El INSS integra sus oficinas de Torrelavega en un gran edificio

Poco más de un año y medio ha sido necesario para construir un edificio que difícilmente va a pasar desapercibido para los torrelaveguenses. Su destino es servir de oficina única a la Seguridad Social en la comarca del Besaya y no tiene parangón en la ciudad, pese a que su diseño encaja plenamente con la modernidad del entorno donde se ha instalado, una zona situada al suroeste de Torrelavega conocida como Ciudad Vergel, en proceso de urbanización.
La Tesorería General de la Seguridad Social, propietaria del edificio, espera que el próximo verano ya esté a pleno rendimiento. Allí se agruparán las dependencias administrativas de la entidad en la zona, hoy ubicadas en dos locales separados, uno de 500 m2 en la calle Consolación, con 35 trabajadores de la Tesorería y otro, de poco más de 400 m2 en la Avenida de España, donde se ubica el Centro de Atención e Información de la Seguridad Social, que cuenta con once funcionarios.
Los trabajadores procedentes de ambas sedes ya no tendrán problemas de espacio porque pasarán a alojarse en un nuevo edificio de casi 5.000 m2, concebido con una visión a largo plazo que permita acometer futuras ampliaciones.
El director provincial de la Seguridad Social en Cantabria, Juan José Pérez Aja, señala que detrás del traslado hay una doble motivación: “Por una parte, solucionar la asfixia endémica del personal y, por otra, integrar la Tesorería y el INSS en un único edificio para mejorar la calidad de la gestión”. Pérez Aja considera ventajoso que ambos organismos compartan instalaciones dado que uno se encarga de recaudar y el otro de pagar prestaciones con lo recaudado: “Lo mismo que hay un único director provincial, debe existir una oficina única ya que la relación bilateral es constante y la colaboración entre recaudadores y prestacionistas tan estrecha que hasta comparten las mismas bases de datos”, explica.
Tesorería y CAISS

El objetivo de los arquitectos era construir un edificio administrativo flexible, que pudiera adaptarse a continuas modificaciones de la estructura funcional. Desde el principio, la división en dos zonas, una destinada a la Administración y otra al centro de información o CAISS, estaba clara. De hecho, desde el vestíbulo, el ciudadano ya puede optar por un área u otra, que tienen accesos distintos pero están unidas en todas las plantas a excepción de la última y más pequeña, que previsiblemente se dedicará a impartir formación.
Desde la Tesorería de la Seguridad Social se asumirán competencias en tres áreas: la de Inscripción y Afiliación se encargará de la gestión de altas y bajas, así como las variaciones de datos de empresas y trabajadores; Recaudación confeccionará boletines de cotización y gestionará las liquidaciones. Finalmente, la URE o Unidad de Recaudación Ejecutiva se ocupará de la gestión diaria de cobros, de la localización de bienes de deudores, para su posible embargo, y de la preparación de expedientes para la realización de subastas.
Por su parte, el CAISS se encarga de facilitar información sobre todas las prestaciones de la Seguridad Social; recibe las solicitudes, gestiona la asistencia sanitaria o las prestaciones de auxilio por defunción o incapacidad temporal y emite certificados sobre las prestaciones.
En ambas áreas, la atención al público será personal, telefónica e informática. Esta última, destaca Juan José Pérez Aja, reforzada a través de la página web: www.seg-social.es, que está considerada “una de las tres mejores por un informe de la Presidencia británica de la UE sobre la accesibilidad de los servicios públicos en los países miembros”.
No obstante, como siguen siendo muchas las personas que acuden a las oficinas provinciales –unas mil diarias en el caso de Santander–, resulta fundamental emplear un sistema de gestión de la espera. En este sentido, Pérez Aja confirma que en la nueva sede de Torrelavega se utilizará el mismo método que en la central santanderina, donde ha quedado comprobada su eficacia para evitar colas y demoras: “No se trata de dar un número, sino de recibir a cada persona y direccionarla hacia el funcionario a quien competa su caso”, señala, comparando la recepción del INSS con la de un hotel.

Oficina abierta

La nueva sede administrativa apuesta por un concepto de ‘oficina abierta’ y sólo dispone de tres o cuatro despachos de jefatura por planta y alguna que otra sala de juntas acristalada, para que no llegue a perder su comunicación con el resto. Lo demás son espacios diáfanos para albergar puestos de trabajo o atender al público. Tampoco faltan las salas de subastas y formación, un centro informático y locales de archivo, impresión y reprografía.
Las instalaciones se completan con varias terrazas transitables, donde se ha ubicado la maquinaria de los ascensores y del aire acondicionado, y con dos sótanos de unos 945 m2. El primero servirá de archivo y almacén, así como de central para las instalaciones eléctricas, fontanería, seguridad o comunicaciones integradas. El segundo, además de albergar otras dotaciones generales como el grupo de presión o el aljibe contra incendios, se convertirá en un aparcamiento privado de 24 plazas para los funcionarios.
El acceso principal se encuentra al norte y dispone de una escalinata que salva el desnivel entre la planta baja y la rasante del terreno. El secundario, al oeste, cuenta con una rampa para personas con movilidad reducida que desemboca en el mismo porche. Todas las instalaciones están preparadas para personas con dificultades de movimiento.

Arquitectura singular

Las complejas dimensiones del solar sobre el que Ascan ha tenido que construir han contribuido a singularizar el edificio, diseñado en forma de dos triángulos rectángulos para hacer frente a una parcela pequeña y en forma de pico que, para colmo, estaba obligada a respetar la glorieta que linda con uno de sus extremos.
El resultado es un conjunto con cuatro módulos, cuyo forjado ha sido realizado por Prefacor, que se diferencian por los diferentes revestimentos de las fachadas: dos en mármol amarillo y blanco –esta última en forma de proa de barco–; la parte trasera recubierta de cobre y la más reducida, de zinc. En el origen de esta concepción se encuentra el deseo de provocar contrastes.
La combinación de materiales resulta llamativa, lo mismo que los vidrios azulados y un lucernario que funciona a modo de patio cubierto para la ventilación e iluminación del edificio.
El interior no se queda atrás, con un suelo técnico de granito en color gris perla combinado con un falso techo metálico del mismo tono, a juego con la carpintería de acero inoxidable. Lo más llamativo, no obstante, es el colorido de los baños, de una intensidad que se acentúa a medida que el edificio va ganando altura.
Al inmueble no le falta el carácter sobrio de otras dependencias administrativas pero su aspecto resulta peculiar por el juego provocado por la superposición de sus cuatro fachadas –aún más patente de noche, por la iluminación– y la fuerza cromática de su interior. El proyecto, de Sánchez Blázquez Arquitectos, ya apuntaba que la seriedad no tiene por qué ser incompatible con “una imagen actual y moderna que refleje la alta tecnología con la que se ha dotado el edificio”.
Para el director provincial del INSS, Juan José Pérez Aja, el aspecto moderno de la edificación responde a la tendencia general de la Tesorería General de la Seguridad Social hacia la construcción de edificios singulares y anuncia que también será muy original la futura oficina que se construirá en Nueva Montaña y que entrará en servicio dentro de un año y medio para atender áreas cercanas a Santander como Camargo, Astillero o Bezana, donde se concentran la mayor parte de las empresas que, así, no tendrán que acudir a la ciudad para sus gestiones. De esta forma, las oficinas centrales de Santander prácticamente se quedarán para atender a la capital.