel que jugaban los puertos deportivos como motor de desarrollo de grandes urbanizaciones y complejos residenciales. Se ha convertido en un reclamo eficaz para el comprador de segunda vivienda, generando un notable valor añadido para todo el negocio inmobiliario y turístico de su entorno.
Los promotores lo han entendido así, y en la actualidad el 70% de los campos de golf que se construyen en España, está relacionado con desarrollos inmobiliarios, mientras que hace algunos años este porcentaje apenas alcanzaba el 10%. Estas instalaciones no sólo aumentan el valor de las viviendas cercanas, sino que también aceleran su ritmo de absorción por el mercado.
El golf se ha convertido así en una pieza clave en el desarrollo de un modelo residencial que permite crear en zonas del interior, sin demasiados recursos naturales, focos de interés turístico que son ya una interesante alternativa a la “primera línea” de playa
Un balneario urbano en el hotel
En la zona de ´spa` se han invertido 200.000 euros
Entre las posibilidades de esparcimiento y de relax que ofrece el Hotel Golf Rovacías, la zona de balneario o “spa” alcanza un especial protagonismo gracias a la calidad y diversidad de unas instalaciones, situadas en la planta baja del hotel, en las que se han invertido más de 200.000 euros.
Junto a la piscina climatizada, de 10×5 metros, donde el agua se mantiene a 18 grados centígrados, se abre la zona de spa, dotada de jacuzzi, pediluvio, ducha bitérmica de aceites esenciales, ducha escocesa y baño turco.
El jacuzzi de 4×3 metros, dispone de dos pulsadores neumáticos que actúan sobre las boquillas rotatorias de hidromasaje y proporcionan las burbujas de aire. Un tercer pulsador activa una cortina de agua de 60 centímetros de ancho. La temperatura del agua está programada a 33 grados.
El pasillo de contraste o pediluvio es una instalación de hidroterapia específica para masajear pies, tobillos y pantorrillas mediante chorros de agua situados a diferente altura, temperatura y presión. El sistema está pensado para mejorar la circulación de las piernas, aliviar el cansancio muscular y tratar dolencias como la gota o las varices. El suelo del pasillo está recubierto con 8 piedra de río; al caminar sobre este lecho de guijarros se masajean los puntos de reflexoterapia, estimulando el sistema nervioso.
Ducha de aceites esenciales
La zona de spa ofrece también la posibilidad de disfrutar tanto de duchas bitérmicas de aceites esenciales como de la tradicional ducha escocesa. El contraste de agua fría y caliente de esta última está indicado para problemas de dolencias musculares. Por su parte, la ducha de aceite añade los efectos de las esencias vegetales (fresa, pino, limón, mango, etc.), diluidas en alcohol y activadas mediante un rociador en los ciclos de agua fría para evitar que se alteren sus propiedades. Las esencias activan la producción de hormonas, repercutiendo sobre el metabolismo con efectos que pueden ser sedativos o estimulantes.
Otro de los atractivos del centro termal es el baño de vapor o baño turco (hammam), una de las terapias naturales más poderosas, que en la instalación de Rovacías se complementa con pequeñas luces que van cambiando lentamente de tonos y colores para favorecer la relajación (fototerapia), y con la difusión de esencias a través del vapor (aromaterapia). Todas las operaciones de puesta en marcha, dosificación de aromas y regulación de temperatura e iluminación se controlan a través de la pantalla digital instalada en la recepción del hotel.
Fidel González-Cuevas
“Rovacías es el mayor proyecto de Placinsa en sus 35 años de historia”
Fidel González Cuevas, presidente de Placinsa, comenzó el proyecto de Rovacías hace doce años. Poco después se desmoronó el mercado inmobiliario y sus 380 viviendas alrededor de un campo de golf tuvieron que esperar tiempos mejores. Cuando llegó otro boom inmobiliario, el de finales de los 90, la iniciativa se reactivó con éxito y ahora estudia una segunda fase.
Pregunta.– Incluir un campo de golf en un conjunto residencial es algo muy extendido en Levante o en Andalucía pero no tan habitual en el norte de España. ¿Por qué ha tardado tanto en llegar esta fórmula?
Fidel González-Cuevas: No es habitual porque un campo de golf ocupa mucho terreno y la estructura del norte de España coarta mucho la posibilidad de hacer campos de golf. Esa es la razón por la que en este momento las promociones que yo conozco tienen muy pocas posibilidades de hacer campos; concretamente en Cantabria sólo está la nuestra. Se pretendió hacer otro en la zona de Santa Marina pero tiene problemas de orden urbanístico.
P.– ¿Cuándo se gestó el proyecto de Rovacías?
F. G-C.– En el año 91 tuve las primeras conversaciones con el propietario de la finca, don Emeterio Sámano, un oriundo de Villacarriedo que reside en Méjico desde hace prácticamente 50 años. Yo le compré la finca condicionada al desarrollo de un plan parcial en el Ayuntamiento de Comillas puesto que tenía calificación rústica. Tardamos tres años en recalificar ese suelo y hacerlo apto para urbanizar. De esta finca de 64 hectáreas se segregó una zona de 17 hectáreas que está dentro del municipio de Ruiloba. Tuvimos que esperar a que el mercado inmobiliario se estabilizara y hasta el año 96 no comenzamos a desarrollar la actividad inmobiliaria. A partir de ese momento se ha conseguido la autofinanciación del proceso. Esto ha sido un éxito dentro de la importancia de la urbanización, que yo creo que es la de mayor entidad en Cantabria.
