El refugio
del diseño

“Me coges en un momento de agotamiento mental, estoy a punto de disfrutar mis primeras vacaciones en cuatro años y, la verdad, no sé que puedo contarte…» Paco Entrena me recibe con esta premonición de mutismo hacia las once de la mañana, pero no ha tenido en cuenta su capacidad de entusiasmo y nos sorprenderán las tres de la tarde en animada charla dentro su cuartel general de la casona-palacio Camino Real, una especie de Hotel California, como el que cantaban los Eagles, concebido para operar encantamientos sobre quienes acceden a él.
El hotel es propiedad de la sociedad Entrena y Entrena, formada junto con su hija Silvia, que dirige la instalación hostelera. Es una casona del siglo XVII, mandada edificar por Juan Cabeza de Mier, en Selores (Cabuérniga), ampliada en el siglo XVIII con la Casa de la Viuda. Los Entrena la adquirieron con vistas a restaurarla para instalar allí la vivienda familiar pero la pasión les arrastraba según iban descubriendo las posibilidades de la casona.
«Me permití la gozada de distribuirla y decorarla sin más límites que los de la imaginación, y claro, me quedó atípico y heterodoxo, como a mí me gusta». No es el único a quien agrada este pequeño mundo con aspecto exterior de palacio rural montañés y estancias de inesperada osadía decorativa, con abundancia de colores mediterráneos, trampantojos y centenares de detalles que son otros tantos guiños al visitante… posiblemente lo más llamativo es la sorprendente armonía de todos estos objetos y colores con la supuesta austeridad de la piedra y madera tradicionales. Sin haber cumplido todavía un año desde su apertura, Camino Real cuenta ya con reseñas elogiosas de toda la prensa especializada, es el primer hotel de Cantabria integrado en la agrupación Estancias de España y forma parte de los itinerarios diseñados por ese número creciente de viajeros que buscan algo diferente.

Una biografía intensa

En realidad, Camino Real es un episodio más en la vida de Paco Entrena, uno de los últimos, en una biografía profesional tan intensa que obliga a seleccionar algunos momentos cruciales. Francisco Entrena nació en Nájera (La Rioja), pero recaló en Torrelavega con tan sólo tres años, y desde entonces ejerce como torrelaveguense allá donde se encuentre. Su verdadera vocación es dibujar, por eso llegó a iniciar la carrera de Arquitectura, que pronto cambió por los estudios de decorador. “Ahora se llama diseñador de interiores, pero lo importante es tener claro que todo lo que se puede dibujar es diseñable”. Partiendo de esta premisa, Entrena realizó el interiorismo en multitud de establecimientos comerciales y hosteleros, principalmente en la comarca del Besaya.
En la segunda mitad de los ochenta comenzó a realizar trabajos fuera de Cantabria, especialmente en Paradores Nacionales, como los de Soria, Gijón o Nerja (Málaga). Ya en puertas de los 90, era requerido para equipar la Oficina Española de Turismo en París, donde además del diseño supervisó la obra, realizada por técnicos cántabros.
En el año 86 llegaba uno de esos puntos de inflexión que marcan las tendencias de toda carrera. Entrena, conocido ya como diseñador de proyectos y persona capacitada para dirigir equipos que los ejecuten, es requerido para configurar una serie de instalaciones de la Expo-92. Allí se hace cargo del diseño y la construcción, una vez más contando con profesionales de Cantabria, de la carpa informativa que se utilizó para avanzar ante los medios de comunicación las noticias sobre el gran evento.
Entrena aprovecha ese encargo para montar un estudio en Sevilla, con el que realiza íntegramente el pabellón de Asturias para la Expo, probablemente el más elogiado entre los regionales, y comienza una oleada creciente de aventuras profesionales. Una de ellas es la sociedad que crea con Rafael Calleja que consigue encender la ilusión de 23 inversores cántabros para construir en Sevilla el complejo hotelero Brisas de Aljarafe.
“Todavía me asombro de aquella empresa, parece que el individualismo feroz que impera entre nosotros cuando estamos en casa se transforma en afán cooperativo cuando nos hallamos lejos de la tierra”, reflexiona. Brisas de Aljarafe se reconvirtió más tarde en un hotel de 64 habitaciones y 85 apartamentos.
Inmerso ya en el sector de la construcción, el gabinete de diseño se diversifica en una actividad febril, realizando desde urbanizaciones completas, como el Pueblo del Sol, en Pedreña, hasta encargos tan especiales como la rehabilitación interior del Capricho de Gaudí.
En medio de toda esta vorágine, mientras dirige obras y gestiona proyectos, Entrena no suelta el lápiz. Por el contrario, se sumerge en el diseño industrial y crea la bancada Sardi, nombre tomado de su perra, un programa mobiliario de gran versatilidad y resistencia, con ocho versiones diferentes, que combina modernidad con eficacia.
El éxito de este banco, adaptable a todo tipo de espacios colectivos, ha paseado la firma de Paco Entrena por medio mundo. Miles de personas toman asiento cada día en alguna versión Sardi de las que están instaladas en la nueva sede del Gobierno Vasco, en las salas que albergaron la Cumbre Europea de Madrid (1995), o en aeropuertos de tránsito tan intenso como los de La Habana, Barajas o Kuala Lumpur. Torrelavega se ha incorporado recientemente a este listado con varias unidades Sardi del modelo Reposo, instaladas en una zona peatonal creada en torno al antiguo cine Concha Espina.
Más de 25.000 plazas se han construido ya de las distintas versiones del banco diseñado por Entrena que está construido con acero galvanizado, aluminio termolacado con poliéster e inyección de poliuterano. «Esta vez hubo que recurrir a fabricantes del País Vasco y La Rioja para obtener los componentes de estas piezas. En Cantabria no encontré quien pudiera hacerlo», explica para justificar el que su producción se haya realizado fuera de la región.

