La Policía Nacional desmantela una clínica estética ilegal que operaba de forma itinerante en Santander
La Policía Nacional ha desmantelado una clínica estética itinerante clandestina, ubicada en un alojamiento turístico de una céntrica calle de Santander, con la detención de una mujer y un hombre como presuntos autores de delitos de intrusismo profesional y contra la salud pública.
Los agentes supieron que, a través de redes sociales, una mujer ofertaba tratamientos estéticos durante unos días concretos en Santander, consistentes principalmente en la aplicación de toxina botulínica (comúnmente conocida como bótox) y relleno con ácido hialurónico.
Mostraba fotografías y vídeos de tratamientos, así como publicaciones con certificados y acreditaciones de cursos, lo que, unido a los 10.000 seguidores que tenía el perfil, utilizaba como medio para generar confianza en la potencial clientela.
La Policía puso en marcha una investigación, que logró identificar a la mujer que ofertaba los tratamientos y averiguó que ésta no cuenta con la titulación oficial requerida para realizarlos.
Además se comprobó que el lugar donde supuestamente se iban a realizar los tratamientos estéticos era una vivienda de uso turístico, una de cuyas habitaciones usaba para pernoctar y otra como «supuesta clínica», que había dotado de aparente legalidad con la exposición de productos y sustancias sanitarias.
El lugar no cumplía los requisitos higiénico-sanitarios exigibles a cualquier clínica médica, con el correspondiente riesgo para la salud de los clientes, tanto a la hora de aplicarles el tratamiento como en lo relativo al almacenaje y preservación de los productos y útiles sanitarios, unido a la imposibilidad de hacer frente a cualquier complicación sobrevenida.
Su ‘modus operandi’ consistía en anunciarse a través de una red social, indicando los tratamientos que ofertaba así como los días que iba a estar realizándolos en distintas ciudades de España, que en el caso de Santander eran del 5 al 7 de noviembre.
Además, la comunicación con las víctimas solo se realizaba a través de mensajes a través de esa red social, en los que informaba de la dirección exacta instantes antes de llevar a cabo el tratamiento, cuyo cobro solo podía ser en efectivo.
En estos hechos, la mujer iba acompañada de un hombre, con una participación activa en los hechos. Su labor era esperar a pie de calle a sus clientes para facilitarles el acceso al portal del inmueble, al tiempo que vigilaba que no hubiera nadie por las inmediaciones, y acompañarles hasta la vivienda.
Recabada toda la información e indicios necesarios, el 5 de noviembre los investigadores establecieron un dispositivo en torno a las inmediaciones de la vivienda de uso turístico alquilada por los investigados para seguidamente registrarla y detener a ambos como presuntos autores de delitos de intrusismo profesional y contra la salud pública.
Además, intervinieron utensilios, materiales y productos de naturaleza sanitaria, dos teléfonos móviles y 8.345 euros en metálico.
Igualmente, se identificaron testigos y posibles víctimas, entre ellas una menor de edad, al localizar en el registro una nota manuscrita que resultó ser falsificada por la propia menor, circunstancia que resultaba evidente en escritura y redacción, según la Policía. La detenida no comprobó su autenticidad ni la identidad de quien la suscribía y le realizó el tratamiento estético.
Ambos detenidos fueron trasladados hasta la Jefatura Superior de Policía de Cantabria, donde permanecieron hasta finalizar las diligencias y posteriormente pasaron a disposición judicial, que decretó su puesta en libertad con prohibición de salida del territorio nacional.
En esta operación se ha conseguido intervenir material sanitario y sustancias destinadas a los tratamientos estéticos clandestinos que, debido al tipo de transporte utilizado, no acreditaban las condiciones de conservación adecuadas, por lo que podrían haber sufrido deterioro y provocar efectos adversos, y por extensión, generar graves lesiones a aquellas personas a las que se les pudieran llegar a inyectar.
A esto se une que los tratamientos eran aplicados por esta mujer que carece de titulación médica y realizados en un lugar sin los requisitos sanitarios exigidos, «actuando con total desprecio sobre la normativa existente y poniendo en grave riesgo la salud de la ciudadanía, omitiendo además comprobaciones mínimas de diligencia debida al realizar el tratamiento incluso a una persona menor de edad».
Con la detención en Santander de estas dos personas se ha logrado desmantelar una clínica estética clandestina itinerante, evitando con ello que dicha actividad continuara en otras localidades.