P.– ¿Un campo de nueve hoyos puede suponer alguna limitación a la hora de que los aficionados elijan Rovacías para jugar al golf?
F. G-C.– Yo creo que no. Hay muchos más campos en España de nueve hoyos que de 18. Nuestro campo, con la orografía y el paisaje que tiene resulta muy agradable; además, es un campo técnico, en el que hay que saber jugar y la gente se divierte mucho. El que quiere hacer dos rutas de nueve hoyos ya hace 18 por el mismo precio que le cuesta el green fee.
P.– ¿Puede ser el golf el factor que ayude a desestacionalizar el turismo en Cantabria?:
F. G-C.– Yo creo que las autoridades de la Consejería de Turismo en Cantabria ya están trabajando desde hace años sobre eso. Luego, los contactos que hemos hecho en las ferias de este tipo de producto todas las empresas inmobiliarias, hoteleras y de turismo, están atrayendo a Cantabria mucha gente no sólo en la época estival sino también en temporada baja y media. La gente ya no sólo viene a España por el sol, viene también por un clima muy benigno, como es el nuestro, y Cantabria tiene unos encantos naturales que no tienen todas las regiones españolas. Además las buenas comunicaciones que en tres o cuatro años tendremos con la Meseta supondrán una afluencia de turismo impresionante durante todo el año.
P.– ¿Se facilita en Cantabria el desarrollo de proyectos como el de Rovacías?
F. G-C.– Yo creo que el tratamiento del suelo en Cantabria está carente de una definición clara y muy reglada a nivel de ayuntamientos para que todo este tipo de proyectos puede llevarse a cabo sin los retrasos en las tramitaciones que en estos momentos se producen. Desde la Asociación de Promotores y Constructores [González Cuevas es el presidente de la Asociación] estoy luchando de forma constante con el Gobierno de Cantabria y los ayuntamientos para que a partir de la ley del suelo del 2001 puedan actualizarse todos los planeamientos urbanísticos de la región y se definan correctamente todas las calificaciones de los suelos, de manera que proyectos similares a éste, en vez de tardar diez años se puedan hacer en seis meses o un año. Hay muchos inversores que tienen miedo de venir a Cantabria por los inconvenientes de tramitación que lleva todo este tipo de urbanizaciones. La nuestra, afortunadamente, no tuvo ningún problema porque era una sola finca, un terreno colindando con el suelo urbano de Comillas; por esta razón fue fácil la recalificación y desde el principio se planteó el campo de golf como elemento lúdico.
P.– ¿Qué otros proyectos tiene Placinsa?
F. G-C.– Lindando con esta finca, hay otra de once hectáreas que compramos hace año y medio. Ahora, el Ayuntamiento de Comillas va a ampliar el suelo urbano en unas 17 o 18 hectáreas repartidas por todo el municipio, y nuestro plan contempla la construcción de 708 viviendas que desarrollaremos a partir de que se apruebe definitivamente esa modificación del suelo urbano de Comillas. Yo espero poder iniciar esta segunda fase dentro de año y medio, es decir, a finales del 2004.
También estamos trabajando en la zona de Sarón en varios proyectos; en Piélagos y en varios sitios de Huelva, como Ayamonte, Lepe, Punta Umbría y la propia capital. Nuestro grupo lleva más de treinta años en aquella zona. Allí tenemos un hábito de edificación de 80, 100 o 150 viviendas al año, dependiendo del mercado.
P.– ¿Algún proyecto comparable a lo que se ha hecho en Rovacías?
F. G-C.– Es que el proyecto de Rovacías, en el que se ha invertido del orden de los 8.000 millones de pesetas, es el más importante que ha hecho Placinsa en su 35 años de historia.
PIEDRAS MARAGATAS
450 toneladas de cuarcita para revestir el hotel
El revestimiento de las fachadas del nuevo hotel Rovacías con piedra natural, ha jugado un importante papel en su integración en un paisaje privilegiado
La piedra elegida para esa función procede de las canteras de Brazuelo y Santa Colomba de Somoza, situadas en la zona de la Maragatería comprendida entre la población de Astorga y las cumbres del Teleno.
La piedra maragata es una cuarcita que se exfolia en lajas de espesor variable. Las de mayor grosor se emplean en mampostería tanto en exteriores como en decoración de interiores. Para ello se preparan en cantera mediante corte o tronzado con cizalla con espesores de 10 cm para facilitar la colocación en obra. Las lajas de menor espesor, de contorno irregular, se clasifican en grosores que varían entre uno y cinco centímetros, para su uso en chapados de muros y en pavimentos o solados. También se comercializan a granel piedras irregulares de distintos tamaños para jardinería y restauración de edificios antiguos.
La belleza natural de estas cuarcitas, extraídas y comercializadas por la empresa leonesa Piedras Maragatas, ha propiciado una fuerte penetración en el mercado cántabro de materiales de construcción y ya pueden verse en numerosos edificios y chalets construidos en la comunidad.
El material destinado al Hotel Golf Rovacías ha consistido en 450 toneladas de taco de piedra cuarcítica, tronzado o cortado con cizalla, y de 1.500 metros cuadrados de laja de la misma piedra en diversos espesores.
Piedras Maragatas fue creada como sociedad en 1997, aunque sus fundadores poseen una amplia experiencia como prospectores y calicatadores en la región minera leonesa.
La empresa, que proyecta ampliar su catalogo de productos con nuevas rocas ornamentales y minerales, ha suministrado material para el revestimiento, entre otros, del Aula de Interpretación Arqueológica de las Médulas (León), y para la restauración del Castillo del Temple, en Ponferrada.