Homenaje al dilatado magisterio de Ramón Tamames

El economista es reconocido en Cantabria cuando se cumplen 62 años de la primera edición de su libro más popular

La carrera profesional de Ramón Tamames es tan larga como anchos sus conocimientos. El homenaje que se le ha rendido en Uneatlántico reflejó las muchas facetas de este catedrático de Economía, que tuvo un papel político relevante en el final del franquismo y los primeros años de la democracia, que luego se ha esforzado en combatir la leyenda negra del imperio español y en reivindicar la importancia geográfica, cultural e histórica de sus gestas y que aún hoy, con casi 90 años, es capaz de llevar sus conocimientos por todo el país, sin arredrarse ante ningún desplazamiento, o se planta en el Congreso con un plan bajo el brazo para afrontar la crisis.


Ramón  Tamames  (Madrid, 1933) podía haber pasado a la historia del país exclusivamente por su libro Estructura Económica de España, pero su larga y prolífica vida profesional ha sido mucho más que eso. El libro, que lleva ya 26 ediciones, además de muchas actualizaciones y reimpresiones, ha servido como manual de estudio o de consulta para tres generaciones de españoles, ya que apareció en 1960.

Tamames acaba de recibir un homenaje en Uneatlántico donde, con casi 90 años, ha vuelto a demostrar su capacidad para interpretar las nuevas circustancias socioeconómicas con una mente analítica y una formación humanística excepcional que le permite ofrecer enfoques complejos y estimulantes.

Ramón Tamames podría dar una conferencia de casi cualquier tema, desde la economía a la historia, la ecología o la filosofía, porque en todos esos campos ha profundizado. Ya casi parece imposible otear aquellos años en que se convirtió en Técnico Comercial del Estado (después de haber pasado por la cárcel, por sus actividades clandestinas contra el Régimen franquista) o cuando accedió a la cátedra, en 1968. Solo el extraordinario éxito de su libro Estructura Económica de España, publicado en 1960, hizo imposible cerrarle estas puertas académicas a quien se había convertido en el economista más reconocido y popular del país.

Desde entonces ha escrito más de 70 libros y ha pronunciado miles de conferencias. Lo sigue haciendo, incluso en largas giras por Hispanoamérica. En el homenaje que se le ha prestado en Santander se repasaron estas circunstancias y la evolución de un personaje absolutamente poliédrico.

Su vida política

Procedente de una familia acomodada de Madrid, fue durante las dos últimas décadas del franquismo militante clandestino del PCE y miembro de su Comité Central. Con la llegada de la democracia, el Partido Comunista fue legalizado en abril de 1977, algo que no esperaba la izquierda, que nunca creyó que Suárez se atrevería, ni la derecha, que no lo aceptaba, lo que creó una gran tensión política. Sin embargo, solo seis meses después, cuando Suárez pidió ayuda a todas las fuerzas para afrontar una situación socioeconómica realmente complicada, con una inflación del 26,5% y una oleada de huelgas y manifestaciones, el PCE y CC OO fueron de los primeros en prestarse a la negociación de lo que acabó por llamarse los Pactos de la Moncloa, con no poca sorpresa, ya que el PSOE lo hizo con muchas reticencias y la UGT solo se sumó muy a última hora.

Tamames durante la disertación que hizo en el acto, en la que atribuyó a la propia entropía del sistema en que nos movemos, una cualidad física, buena parte de los acontecimientos. FOTO: MARÍA CASUSO

El enviado a las negociaciones por el PCE, Ramón Tamames, con su imagen de catedrático trajeado contribuyó mucho a normalizar la convivencia con los comunistas y dejó su impronta en aquellos acuerdos, al aportar el toque de racionalidad que no ponían muchos otros partidos en aquella sopa de siglas políticas que surgieron con la democracia.

La economía española poco a poco se enderezó. Tamames no duró mucho más en el PCE, se afilió al CDS de Suárez y, progresivamente, ha evolucionado a tesis más liberales en materia económica, aunque cada vez esté más interesado por otras disciplinas, como la ecología o la historia, con una orgullosa reivindicación de la herencia dejada por el Imperio Español, cuya huella en buena parte del planeta proclama como la gran gesta histórica y cultural del país.

40.000 alumnos y tres millones de lectores

Mientras su larguísima vida laboral avanzaba en publicaciones y magisterio, su libro más famoso seguía en candelero, algo inimaginable para un manual que inicialmente pretendía ser una foto exhaustiva de la España de 1960, un país rural, agrario y atrasado que en nada se parece al actual. El secreto del “Tamames” para convertirse en una permanente referencia sobre economía española durante más de seis décadas, son las reiteradas actualizaciones.

Se calcula que Tamames ha tenido, como profesor, unos 40.000 alumnos directos y no menos de tres millones de personas han leído o consultado sus libros: economistas, juristas, empresarios, ingenieros y técnicos, sindicalistas, ecologistas, agraristas y urbanitas; y quienes, simplemente, estaban interesados en la economía de su país.

En el homenaje de Uneatlántico participaron el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, quien aseguró que el libro de Tamames le llevó a decantarse por estudiar Económicas, contraviniendo los deseos de su padre; el director de El Diario Montañés, Íñigo Noriega, que repasó la evolución política del catedrático; la directora de la APD en Cantabria, Cristina Solar, desgranó sus trabajos en el ámbito del medio ambiente, y el director de Cantabria Económica, Alberto Ibáñez, recordó el enorme efecto que el libro tuvo entre los universitarios españoles de los años 60, 70 y 80 y el papel de Tamames en los Pactos de la Moncloa.

Cerró el acto la vicerrectora de Uneatlántico, Silvia Aparicio, que además de ser ayudante de departamento de Tamames durante años, trabajó con él en su despacho privado. Esa experiencia y el estrecho contacto que ambos mantienen le permitió detallar las cualidades de su mentor y su enorme capacidad para motivar a los equipos que le han rodeado.

Ramón Tamames ha mantenido siempre un estrecho contacto con Cantabria, a través de las charlas que cada año ofrecía en los cursos de CEMIDE, a petición de su fundador, Enrique Campos Pedraja, a quien recordó con enorme cariño. Unas conferencias que en ocasiones llegaron a requerir megafonía exterior, porque la asistencia desbordaba, con mucho, la capacidad de la sala.

También ha dirigido numerosos cursos de la UIMP y colabora con Cantabria Económica.

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