Dos de cada tres coches que se venden en Cantabria ya son híbridos o eléctricos
La región afronta las zonas de bajas emisiones con un parque muy envejecido, de15,3 años de media
Con la reciente entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones de Torrelavega —la primera de Cantabria— y la que se aprobará en los próximos meses en Santander, miles de vehículos dejarán de circular libremente por el centro de las dos principales urbes de la región. Cantabria se enfrenta a estas restricciones con uno de los parques móviles más envejecidos del país, aunque es cierto que en los últimos meses ha repuntado con fuerza la venta de coches nuevos.
A pesar de las reticencias y protestas ciudadanas ante las Zonas de Bajas Emisiones, que los municipios de más de 50.000 habitantes tienen que implantar obligatoriamente este 2025, bajo riesgo de sanción por la Unión Europea, y aún con las contiendas judiciales que las han paralizado en algunos lugares, su puesta en marcha es imparable y la movilidad sostenible deja de ser una opción, al menos, en las ciudades.
Esta realidad choca con los parques automovilísticos envejecidos de la mayoría de regiones, y especialmente de Cantabria, donde la antigüedad media de los vehículos es de 15,3 años, casi un año más que en el conjunto del país.
Si la normativa europea inducía a la renovación, la realidad iba por otro lado, al menos en 2024, cuando los cántabros no parecíamos muy preocupados por estas restricciones para entrar en las zonas urbanas. El pasado año, el parque de automóviles de la región envejeció en cinco meses más, según un informe de Ideauto, y no es un fenómeno aislado. En España, el 27,3% de los vehículos en circulación tienen más de 20 años.
Repunte de las matriculaciones
Tras la caída en las matriculaciones que se ha producido desde la pandemia y la posterior incertidumbre económica, la limitada entrada de nuevas unidades al mercado provocó un rápido envejecimiento del parque de automóviles. El peso de los vehículos de menos de cinco años se redujo hasta apenas el 16% del censo. Un estancamiento que ha durado hasta los últimos meses, ya que los datos más recientes indican un claro cambio en la tendencia.
En Cantabria, en los cinco primeros meses de este año, las matriculaciones de turismos han aumentado un 20,8%, con respecto al año anterior y han llegado a las 3.342 unidades. Este repunte se sitúa 7,2 puntos por encima de la media nacional, que ha sido de un 13,6%.
Más híbridos y eléctricos
En las nuevas matriculaciones, los híbridos y eléctricos ya ganan claramente la partida. De enero a mayo se vendieron en la región 898 turismos nuevos de gasolina, un 10,6% menos que en 2024 y tan solo 172 diésel, una tecnología que se ha ido eclipsando desde el diselgate y que cada vez se acerca más a cifras marginales.
La victoria ha sido rotunda para los electrificados (eléctricos puros, híbridos convencionales no enchufables e híbridos enchufables), con 2.272 nuevas unidades y un crecimiento del 45,8%, lo que indica que dos de cada tres coches nuevos que se venden en la región ya incorporan estas tecnologías más sostenibles. Los datos no permiten un desglose, pero por el contexto nacional es fácil deducir que las ventas de eléctricos puros son casi testimoniales y la opción más habitual entre las tres es la híbrida convencional, la predilecta del comprador español y europeo.
En esta evolución han pesado los incentivos del nuevo Plan Moves IV—Plan Renove 2025—, o la prórroga hasta el 31 de octubre del Plan Moves III, que premian la renovación.
Una oferta poco accesible
Los planes de financiación de los concesionarios también son una ayuda para impulsar la compra de turismos eléctricos o híbridos que, en su gran mayoría, son más caros que los convencionales.
La llegada al mercado local de las marcas chinas que han empezado a comercializar coches con estas tecnologías a precios más baratos es un revulsivo, dado que abre las puertas de la movilidad sostenible para compradores con menos poder adquisitivo y es una competencia muy fuerte para los fabricantes occidentales, obligados a contener los precios de sus nuevos modelos.
De hecho, es una marca China, BYD, la que, en abril de este año, ha arrebatado la corona a Tesla como mayor vendedor de eléctricos en Europa. No obstante, en España Tesla todavía sigue siendo el mayor vendedor de eléctricos, seguido de cerca por la coreana KIA.
A pesar del ágil posicionamiento de las marcas asiáticas, actualmente solo un 4,9% de los coches eléctricos de nueva matriculación en España podría ser considerado ‘accesible’ que, según la patronal Ganvan, son aquellos que se ofrecen por debajo de los 23.780 euros.
Fortísima subida de los precios
No obstante, la escasez de eléctricos baratos no puede aislarse del comportamiento del conjunto del sector de automoción. En los cuatro primeros meses de 2025, el precio medio de los coches nuevos en España, incluyendo todos los combustibles, ha subido un vertiginoso 38%, y un 9% desde inicio de este año.
En este momento, ese precio medio se sitúa en 40.582 euros, según datos de Ganvam. Esta cifra se ha calculado con los precios de los turismos y 4×4 publicadas por los concesionarios, sin incluir subvenciones a la compra como el Plan Moves III.
Este precio dista mucho de lo que parecen dispuestos a pagar los compradores, ya que el promedio de los comprados en los cinco primeros meses del año está en 23.747, según datos de la Agencia Tributaria. Esta enorme diferencia entre lo que los concesionarios ponen a la venta y lo que los compradores compran indica con mucha claridad que la mayoría de los clientes se centran en los modelos y marcas más baratos, porque su poder adquisitivo no les permite otra opción o porque los cambios tecnológicos en las motorizaciones están creando mucha incertidumbre sobre cuál será la opción ganadora y el coche ya no se plantea como una inversión a largo plazo.
Falta de cargadores
La infraestructura de carga tampoco colabora en el despliegue de los eléctricos. La red cántabra de recarga es una de las más amplias de España, pero a día de hoy sigue sin incluir 35 de los 102 municipios de la región y allí donde hay estaciones, su escasa potencia exige muchas horas de espera. Un problema que puede disuadir a una parte de los cántabros de dar el salto al eléctrico.