La batalla de la patronal se agota

A medida que el conflicto por la representatividad entre las dos patronales cántabras se acerca a su desenlace, vuelve a crecer la tensión verbal. El recurso de Cecan contra la resolución del director general de Trabajo, Tristán Martínez, en la que desestimaba su pretensión de ser considerada organización representativa tendrá que ser resuelto ahora por la vicepresidenta regional y consejera de Trabajo, Dolores Gorostiaga. Pero, mientras tanto, las asociaciones integrantes en las dos partes en conflicto, Ceoe y Cecan se esfuerzan por deslegitimarse mutuamente.
En realidad, de la resolución de Tristán Martínez ya pueden sacarse bastantes conclusiones y no resultan demasiado favorables para las pretensiones de Cecan. Los datos contrastados por Trabajo después de una ardua depuración de los listados presentados, indican que la patronal escindida está lejos de alcanzar el número de afiliados y trabajadores que le permitiría obtener la condición de organización representativa y entrar en la Concertación Social. Los listados bancarios que aparecen en la documentación sólo justifican 557 asociados en Coercan y 1.347 en Pymetal. La Asociación de Constructores y Promotores de Cantabria dice tener 259, sin presentar ninguna certificación que lo avale y Asemtrasan dice contar con 135 socios con asalariados (el resto son autónomos). Por último, la Asociación de Jóvenes Empresarios presentó un listado bancario con 65 asociados.
Se trata de un número insuficiente para alcanzar los criterios de representatividad (tener el 15% de las 20.561 empresas con asalariados que, según la Seguridad Social, hay en Cantabria) y las dificultades de Cecan se van a multiplicar para acreditar el mismo porcentaje de trabajadores por cuenta ajena, puesto que la mayoría de los afiliados son pequeñas empresas o autónomos.
En tanto se produce la decisión definitiva de la vicepresidenta, las dos patronales libran una guerra de declaraciones y de actos públicos. Miguel Mirones, presidente de la CEOE ha embarcado a la organización en una intensa política de actividades, aderezada con actos espectaculares que intentan apabullar al rival. Cecan, por su parte, se defiende con poco más que notas de prensa, lo que da de sí su presupuesto, y en muy pocos actos aparecen juntos sus tres líderes, Miguel Ángel Cuerno (Coercan), Fidel González Cuevas (Constructores y Promotores) y José Gómez Otero (Pymetal).

Una carrera de obstáculos

La estrategia de Mirones ha superado hasta ahora a la de sus rivales, que en realidad tenían puesta su confianza en verle caer en alguno de los obstáculos con que se ha ido enfrentando desde que llegó a la presidencia de la CEOE, absolutamente en precario, dado que tuvo que pactar con las ahora federaciones rivales de Comercio y Metal, que previamente tantearon presentar candidatura propia o ir en la rival, encabezada por el presidente de los constructores, Fidel González Cuevas.
A los pocos meses, Mirones tuvo que superar el segundo escollo de importancia, el despido del secretario general, Miguel Ángel Castanedo, que creó unas enormes tensiones en los órganos de dirección de la CEOE. Los acontecimientos precipitaron la dimisión del vicepresidente Gómez Otero, que abandonó la CEOE con su asociación Pymetal para aliarse con los constructores. Ambos formaron la Federación de Empresarios de Cantabria, lo que rompió en dos el movimiento patronal.
Pronto se vio que la escisión de la FEC no podría deslegitimar a la CEOE, porque difícilmente iba a arrastrar a las grandes empresas y a muchas otras que no están dispuestas a verse envueltas en un conflicto asociativo en el que tenían poco que ganar y bastante que perder.
La adhesión a la FEC de los autopatronos del transporte (Asemtrasam, que había sido expulsada de CEOE tiempo antes) y de la histórica, pero poco nutrida, Unipyme fue un éxito fugaz de los escindidos, pero seguía faltando el pegamento que pudiese sacar adelante una federación sin una estructura jerárquica real. En el fondo, los constructores estaban más convencidos de que, antes o después, volverían a estar en CEOE que de la viabilidad a largo plazo de su proyecto escisionista, y Gómez Otero buscaba un proyecto propio que pronto se demostró inalcanzable.
Para la vuelta a la organización de origen, ambos confiaban en que los tribunales imputasen a Mirones en la quiebra de la constructora Socueva, de la que fue accionista hasta meses antes de la suspensión de pagos, pero Mirones también ha ido sorteando esos obstáculos legales, al exonerarle los tribunales de responsabilidad en las causas falladas hasta ahora.
Mirones seguía al frente de la CEOE, pero con un cargo vacío de competencias, porque las capacidades ejecutivas estaban en manos del secretario general o de los órganos colegiados de dirección y, desafiando la muy precaria mayoría que seguía teniendo, también se lanzó a cambiar los estatutos para dotar al presidente de un poder real.
Tras conseguir sacar su reforma adelante con una abrumadora mayoría entre los asociados, Miguel Angel Cuerno, tesorero de la patronal, que encabezó el movimiento crítico contra este cambio estatutario, se fue con los escindidos, pasando a encabezar este movimiento, transformado ya en una nueva confederación, Cecan. Con la entrada de Coercan, la refundada FEC parecía más cerca de conseguir el estatus de entidad representativa y, por tanto, de tener una silla en las mesas de Concertación. Sin embargo, los listados que ha presentado ante Trabajo plantean muchas dudas sobre esta posibilidad.

Un problema para el Gobierno

Si no consigue acreditar que supera los umbrales de afiliación para ser considerada representativa, el futuro de Cecan como confederación alternativa a CEOE es muy incierto. Dado que su única estructura interna es la de Coercan y que la química entre sus tres líderes nunca ha sido del todo buena, la alianza tiene muchos visos de coyuntural y las asociaciones que la integran pueden volver a hacer la guerra por su cuenta.
Frente a ellos, CEOE, con una estructura interna potente, una plantilla amplia y una caja muy saneada tratará de dar nuevas muestras de su poderío en todo tipo de actos, desde comidas multitudinarias a jornadas de análisis con primeros espadas de la vida económica nacional, como la que trajo a Cantabria a Rodrigo Rato y Carlos Solchaga.
El problema para el Gobierno es que, si resuelve en contra de Cecan, se encuentra con una situación incómoda al no tener como interlocutores en la Concertación a la asociación más representativas del metal y a las que probablemente lo sean de la construcción y del comercio, tres sectores claves para remontar la crisis.
Son las consecuencias de una guerra a la que no le quedan ya muchas batallas y que apunta como vencedor a Miguel Mirones, quien, además de ir salvando todos los escollos del camino, ha conseguido en poco más de dos años pasar de tener un cargo en precario a hacer una CEOE a su imagen y semejanza.

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