No hay diseño sin industria

Paco Entrena sostiene que Cantabria padece un retraso sintomático en su tejido industrial que influye negativamente sobre las relaciones económicas, dentro y fuera de la región. «En Cataluña y en el País Vasco han superado ya de largo la reconversión, y han sido capaces de crear redes muy eficaces de polígonos industriales, a base de pymes. Otras comunidades autónomas están siguiendo el mismo camino con muy buenos resultados, pero Cantabria se ha quedado anclada en el turismo y en el sector servicios, mientras los holding y las join venture de otras regiones españolas tienen ya un peso importante en la economía global. Las nuevas tecnologías no precisan de macroempresas, sino de ideas, atrevimiento y empuje»
Sin embargo, Entrena, que tantos países ha recorrido trabajando, siente cada vez mayor apego por Cantabria, y por eso ha querido establecer su pequeño santuario en Selores, aunque lo que inicialmente iba a ser una especie de refugio poco a poco se va convirtiendo en visita obligada para cuantos llegan a Cabuérniga.
No hay aislamiento posible bajo el imperio digital, así que los encargos parpadean en el ordenador de Paco, solicitándole ideas y proyectos. Actualmente participa en cinco obras que se ejecutan en Cantabria: la rehabilitación de una casona-palacio en Suesa, la construcción de tres hoteles en Comillas, San Vicente de la Barquera y Suances, y la conversión en hotel del magnífico palacio de Soñanes, la obra más notable del barroco civil en Cantabria, donde vuelve a colaborar con su viejo amigo Rafael Calleja: «Será el hotel más emblemático de Cantabria, con 32 habitaciones y un gran salón de convenciones. Rafael ha conseguido de nuevo aglutinar a un grupo de inversores cántabros, en este caso indianos procedentes de Carriedo, que residen en México, y el proyecto se ha puesto en marcha».
Obligado a ser vendedor de sus proyectos, lo que tampoco se le da nada mal, Paco no pierde la ocasión de dibujar nuevas creaciones, en especial las orientadas a la solución práctica de problemas concretos: «Cuando tenga tiempo quiero dar vueltas a ciertos retos, como un diseño de autocaravana, o un modelo de vivienda económica para esas zonas que cada año se ven asoladas por huracanes, terremotos e inundaciones. Una construcción que no se desarme al primer golpe como parece ocurrir con tanta frecuencia».

Un camino abierto

Lo que comenzó como Área de Diseño, en 1984, se amplió con Área Limitada en 1988 y Proa Sur en 1990, se convirtió en Paco Entrena en 1993, y afrontará el siglo XXI como Entrena y Entrena, una empresa que reúne arquitectura, diseño interior y gráfico, identidad corporativa, exposiciones itinerantes, arquitectura modular, mobiliario e investigación.
No es extraño que el motor de todo esto espere ansioso el momento de sus vacaciones, pero aún desvela otra de sus inquietudes, un proyecto “en el que me he permitido hacer lo que me pedía el cuerpo». Cruzamos el patio del hotel y accedemos al edificio de las cuadras, en plena obra de remodelación, a punto de convertirse en un restaurante con tres ambientes, más una zona reservada para su despacho-estudio. La decoración, a base de combinar elementos, de forma provocativa y a la vez sensible, incita a pronosticar que será la cuadra más visitada de España, puede que de la Unión Europea, si la cocina está a la altura… desde luego no dejará a nadie indiferente.

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